Over 43% of irrigation lands of Segura may lose the water, according to Tajo Commission
Thu, 30/06/2005
La situación es técnicamente pesimista, resultado de unas reglas de explotación excesivamente crueles para la cuenca del Segura en situaciones de sequía. Los pantanos de la cabecera del Tajo apenas tienen suficientes excedentes de agua para atender en su totalidad la petición de los regantes murcianos y alicantinos de 120 hectómetros cúbicos para este verano.
Las reglas de explotación no permiten derivar en estos tres meses más de 29 hectómetros para riego cuando se presentan circunstancias hidrológicas excepcionales, como ahora. Así aparece reflejado en el Informe de Situación elaborado la semana pasada por la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura. Este documento advierte claramente de que «el 43% del volumen de riego legalmente asignado quedaría sin atender este año hidrológico, el equivalente 171, 5 hectómetros cúbicos en destino».
El Ministerio de Agricultura ya está haciendo números de pérdidas millonarias, no sólo en euros, sino en miles de hectáreas de arbolado que tardarán muchos años en recuperarse; mientras que el de Medio Ambiente trata de estirar al máximo todas las reservas a mano, pozos de sequía incluidos.
Sólo 4 hectómetros
Visto desde el otro extremo: ¿Qué ocurriría si el Consejo de Ministros aprueba mañana la totalidad del agua que solicitan los regantes, a la que habría que sumar otros 40 hm3 para abastecimientos? Que al final del año hidrológico, el 30 de septiembre, en la cabecera del Tajo sólo quedarían 4 hm3 de excedentes para afrontar todo el próximo otoño: no habría ni siquiera agua para beber.
El informe interno de la Comisión, al cual ha tenido acceso La Verdad, sólo analiza un único escenario posible: derivar nada más que 69 hectómetros cúbicos, de los que 40 irían para los abastecimientos. Aunque en su reunión del jueves pasado no propuso ninguna cantidad al Consejo de Ministros, tampoco le dejó las manos libres, en contra de la creencia general.
Es más, en sus conclusiones (página 13) señala claramente que «de conformidad con la regla de explotación vigente, la Comisión puede proponer para el cuarto trimestre del año hidrológico un trasvase de hasta 69 hm3, correspondiente a un máximo de 23 hm3 por mes. En este caso, se llegaría a primeros de octubre con unas existencias previsibles de 336 hectómetros», señala textualmente.
Esto significa que el volumen de excedentes a final del año hidrológico sería de 96 hectómetros: el resultado de restar a los 336 los 240 hm3 de las reservas intocables para uso exclusivo del Tajo.
El Negratín y el Júcar
Si el Consejo de Ministros aumenta la cantidad propuesta por la Comisión, tendría que asegurar primero, y como mínimo, unos 40 hectómetros para los abastecimientos de la Región y Alicante para el otoño, por lo que quedarían sólo 56 hm3 de gracia para dárselo este verano a los regantes. En total, unos 85 hectómetros, ya sumados los 29. Ese es su margen, según han indicado fuentes del Ministerio.
Pese a todo, sería un escenario muy optimista, contando con la actual sequía, con unas aportaciones mínimas y cubiertos los usos propios del tajo. Los excedentes quedarían bajo mínimos. Por ese motivo se está estudiando la derivación de caudales procedentes del Negratín y del Júcar para suministrarlos a Almería y a los abastecimientos y regadíos de la provincia de Alicante, respectivamente. A través de la cesión de derechos (futuros bancos públicos de agua), se intenta rebajar la presión sobre la cabecera del Tajo, aunque en cantidades no excesivamente elevadas.
El informe interno, que ha sido elaborado a partir de los documentos técnicos de las confederaciones hidrográficas del Tajo, Guadiana, Segura y Júcar; así como de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y de la Agencia Andaluza del Agua, es tajante a la hora de insistir en el cumplimiento de las reglas de explotación.
