A report reveals that the Ebro could have diverted the predicted 1000 hectometers
Wed, 27/07/2005
M. BUITRAGO
MURCIA. En uno de los años menos lluviosos desde la gran sequía de 1995, el río Ebro habría podido derivar aguas hacia Cataluña y las cuencas del Júcar y del Segura sin que se hubiera visto afectado el caudal ecológico de su desembocadura. Según un estudio que ha realizado el Gobierno regional de Murcia, en los últimos doce meses han circulado por Tortosa -cerca del delta- 7.143 hectómetros cúbicos, lo que representa un volumen de agua suficiente para atender todas las necesidades medioambientales, los usos consuntivos de la zona y derivar además los 1.050 hectómetros que prevía la anterior ley del Plan Hidrológico.
El Gobierno murciano ha querido salir de este modo al paso de las declaraciones que se vienen repitiendo desde el Gobierno central y el Ejecutivo de Aragón, que apuntaban a que este año seco no se habría podido derivar aguas del Ebro a Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Un argumento que vendría a reforzar su decisión de derogar este proyecto el año pasado.
El último en pronunciarse en este sentido fue el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, al término de la reunión que mantuvieron la semana pasada en Madrid el presidente Ramón Luis Valcárcel y José Luis Rodríguez Zapatero. Anteriormente, la ministra Cristina Narbona y el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, insistieron en el mismo mensaje de que este año no había excedentes en el Ebro.
Basta con la mitad
El seguimiento que ha realizado el Gobierno regional entre el 1 de julio del año pasado y el 1 de julio del actual, refleja que por la estación de aforos de Tortosa han pasado 7.143 hectómetros cúbicos. Esta cantidad representa la mitad del agua que llegó a la desembocadura del Ebro en el año hidrológico anterior, que fue de 14.051 hectómetros, según informó su Confederación Hidrográfica.
Pese a tratarse de la mitad de aportaciones en la cola de la cuenca, habría sido suficiente para atender los desembalses previstos, teniendo además en consideración dos elementos: no se ha tomado en cuenta la regulación del sistema formado por los pantanos de Mequinenza y Ribarroja; y en segundo lugar este escenario se produce en un año excepcionalmente seco.
El análisis ha contemplado asimismo dos posibilidades, dependiendo del caudal ecológico mínimo en el delta del Ebro. En el caso de que se fijaran 100 metros cúbicos por segundo, como pretendía el Ministerio en la anterior legislatura, se habrían podido desembalsar los 1.050 hectómetros previstos, sobre un total de 7.143 hectómetros. El resto, que suma 5.405 hectómetros cúbicos, habría atendido los usos de la zona y desembocado la mayor parte en el mar.
En el segundo escenario, con un caudal ecológico de 135 hectómetros cúbicos, tal como exigió Convergencia i Unió, el informe del Gobierno murciano destaca que se habría podido desembalsar la misma cantidad.
Tan sólo en cinco ocasiones puntuales no habrían existido suficientes caudales para derivar hacia otras cuencas hidrográficas si se hubiera fijado el caudal ecológico de 135 metros por segundo. Eso habría ocurrido en días concretos de los meses de julio y diciembre del año pasado, y también en enero de este año.
MURCIA. En uno de los años menos lluviosos desde la gran sequía de 1995, el río Ebro habría podido derivar aguas hacia Cataluña y las cuencas del Júcar y del Segura sin que se hubiera visto afectado el caudal ecológico de su desembocadura. Según un estudio que ha realizado el Gobierno regional de Murcia, en los últimos doce meses han circulado por Tortosa -cerca del delta- 7.143 hectómetros cúbicos, lo que representa un volumen de agua suficiente para atender todas las necesidades medioambientales, los usos consuntivos de la zona y derivar además los 1.050 hectómetros que prevía la anterior ley del Plan Hidrológico.
El Gobierno murciano ha querido salir de este modo al paso de las declaraciones que se vienen repitiendo desde el Gobierno central y el Ejecutivo de Aragón, que apuntaban a que este año seco no se habría podido derivar aguas del Ebro a Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Un argumento que vendría a reforzar su decisión de derogar este proyecto el año pasado.
El último en pronunciarse en este sentido fue el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, al término de la reunión que mantuvieron la semana pasada en Madrid el presidente Ramón Luis Valcárcel y José Luis Rodríguez Zapatero. Anteriormente, la ministra Cristina Narbona y el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, insistieron en el mismo mensaje de que este año no había excedentes en el Ebro.
Basta con la mitad
El seguimiento que ha realizado el Gobierno regional entre el 1 de julio del año pasado y el 1 de julio del actual, refleja que por la estación de aforos de Tortosa han pasado 7.143 hectómetros cúbicos. Esta cantidad representa la mitad del agua que llegó a la desembocadura del Ebro en el año hidrológico anterior, que fue de 14.051 hectómetros, según informó su Confederación Hidrográfica.
Pese a tratarse de la mitad de aportaciones en la cola de la cuenca, habría sido suficiente para atender los desembalses previstos, teniendo además en consideración dos elementos: no se ha tomado en cuenta la regulación del sistema formado por los pantanos de Mequinenza y Ribarroja; y en segundo lugar este escenario se produce en un año excepcionalmente seco.
El análisis ha contemplado asimismo dos posibilidades, dependiendo del caudal ecológico mínimo en el delta del Ebro. En el caso de que se fijaran 100 metros cúbicos por segundo, como pretendía el Ministerio en la anterior legislatura, se habrían podido desembalsar los 1.050 hectómetros previstos, sobre un total de 7.143 hectómetros. El resto, que suma 5.405 hectómetros cúbicos, habría atendido los usos de la zona y desembocado la mayor parte en el mar.
En el segundo escenario, con un caudal ecológico de 135 hectómetros cúbicos, tal como exigió Convergencia i Unió, el informe del Gobierno murciano destaca que se habría podido desembalsar la misma cantidad.
Tan sólo en cinco ocasiones puntuales no habrían existido suficientes caudales para derivar hacia otras cuencas hidrográficas si se hubiera fijado el caudal ecológico de 135 metros por segundo. Eso habría ocurrido en días concretos de los meses de julio y diciembre del año pasado, y también en enero de este año.