ECOLOGY/ Climate change, fires and bad management of water are problems for Spain. Spanish government will invest 94 millions in order to mitigate it

Fri, 17/06/2005

El Mundo

Murcia, Canarias y la Comunidad Valenciana se encuentran en una situación de riesgo «muy alto» y «alto» de desertificación, que supera el 90% de sus territorios. A estas regiones se añade Andalucía, donde esa situación afecta al 60% de su suelo, según los datos dados a conocer ayer por el Ministerio de Medio Ambiente, con motivo del Día Mundial de la Desertificación que se celebra hoy en todo el mundo.
España es uno de los países más amenazados del mundo por este fenómeno que no sólo define la erosión del suelo. En el proceso influyen otras causas como los incendios forestales, la sobreexplotación de los acuíferos, la aridez, la lluvia, el calor, el cambio climático y por supuesto la influencia humana en todos estos fenómenos.De ahí se deriva que este proceso se llame desertificación y no desertización, que sería el fenómeno natural sin intervención humana.
Según los estudios realizados hasta el momento, el riesgo de desertificación también afecta gravemente a amplias zonas de Cataluña y el sur de Castilla-La Mancha. Ese riesgo tiene índice medio en casi todos los territorios peninsulares que quedan a la derecha de una diagonal imaginaria entre Gerona y Huelva.A la izquierda de esa línea, el riesgo es bajo o no existe.
Los expertos reunidos ayer en la jornada sobre La desertificación y las soluciones en la España de las autonomías, pusieron de relieve que el fenómeno no sólo no va a menos, sino que se ha intensificado durante la última década, en la que se han vivido los años más calurosos de los últimos 100 años.
Mayor insolación
Los fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático, como las lluvias torrenciales, las olas de calor, la sequía o una mayor insolación, que povocan una evapotranspiración del suelo más elevada, influyen de manera decisiva en la desertificación del territorio, según María Jesús Rodríguez de Sancho, subdirectora general de Política Forestal y Desertificación, que ayer participó en la jornada organizada por la Fundación Biodiversidad y la Fundación Santander Central Hispano.
Para paliar el riesgo de desertificación, un proceso que cuando culmina es irreversible, el Ministerio de Medio Ambiente va a destinar en los próximos cuatro años 94 millones de euros, que se invertirán preferentemente en actuaciones en las 13 comunidades más afectadas.
Una pequeña parte de los fondos serán destinados a elaborar un Inventario Nacional de Erosión del Suelo y un Mapa del Suelo a escala mucho menor (1:50.000) que el que actualmente existe. Este inventario se elaborará cada 10 años de manera continua y periódica, a razón de varias provincias por año. También con parte del dinero se financiará la red de 43 Estaciones Experimentales de Seguimiento y Evaluación de la Desertificación, que gestiona el CSIC.
La mayor parte del dinero (82,5 millones) irá a la adopción de medidas agroambientales y de desarrollo rural, gestión de recursos hídricos y a actuaciones concretas. Según Rodríguez de Sancho se trabaja hace tiempo en proyectos pilotos, como el que existe en la cuenca del río Adra en Almería, o en Albaterra, en Alicante.
El mayor incendio
Otros de estos proyectos demostrativos vinculados a la erosión y a los incendios tendrá lugar en Moratalla, Albacete, donde hace 10 años tuvo lugar el mayor incendio registrado y conocido en España, con 24.000 hectáreas calcinadas. «Aquellos pinares se han regenerado muy bien, pero si llegara otro incendio ya no pasaría lo mismo», señala la responsable del programa ministerial.De ahí que subraye el grave peligro de incendios forestales que existe este verano.
Según los expertos, la mejor fórmula de evitar la desertificación es actuar lo menos agresivamente en el suelo en todos los procesos agrícolas, forestales o paisajísticos. Se trata de mantener a toda costa la cubierta vegetal, porque fija el suelo, evita la erosión, acepta las condiciones extremas meteorológicas e impide la evaporación del agua infliltrada en la tierra.
Pese a que la situación es grave, Rodríguez de Sancho no cree que estemos ante una africanización de España: «Yo no diría eso, pero sí afirmaría que las condiciones son muy rigurosas, aunque está en nuestras manos evitarlo». Y añadió una frase recogida por ella misma durante una de las cumbres de la ONU sobre el problema: «Los desiertos no avanzan, nosotros avanzamos a los desiertos».
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la desertificación amenaza el sustento de 1.000 millones de personas, a causa de la disminución de la productividad agrícola y ganadera.Además afecta al territorio sobre el que se asientan unos 250 millones de habitantes, la mayoría de ellos en los países más pobres del planeta. La cifra se corresponde con el 25% de las tierras fértiles.