Dado que será elevado al Consejo de Ministros, sólo analiza un escenario posible con el siguiente cálculo para los tres próximos meses: partiendo de 515 hectómetros en la cabecera, habría unas aportaciones de 54 hm3 ; un consumo propio del Tajo de 145 hectómetros; 69 para el trasvase y 20 de evaporación. Esto arroja un volumen final en octubre de 336 hectómetros, de los que sólo 96 serían excedentes. La Comisión deja claro, asimismo, que la reserva intocable de 240 hectómetros en los pantanos de Entrepeñas y Buendía, «garantiza, en periodo de sequía, y durante dos años, todas las demandas (abastecimientos urbanos, caudales ambientales, regadíos y usos industriales y energéticos) vinculados al sistema Entrepeñas y Buendía». La Junta de Castilla-La Mancha ha enviado un dossier a cada uno de los ministros del Gobierno de España con los argumentos que esgrime para que el desembalse del Tajo al Segura que apruebe el Consejo de Ministros mañana sea sólo para abastecimiento humano, con un volumen de agua que estaría entre los 30 y 35 hectómetros cúbicos.
Así lo indicó el consejero de Presidencia, Máximo Díaz-Cano, durante la rueda de prensa en la que informó de los acuerdos adoptados por el Consejo de Gobierno.
Díaz-Cano dijo que la Junta pide «prudencia» al Ejecutivo central, «porque podemos estar en el inicio de un ciclo de sequía y hay que ser cautos para que no peligren los abastecimientos a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y a los municipios de la cuenca cedente y de Castilla-La Mancha».
Explicó que en ese dossier se incluye el informe sobre la evolución de los regadíos en la cuenca del Segura que han hecho el Centro Regional de Estudios del Agua (CREA) y el Instituto de Desarrollo Regional, por encargo de la Diputación Provincial de Albacete, así como el mapa que han elaborado mediante sistemas de teledetección.
En ese mapa se pueden ver las numerosas balsas que hay en la cuenca receptora del trasvase Tajo-Segura, cifradas en el citado estudio en más de 14.000, «con una importante cantidad de agua», insistió Díaz-Cano.
Afirmó que las críticas al informe que ha realizado el Gobierno murciano, que le achaca falta de rigor, se deben «a que no lo conocen en profundidad», y consideró que lo que convendría es que los datos sobre proliferación de regadíos no previstos, que el estudio cifra en 70.000 hectáreas, fueran comprobados por la Confederación del Segura y el Gobierno de Murcia.
«No hay ningún espionaje, sino que se trata de estar bien informado, porque la obligación de un gobierno es informarse antes de tomar una decisión», respondió Díaz-Cano. Aunque la Comisión de Explotación no es partidaria de conceder más de 29 hectómetros cúbicos para los regadíos, deja constancia en su informe de que la Confederación Hidrográfica del Segura cifra las necesidades reales en 101 hectómetros, que deben proceder prioritariamente de la cabecera del Tajo, con el objetivo de atender exclusivamente los cultivos de arbolado.
Estos representan el 64% de la superficie total de nuevos regadíos del Trasvase y el 72% de la superficie regada con acuíferos redotados con caudales del Tajo.
Para los abastecimientos de la provincia de Almería, por último, la Comisión de Explotación del Acueducto propone el envío de 2,5 hectómetros de caudales del Tajo. A la hora de autorizar los desembalses del Tajo al Segura, la Comisión Central de Explotación se guía por las reglas aprobadas el 28 de noviembre de 1997, incorporadas un año después al Plan de Cuenca del Tajo pactado entre el anterior presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y la ministra de Medio Ambiente del PP, Isabel Tocino. Un pacto perjudicial para la cuenca del Segura, como denunció en su día el PSOE murciano, y que ahora se ha visto confirmado; ya que no sirve para situaciones de sequía extrema, como la actual.
Los casos de planificación hidrológica en los que basa sus decisiones la Comisión, para regadíos, abastecimientos y caudales ecológicos de las Tablas de Daimiel, son los siguientes:
-Nivel 1 (situación ordinaria): Permite trasvasar un máximo de 68 hectómetros al mes. Se dan estas condiciones cuando la aportación acumulada en Entrepeñas y Buendía de los doce últimos meses es mayor de 1.000 hectómetros; o bien cuando las existencias totales superan los 1.500 hm3. Esta situación sólo se ha producido un año, en el 2001.
-Nivel 2 (el más habitual): Permite trasvasar 38 hm3 por mes. Se aplica cuando no se alcanzan los máximos de aportaciones y existencias del nivel 1.
-Nivel 3 (circunstancias hidrológicas excepcionales): Sólo se permite desembalsar 23 hectómetros al mes, como ahora. Se produce cuando las existencias totales oscilan entre los 456 y 564 hectómetros, según los meses. Decide el Consejo de Ministros.
