Crops are destroyed and farmers are ruined because of drought

Mon, 13/06/2005

Ideal

La ausencia de precipitaciones provoca pérdidas económicas superiores a 100 millones Los ganaderos tienen que alimentar a sus animales con pienso ante la carencia de pastos MIGUEL ALLENDE/GRANADA EN EL CAMPO. Un agricultor andaluz comprueba la mala calidad del cereal de una de sus fincas. /IDEAL Los agricultores granadinos se han cansado de mirar al cielo en espera de las ansiadas lluvias que no llegan. La persistente sequía, el nefasto año hidrológico que apenas ha dejado 145 litros de agua por metro cuadrado en la provincia, el sofocante calor de las últimas semanas, han acabado con su ánimo. También con sus cosechas. Si hace poco más de un mes aún conservaban la esperanza de salvar entre un 20% y un 25% de la producción de cereales, leguminosas y proteaginosas, oleaginosas e incluso frutos secos, a día de hoy tal ilusión se ha esfumado: prácticamente la totalidad de estos cultivos se ha perdido irremediablemente. Al menos, según los datos que barajan las principales organizaciones agrarias del sector, como Asaja o UPA, y que han de ser corroborados por técnicos de la Consejería de Agricultura.
Las cifras de que disponen las citadas organizaciones agrarias son espeluznantes. En lo que a cultivos herbáceos de secano se refiere, el valor económico de las pérdidas roza ya los 60 millones de euros. Es decir, prácticamente el 91% de la producción final agraria del conjunto de la provincia granadina para la presente campaña en este tipo de productos agrícolas. Y las expectativas no son nada positivas para lo poco que se ha podido salvar, pues las predicciones meteorológicas no anuncian nada que no sea más calor y alguna esporádica tormenta veraniega.
A salvo el regadío
Los cultivos herbáceos, pero de regadío, de momento se han salvado de la hecatombe. De persistir la sequía, como parece, la situación se complicará para el agricultor. Éste tendrá que abonar más por cada metro cúbico de agua que utilice en sus tierras y ello no hará sino aumentar sus costes a niveles que pueden dar al traste con la rentabilidad media de cada hectárea en labor.
Otros como los hortofrutícolas o los frutales, igualmente han capeado hasta el momento la dura sequía. Sin embargo, y según las citadas fuentes, su nivel de precios en origen para el productor ha caído bruscamente en las últimas semanas. La rentabilidad ha seguido igual camino.
Ganadería, a peor
Por lo que a los ganaderos respecta, la situación también es muy complicada. El censo provincial de cabezas de ganado vacuno asciende a 18.324, incluidas las vacas de leche, mientras que en ovino son 691.000 cabezas y en caprino otras 262.000 más. Toda esta cabaña no puede utilizar recursos naturales como son los pastos porque éstos no existen. El sol y la ausencia de agua ha acabado con ellos.
Así las cosas, los ganaderos se han visto obligados a alimentar a sus animales a base de pienso y paja. Baste señalar que una vaca come cada jornada por valor de 2,5 euros, mientras que una cabra o una oveja lo hace con un coste de 0,36 euros. A las estimaciones iniciales que tanto Asaja como la UPA hicieron acerca del coste que tendría alimentar a la cabaña granadina encerrada en sus establos y no poder aprovechar las rastrojeras, hay que sumar ya el de las últimas ocho semanas en que tampoco ha habido precipitaciones y, por consiguiente, nacimiento de nuevos pastos. En total, estas organizaciones estiman en 46,8 millones de euros las pérdidas para los ganaderos. Unos profesionales muy castigados ya por los costes de sus explotaciones en años de relativa bonanza.
Sumadas las pérdidas de agricultores con cultivos de secano y de ganaderos con sus animales encerrados en establos, el balance total del desastre relacionado directamente con la sequía existente en la provincia granadina -cabría decir otro tanto del resto del país- asciende a unos 106 millones de euros, según Asaja, y entre 80 y 90, a juicio de la UPA. Cantidades que poco podrá aumentar en el primero de los casos, pero sí en el segundo.
Si se toma esta cifra en comparación con la que registra el conjunto de Andalucía, en torno a los 400 millones de euros, se puede apreciar igualmente que esta zona de la comunidad autónoma ha sido especialmente castigada por la adversa climatología del presente ejercicio hidrológico. Asume por sí sola una cuarta parte del desastre económico del conjunto de las ocho provincias. Respecto de todo el país, también supone un montante considerable al estimar las citadas organizaciones profesionales unas pérdidas a nivel nacional por valor de unos 2.300 millones de euros. Asaja y UPA sitúan una tercer parte de esos daños en el sector ganadero y el resto, en el de los cultivos de secano.
Duras reacciones
Ante un panorama tan poco alentador, las citadas organizaciones profesionales de agricultores y ganaderos con presencia en la provincia claman por una rápida intervención del Ministerio de Agricultura. Los secretarios de ambas, Manuel del Pino y Nicolás Chica, respectivamente, censuran que la Administración central no haya tomado aún cartas en el asunto hasta la fecha para paliar una situación que coinciden es «catastrófica». Desde Asaja y UPA se considera que el presente año agrícola es el más seco de las últimas seis décadas y como tal, sus consecuencias tienen que tener un tratamiento por parte de los responsables de Agricultura. «No descartamos emprender movilizaciones si las ayudas que apruebe el Gobierno este mes para amortiguar los efectos de la sequía no nos satisfacen», aseguraba ayer Nicolás Chica a este periódico. El dirigente de la UPA y el de Asaja temen que éstas se queden en nuevos créditos para los ganaderos y en exenciones fiscales en forma de moratoria, que «al final habrá que devolver y que no suponen una ayuda como tal».
Por si todo lo anterior fuese poco, De Pino arremete igualmente contra el modelo de aseguramiento que ofrece Agroseguro -un pool de empresas que actúa en situación de monopolio- y que apenas cubre una décima parte del quebranto económico sufrido por los profesionales del campo. «El colmo es que no han asumido pérdidas por sequía hasta este mismo mes», añade Del Pino.