Los regantes visitan en directo los trabajos y dejan de pensar en caudales virtuales en una jornada muy bien preparada por la empresa pública
La sociedad estatal Aguas del Júcar ha asumido al completo el pago de las obras del trasvase Júcar-Vinalopó hasta que el equipo de economistas dirigido por el catedrático Martín Sevilla calcule las tarifas que regirán la transferencia tras incluir la desalación. La decisión responde a una petición de la Junta Central de Usuarios que el pasado febrero solicitó al consejero delegado de la empresa pública, José María Marugán, el aplazamiento del pago correspondiente a los usuarios -75 millones de euros- hasta que comience a llegar el agua desde Cortes de Pallás.
Aguas del Júcar anunció ayer que el proyecto se habrá ejecutado si no surgen problemas técnicos a finales de 2007 o principios de 2008, periodo de tiempo que se calcula emplearán las empresas adjudicatarias para construir los 27,5 kilómetros de túneles de los tramos dos, tres y cuatro a razón de un kilómetro por mes. Marugán confirmó, además, que el Banco Europeo de Inversiones ha enviado ya treinta y cinco de los ochenta millones de euros que concedió para subvencionar el proyecto y reclamó a los usuarios que exijan al Consell «que cumpla con su parte y ejecute las obras de modernización de la Acequia Real del Júcar y el postrasvase, porque se trata de trabajos clave para que haya caudal sobrante que se pueda trasvasar».
Aguas del Júcar intentó ayer garantizar por enésima vez a los usuarios que el Júcar-Vinalopó se ejecutará en los plazos previstos durante una visita con la Junta Central de Usuarios -cien presidentes y representantes de comunidades regantes- de la provincia al embalse de Cortes de Pallás, donde los agricultores pudieron comprobar en directo que la ejecución del tramo 1 -estación de bombeo- es ya una realidad y sólo falta la conexión de la bombas de impulsión fabricadas en Brasil a los cuatro canales que elevarán el agua a una balsa de regulación a 550 metros de altura para comenzar a trasvasarla hasta Villena. Los trabajos en la estación se encuentran ejecutados en un 70%, finalizarán a final de año y han supuesto un desembolso de 45 millones de euros «al tratarse del tramo de mayor envergadura técnica», según explicó el consejero-delegado de Aguas del Júcar, José María Marugán, que en ningún momento citó la posibilidad de cambiar el punto de toma del agua.
La decisión es firme y, según los datos aportados ayer, el proyecto se ha desarrollado ya en un 40% con áreas prácticamente finalizadas como la estación de bombeo y los tramos de la Font de la Figuera y Villena, localidad donde ahora se construye el embalse regulador de San Diego con capacidad para 20 hm 3 . La conducción tendrá una longitud de 67 kilómetros, de los cuales 26 transcurrirán en túnel atravesando los lugares con la orografía más abrupta y 41 kilómetros en tubería enterrada por lo que no habrá ningún tipo de afección medioambiental. La obra incluye dos minicentrales hidroeléctricas: El Ramblar y Los Alorines.
En cuanto a los túneles -la parte más problemática-, Marugán aseguró que el 1 de agosto finaliza el periodo de nidificación de las aves rapaces que debía respetarse según la declaración de impacto ambiental. «Las tuneladoras han llegado y en el tramo tercero estamos procediendo a montarlas. Dependerá ya de las empresas pero estimamos que a lo largo del próximo mes comiencen los trabajos». Los técnicos sostienen que cada kilómetro de túnel necesita un mes de trabajos, por lo que la entrega de la obra se fijaría para finales de 2007 o principios de 2008, dependiendo de los problemas del subsuelo. En este sentido, falta por conocer el resultado de los nuevos sondeos practicados en el tramo IV «Navalón» donde ha habido que cambiar el trazado porque el terreno cedía. Marugán explicó que «la solución pasará por horadar a diferente nivel para salvar los estratos más frágiles», aseveró el consejero-delegado.