-Nivel 4 (ausencia de excedentes): Trasvase cero. Se produce cuando las existencias totales en Entrepeñas y Buendía son inferiores a 240 hm3.
Las reglas de explotación no permiten derivar en estos tres meses más de 29 hectómetros para riego cuando se presentan circunstancias hidrológicas excepcionales, como ahora. Así aparece reflejado en el Informe de Situación elaborado la semana pasada por la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura. Este documento advierte claramente de que «el 43% del volumen de riego legalmente asignado quedaría sin atender este año hidrológico, el equivalente 171, 5 hectómetros cúbicos en destino».
El Ministerio de Agricultura ya está haciendo números de pérdidas millonarias, no sólo en euros, sino en miles de hectáreas de arbolado que tardarán muchos años en recuperarse; mientras que el de Medio Ambiente trata de estirar al máximo todas las reservas a mano, pozos de sequía incluidos.
Sólo 4 hectómetros
Visto desde el otro extremo: ¿Qué ocurriría si el Consejo de Ministros aprueba mañana la totalidad del agua que solicitan los regantes, a la que habría que sumar otros 40 hm3 para abastecimientos? Que al final del año hidrológico, el 30 de septiembre, en la cabecera del Tajo sólo quedarían 4 hm3 de excedentes para afrontar todo el próximo otoño: no habría ni siquiera agua para beber.
El informe interno de la Comisión, al cual ha tenido acceso La Verdad, sólo analiza un único escenario posible: derivar nada más que 69 hectómetros cúbicos, de los que 40 irían para los abastecimientos. Aunque en su reunión del jueves pasado no propuso ninguna cantidad al Consejo de Ministros, tampoco le dejó las manos libres, en contra de la creencia general.
Es más, en sus conclusiones (página 13) señala claramente que «de conformidad con la regla de explotación vigente, la Comisión puede proponer para el cuarto trimestre del año hidrológico un trasvase de hasta 69 hm3, correspondiente a un máximo de 23 hm3 por mes. En este caso, se llegaría a primeros de octubre con unas existencias previsibles de 336 hectómetros», señala textualmente.
Esto significa que el volumen de excedentes a final del año hidrológico sería de 96 hectómetros: el resultado de restar a los 336 los 240 hm3 de las reservas intocables para uso exclusivo del Tajo.
El Negratín y el Júcar
Si el Consejo de Ministros aumenta la cantidad propuesta por la Comisión, tendría que asegurar primero, y como mínimo, unos 40 hectómetros para los abastecimientos de la Región y Alicante para el otoño, por lo que quedarían sólo 56 hm3 de gracia para dárselo este verano a los regantes. En total, unos 85 hectómetros, ya sumados los 29. Ese es su margen, según han indicado fuentes del Ministerio.
Pese a todo, sería un escenario muy optimista, contando con la actual sequía, con unas aportaciones mínimas y cubiertos los usos propios del tajo. Los excedentes quedarían bajo mínimos. Por ese motivo se está estudiando la derivación de caudales procedentes del Negratín y del Júcar para suministrarlos a Almería y a los abastecimientos y regadíos de la provincia de Alicante, respectivamente. A través de la cesión de derechos (futuros bancos públicos de agua), se intenta rebajar la presión sobre la cabecera del Tajo, aunque en cantidades no excesivamente elevadas.
El informe interno, que ha sido elaborado a partir de los documentos técnicos de las confederaciones hidrográficas del Tajo, Guadiana, Segura y Júcar; así como de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y de la Agencia Andaluza del Agua, es tajante a la hora de insistir en el cumplimiento de las reglas de explotación.
Dado que será elevado al Consejo de Ministros, sólo analiza un escenario posible con el siguiente cálculo para los tres próximos meses: partiendo de 515 hectómetros en la cabecera, habría unas aportaciones de 54 hm3 ; un consumo propio del Tajo de 145 hectómetros; 69 para el trasvase y 20 de evaporación. Esto arroja un volumen final en octubre de 336 hectómetros, de los que sólo 96 serían excedentes. La Comisión deja claro, asimismo, que la reserva intocable de 240 hectómetros en los pantanos de Entrepeñas y Buendía, «garantiza, en periodo de sequía, y durante dos años, todas las demandas (abastecimientos urbanos, caudales ambientales, regadíos y usos industriales y energéticos) vinculados al sistema Entrepeñas y Buendía». La Junta de Castilla-La Mancha ha enviado un dossier a cada uno de los ministros del Gobierno de España con los argumentos que esgrime para que el desembalse del Tajo al Segura que apruebe el Consejo de Ministros mañana sea sólo para abastecimiento humano, con un volumen de agua que estaría entre los 30 y 35 hectómetros cúbicos.
