Almost 50 small towns of leon will have water cuttings due to the drought the next summer
Mon, 27/06/2005
La Diputación invierte cada año 225.000 euros en nuevas captaciones y mejoras Según la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el del 2005 será el verano de sequía más severa en los últimos sesenta años. León, donde las precipitaciones en forma de agua y nieve no han sido infrecuentes en invierno, tampoco se libra del problema. De hecho las nevadas dejaron incomunicada a la provincia durante casi toda la Navidad, llenando con el deshielo casi todos los embalses antes de tiempo, pero la posterior ausencia de lluvias está provocando un fenómeno igual de infrecuente: sobra agua para los regadíos, pero no para el abastecimiento de muchas poblaciones que en tiempo normal se surtían de manantiales y fuentes superficiales, ahora agotadas de repente. Según el diputado provincial de Cooperación y Asistencia a Municipios, Francisco Castañón, la falta de agua en León aún no representa un problema grave, pero puede serlo en los dos próximos meses, previéndose, si la meteorología no cambia, que medio centenar de pueblos tengan que racionar el agua y una decena de ellos necesiten ser abastecidos con camiones cisterna para las necesidades más elementales. Peor en la montaña Como paradoja las poblaciones más afectadas por la sequía no van a ser las de la llanura o páramos, que cuentan de antiguo con captaciones y pozos profundos en previsión de este tipo de dificultades, sino las de zonas de montaña, donde se supone que el agua sobra, a veces demasiado. Según Castañón, la Diputación lleva ya muchos años financiando a medias con la Junta y los ayuntamientos la construcción de pozos de gran profundidad, de hasta 150 metros o más, que garanticen el suministro durante el verano, incluso en las poblaciones con menor número de habitantes. «Hace años se intentaba paliar el problema con camiones cisterna que repartían el agua casa por casa o la vertían en los depósitos municipales, pero ahora se está resolviendo, más racionalmente, con nuevas captaciones y no creo que este año pasen de tres o cuatro el número de pueblos a los que haya que mandar otra vez los camiones, tal vez diez o quince». Otra cosa es el racionamiento o los cortes ocasionales de agua, que, según el mismo diputado, tienen muchas veces su origen en la falta de solidaridad de la propia población, que utiliza parte de ella para riego de jardines o de pequeñas huertas sin caer el la cuenta de la escasez en usos domésticos. «Hay otro factor, que no es menos importante: en invierno sobra agua en los manantiales y queda muy poca gente en los pueblos, pero en verano las fuentes se secan y la población se triplica o más con los antiguos vecinos que, después de emigrar, vuelven de vacaciones, y hay que atender a todos aunque sólo sea por dos meses». Las obras de abastecimiento de aguas tuteladas desde la Diputación son baratas y de ellas se benefician, gota a gota, también unos pocos municipios cada año, aproximadamente una decena, aunque la lista de espera es larga. El presupuesto anual tampoco suele sumar más allá de 225.000 euros anuales, el equivalente a poco más de 40 millones de las desaparecidas pesetas), que se complementa con aportaciones paralelas de la Junta y, en pequeñas cantidades, de los propios pueblos beneficiarios. La contribución de estos últimos suele ser mínima, pero debido a su escasa población a menudo resulta gravoso para sus habitantes: si las juntas vecinales carecen de recursos, deben recurrir a contribuciones especiales. Para próximos ejercicios la Diputación confía en que la sequía no se agrave aún más, de modo que sea suficiente con los escasos recursos de inversión de años pasados. «En León hay pocos problemas de suministro de agua, pero esta vez pueden agravarse en pocos meses a partir de ahora mismo» FRANCISCO CASTAÑÓN , diputado de Cooperación y Asistencia a Municipios «Hay que buscar el agua en los pueblos a muchos metros de profundidad porque los manantiales se están agotando en la superficie»