The lessons of the drought
Mon, 08/08/2005
La ciudad de Sant Adrià de Besòs aprovechará sus abundantes aguas freáticas después de pasarse más de tres décadas tirándolas por las alcantarillas porque no eran -ni son- potables. En un par de años todo el centro de la urbe se nutrirá de las profusas reservas del subsuelo. Y si la Unión Europea pone menos de un millón de euros, estos depósitos subterráneos servirán para limpiar todas las calles de Sant Adrià, embellecer cada una de sus fuentes y regar hasta el último de sus jardines: un importante ahorro ante la escasez de lluvias.
Mucho tiempo atrás, la plaza de la Vila de Sant Adrià era el delta del río Besòs. Un hecho que no se tuvo en cuenta cuando en 1970 se construyó el aparcamiento subterráneo. A los pocos meses se inundó la tercera y última planta por culpa de las filtraciones de las aguas freáticas.
Desde entonces, desde hace 35 años, cinco máquinas han estado bombeando 370 litros por segundo para evitar que el agua continúe subiendo. Y toda esta agua no potable ha ido directamente a las alcantarillas: 32 millones de litros diarios, lo que viene a consumir en un día una ciudad de 250.000 vecinos.
'Durante muchos años hemos ofrecido este agua a diversas entidades, como Aigües de Barcelona, pero nadie la ha querido porque no es potable -explicó el alcalde Jesús María Canga antes de irse de vacaciones-. Además, nadie quería ayudarnos a reformar el aparcamiento subterráneo, la clave para aprovechar las aguas freáticas'.
Antes de terminar agosto, Regesa, empresa pública del Consell Comarcal del Barcelonès, comenzará las obras de reforma del aparcamiento, que se ha deteriorado sensiblemente durante estos años de humedades. De paso, los trabajos remozarán la plaza de la Vila. El nuevo parking estará impermeabilizado y contará únicamente con dos plantas, pero será más ancho para no perder capacidad.
Así habrá que bombear menos para impedir que suban las aguas: unos 90 litros por segundo, noventa litros por segundo que ya no irán -y que en parte ya no van- a parar al alcantarillado, sino -por ejemplo- al césped del parque fluvial del Besòs. Estos trabajos costarán unos siete millones de euros, y estarán listos en menos de dos años.
Ya se han construido tres pozos en los alrededores de la plaza de la Vila para evitar que las aguas freáticas afecten a otros aparcamientos. Uno de estos pozos ya abastece al sistema de riego de los árboles del paseo de la Rambleta, medida que supondrá un ahorro del orden de 3.500 metros cúbicos de agua potable al año, según informa el Ayuntamiento en su página web.
'Lo que nos hace falta para que estas aguas freáticas puedan emplearse en toda la ciudad es un buen sistema de distribución -agregó el concejal de Vía Pública, Joaquim Miquel, quien no se irá de vacaciones hasta septiembre-. Allí hay agua para todo lo que queramos, menos para beber. Hemos elaborado un proyecto para conseguir una subvención de los fondos europeos Feder. Nos hace falta menos de un millón de euros'.
Mucho tiempo atrás, la plaza de la Vila de Sant Adrià era el delta del río Besòs
Mucho tiempo atrás, la plaza de la Vila de Sant Adrià era el delta del río Besòs. Un hecho que no se tuvo en cuenta cuando en 1970 se construyó el aparcamiento subterráneo. A los pocos meses se inundó la tercera y última planta por culpa de las filtraciones de las aguas freáticas.
Desde entonces, desde hace 35 años, cinco máquinas han estado bombeando 370 litros por segundo para evitar que el agua continúe subiendo. Y toda esta agua no potable ha ido directamente a las alcantarillas: 32 millones de litros diarios, lo que viene a consumir en un día una ciudad de 250.000 vecinos.
'Durante muchos años hemos ofrecido este agua a diversas entidades, como Aigües de Barcelona, pero nadie la ha querido porque no es potable -explicó el alcalde Jesús María Canga antes de irse de vacaciones-. Además, nadie quería ayudarnos a reformar el aparcamiento subterráneo, la clave para aprovechar las aguas freáticas'.
Antes de terminar agosto, Regesa, empresa pública del Consell Comarcal del Barcelonès, comenzará las obras de reforma del aparcamiento, que se ha deteriorado sensiblemente durante estos años de humedades. De paso, los trabajos remozarán la plaza de la Vila. El nuevo parking estará impermeabilizado y contará únicamente con dos plantas, pero será más ancho para no perder capacidad.
Así habrá que bombear menos para impedir que suban las aguas: unos 90 litros por segundo, noventa litros por segundo que ya no irán -y que en parte ya no van- a parar al alcantarillado, sino -por ejemplo- al césped del parque fluvial del Besòs. Estos trabajos costarán unos siete millones de euros, y estarán listos en menos de dos años.
Ya se han construido tres pozos en los alrededores de la plaza de la Vila para evitar que las aguas freáticas afecten a otros aparcamientos. Uno de estos pozos ya abastece al sistema de riego de los árboles del paseo de la Rambleta, medida que supondrá un ahorro del orden de 3.500 metros cúbicos de agua potable al año, según informa el Ayuntamiento en su página web.
'Lo que nos hace falta para que estas aguas freáticas puedan emplearse en toda la ciudad es un buen sistema de distribución -agregó el concejal de Vía Pública, Joaquim Miquel, quien no se irá de vacaciones hasta septiembre-. Allí hay agua para todo lo que queramos, menos para beber. Hemos elaborado un proyecto para conseguir una subvención de los fondos europeos Feder. Nos hace falta menos de un millón de euros'.
Mucho tiempo atrás, la plaza de la Vila de Sant Adrià era el delta del río Besòs