Así lo indicó el consejero de Presidencia, Máximo Díaz-Cano, durante la rueda de prensa en la que informó de los acuerdos adoptados por el Consejo de Gobierno.
Díaz-Cano dijo que la Junta pide «prudencia» al Ejecutivo central, «porque podemos estar en el inicio de un ciclo de sequía y hay que ser cautos para que no peligren los abastecimientos a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla y a los municipios de la cuenca cedente y de Castilla-La Mancha».
Explicó que en ese dossier se incluye el informe sobre la evolución de los regadíos en la cuenca del Segura que han hecho el Centro Regional de Estudios del Agua (CREA) y el Instituto de Desarrollo Regional, por encargo de la Diputación Provincial de Albacete, así como el mapa que han elaborado mediante sistemas de teledetección.
En ese mapa se pueden ver las numerosas balsas que hay en la cuenca receptora del trasvase Tajo-Segura, cifradas en el citado estudio en más de 14.000, «con una importante cantidad de agua», insistió Díaz-Cano.
Afirmó que las críticas al informe que ha realizado el Gobierno murciano, que le achaca falta de rigor, se deben «a que no lo conocen en profundidad», y consideró que lo que convendría es que los datos sobre proliferación de regadíos no previstos, que el estudio cifra en 70.000 hectáreas, fueran comprobados por la Confederación del Segura y el Gobierno de Murcia.
«No hay ningún espionaje, sino que se trata de estar bien informado, porque la obligación de un gobierno es informarse antes de tomar una decisión», respondió Díaz-Cano. Aunque la Comisión de Explotación no es partidaria de conceder más de 29 hectómetros cúbicos para los regadíos, deja constancia en su informe de que la Confederación Hidrográfica del Segura cifra las necesidades reales en 101 hectómetros, que deben proceder prioritariamente de la cabecera del Tajo, con el objetivo de atender exclusivamente los cultivos de arbolado.
Estos representan el 64% de la superficie total de nuevos regadíos del Trasvase y el 72% de la superficie regada con acuíferos redotados con caudales del Tajo.
Para los abastecimientos de la provincia de Almería, por último, la Comisión de Explotación del Acueducto propone el envío de 2,5 hectómetros de caudales del Tajo. A la hora de autorizar los desembalses del Tajo al Segura, la Comisión Central de Explotación se guía por las reglas aprobadas el 28 de noviembre de 1997, incorporadas un año después al Plan de Cuenca del Tajo pactado entre el anterior presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y la ministra de Medio Ambiente del PP, Isabel Tocino. Un pacto perjudicial para la cuenca del Segura, como denunció en su día el PSOE murciano, y que ahora se ha visto confirmado; ya que no sirve para situaciones de sequía extrema, como la actual.
Los casos de planificación hidrológica en los que basa sus decisiones la Comisión, para regadíos, abastecimientos y caudales ecológicos de las Tablas de Daimiel, son los siguientes:
-Nivel 1 (situación ordinaria): Permite trasvasar un máximo de 68 hectómetros al mes. Se dan estas condiciones cuando la aportación acumulada en Entrepeñas y Buendía de los doce últimos meses es mayor de 1.000 hectómetros; o bien cuando las existencias totales superan los 1.500 hm3. Esta situación sólo se ha producido un año, en el 2001.
-Nivel 2 (el más habitual): Permite trasvasar 38 hm3 por mes. Se aplica cuando no se alcanzan los máximos de aportaciones y existencias del nivel 1.
-Nivel 3 (circunstancias hidrológicas excepcionales): Sólo se permite desembalsar 23 hectómetros al mes, como ahora. Se produce cuando las existencias totales oscilan entre los 456 y 564 hectómetros, según los meses. Decide el Consejo de Ministros.
-Nivel 4 (ausencia de excedentes): Trasvase cero. Se produce cuando las existencias totales en Entrepeñas y Buendía son inferiores a 240 hm3.