Jaen is looking for water in underground due to persistent drought
Mon, 13/06/2005
El número de sondeos, la mayoría con fines agrícolas, se ha disparado un 30,6% respecto a 2004 Más de 200.000 habitantes de la provincia se abastecen sólo de corrientes subterráneas JORGE PASTOR/JAÉN Cuando el agua no cae del cielo hay que buscarla en el suelo. En lo que llevamos de ejercicio hidrológico han llovido sobre nuestra provincia unos pírricos 183,6 litros por metro cuadrado, una cantidad muy inferior a los registros medios contabilizados desde 1990, que rondan los 420 litros (un 56,2 por ciento más). Por este motivo se han disparado las autorizaciones de sondeos por parte de la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía. Si en los tres primeros meses de 2004 recibieron el visto bueno 347 solicitudes, en el mismo período de 2005 la cifra se ha incrementado hasta 500, lo que supone un significativo aumento en números relativos del 30,6 por ciento. Por aquel entonces ya se hablaba abiertamente de un preocupante déficit de precipitaciones, de que estábamos viviendo el comienzo de año menos húmedo de las últimas décadas y de que podíamos estar entrando en un período de sequía que podía tener unos efectos negativos sobre el sector agropecuario, el principal sustento de la economía de Jaén. Ahora se han confirmado los peores augurios y es necesario pinchar y pinchar para hallar esa corriente que permita el abastecimiento de los sistemas de regadío.
Aprovechar el recurso
Y es que cada vez se hace más patente la creciente necesidad de aprovechar para uso humano parte de los 542,7 hectómetros cúbicos que fluyen por debajo de nuestros pies y que cada año se renuevan. A pesar de este incremento de la explotación, los 41 acuíferos que discurren por nuestro territorio gozan de una buena salud: 38 tienen una situación excedentaria (el 61 por ciento de ellos se concentran en el Este, en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas), dos se encuentran en equilibrio (el de la capital y el de Alcalá la Real) y tan sólo uno presenta algún riesgo (el de Pegalajar).
En estos momentos la actividad de las empresas del sector es sencillamente frenética. Antes de iniciar la perforación, el interesado deberá presentar un proyecto visado por un perito. Este documento, que deberá incluir información hídrica de los terrenos sobre los que se pretende actuar, será estudiado por los técnicos de la administración autonómica, quienes deberán decidir si se puede seguir adelante. Si la petición recibe 'las bendiciones' las máquinas pueden comenzar. En Jaén, los primeros niveles freáticos se suelen localizar entre los 80 y los 120 metros. Para ello se utilizan potentes aparatos de rotopercusión capaces de hacer un agujero de 200 metros en menos de un día. Los trabajos se pueden complicar si en la composición lítica de los diferentes estratos hay mucha cuarcita o granito o si conforme se avanza surgen desprendimientos que requieren de una entubación doble. Así un pozo estándar de unos 100 metros viene a costar unos 6.000 euros entre la excavación (4.500 euros) y la colocación del sistema eléctrico y de bombeo (1.500). Si se deben adoptar medidas para asegurar la estabilidad, los precios suben hasta un 30 por ciento. Posteriormente será la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) quien determine cuánto caudal se puede extraer e instala un contador para comprobar cada doce meses si se han superado los topes establecidos por el organismo regulador.
Sanciones
En caso de incumplimiento se pueden incoar expedientes sancionadores. En la mayoría de los casos la voz de alarma la dan los ayuntamientos, las mancomunidades o las sociedades concesionarias de los servicios de abastecimiento, cuando observan que sus depósitos tienen dificultades para recuperarse por la existencia de prospecciones ilegales cerca de los manantiales o en la cabecera de las redes. En principio, resulta bastante difícil cuantificar cuántas se han construido al margen de la ley, una práctica muy perseguida y que puede suponer importantes multas por las posibles repercusiones en el consumo doméstico. La tecnología ha avanzado mucho y cada vez es más difícil detectar los drenajes, que a veces se camuflan en unos imperceptibles boquetes que son abiertos o cerrados en función de las necesidades.
Según un informe elaborado por el Consejo Económico y Social, 200 localidades se suministran exclusivamente en profundidad, o lo que es lo mismo el 32 por ciento de la población (200.402 habitantes). Hay otros 54 núcleos (298.825 individuos) que se nutren de forma mixta, mediante captaciones superficiales y subterráneas. De todo esto se desprende que el 79 por ciento del censo de ciudadanos de Jaén dependen directa o indirectamente de lo que mana de las entrañas de la Tierra
Aprovechar el recurso
Y es que cada vez se hace más patente la creciente necesidad de aprovechar para uso humano parte de los 542,7 hectómetros cúbicos que fluyen por debajo de nuestros pies y que cada año se renuevan. A pesar de este incremento de la explotación, los 41 acuíferos que discurren por nuestro territorio gozan de una buena salud: 38 tienen una situación excedentaria (el 61 por ciento de ellos se concentran en el Este, en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas), dos se encuentran en equilibrio (el de la capital y el de Alcalá la Real) y tan sólo uno presenta algún riesgo (el de Pegalajar).
En estos momentos la actividad de las empresas del sector es sencillamente frenética. Antes de iniciar la perforación, el interesado deberá presentar un proyecto visado por un perito. Este documento, que deberá incluir información hídrica de los terrenos sobre los que se pretende actuar, será estudiado por los técnicos de la administración autonómica, quienes deberán decidir si se puede seguir adelante. Si la petición recibe 'las bendiciones' las máquinas pueden comenzar. En Jaén, los primeros niveles freáticos se suelen localizar entre los 80 y los 120 metros. Para ello se utilizan potentes aparatos de rotopercusión capaces de hacer un agujero de 200 metros en menos de un día. Los trabajos se pueden complicar si en la composición lítica de los diferentes estratos hay mucha cuarcita o granito o si conforme se avanza surgen desprendimientos que requieren de una entubación doble. Así un pozo estándar de unos 100 metros viene a costar unos 6.000 euros entre la excavación (4.500 euros) y la colocación del sistema eléctrico y de bombeo (1.500). Si se deben adoptar medidas para asegurar la estabilidad, los precios suben hasta un 30 por ciento. Posteriormente será la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) quien determine cuánto caudal se puede extraer e instala un contador para comprobar cada doce meses si se han superado los topes establecidos por el organismo regulador.
Sanciones
En caso de incumplimiento se pueden incoar expedientes sancionadores. En la mayoría de los casos la voz de alarma la dan los ayuntamientos, las mancomunidades o las sociedades concesionarias de los servicios de abastecimiento, cuando observan que sus depósitos tienen dificultades para recuperarse por la existencia de prospecciones ilegales cerca de los manantiales o en la cabecera de las redes. En principio, resulta bastante difícil cuantificar cuántas se han construido al margen de la ley, una práctica muy perseguida y que puede suponer importantes multas por las posibles repercusiones en el consumo doméstico. La tecnología ha avanzado mucho y cada vez es más difícil detectar los drenajes, que a veces se camuflan en unos imperceptibles boquetes que son abiertos o cerrados en función de las necesidades.
Según un informe elaborado por el Consejo Económico y Social, 200 localidades se suministran exclusivamente en profundidad, o lo que es lo mismo el 32 por ciento de la población (200.402 habitantes). Hay otros 54 núcleos (298.825 individuos) que se nutren de forma mixta, mediante captaciones superficiales y subterráneas. De todo esto se desprende que el 79 por ciento del censo de ciudadanos de Jaén dependen directa o indirectamente de lo que mana de las entrañas de la Tierra