The worst drought since 1995, according to pluvial index

Thu, 09/06/2005

El Diario Vasco

Las precipitaciones recogidas en el periodo húmedo, que comprende del de octubre al 3 de mayo, han sido un 40% inferiores a la media Los embalses de Gipuzkoa se encuentran por encima del 90% A. LERATE/ SAN SEBASTIÁN. DV. Los datos sobre las lluvias que se han registrado en la península durante los últimos ocho meses, entre el 1 de octubre y el 31 de mayo (periodo húmedo), apuntan que la sequía de este año podría ser más severa que la que se inició en 1990, que se prolongó durante cinco años. Frente a los 500 litros por metro cuadrado que se suelen recoger por término medio en ese periodo, este año se han recopilado 330, 5 litros por metro cuadrado, un 33,9% menos.

El mes de mayo ha sido además uno de los más secos de los últimos quince años y las precipitaciones se han quedado en 38,8 litros por metro cuadrado, una cifra superior sólo a la que se registró el mismo mes en los años 1990 (37 litros), 1991 (33), 1995 (32) y 2001 (37,1 litros). Las precipitaciones de mayo están sin embargo muy alejadas de la media histórica que el Ministerio de Medio Ambiente registra desde el año 1930, que reflejan que es un mes más lluvioso de lo que lo ha sido el actual. Sin ir más lejos, el año pasado se recogieron en mayo hasta 63,8 litros por metro cuadrado.

La última gran sequía que padeció España se prolongó entre los años 1990 y 1995, periodo en el que las lluvias entre los meses de octubre y mayo fueron, excepto en 1991-92, superiores a las que se han registrado este año. El siguiente año hidrometeorológico fue muy lluvioso y puso fin a ese episodio de escasez de lluvias y déficit hídrico. En mayo de 1996, por ejemplo, las lluvias que se registraron en la península (72,5 litros por metro cuadrado) casi duplican las que se han registrado este año en el mismo mes.

El meteorólogo Jose Ignacio Prieto considera que la situación de sequía que afecta a España se suele «producir con una regularidad de diez años». A juicio del especialista, experto en el Meteosat, el fenómeno es «aleatorio» y «no guarda relación con el fenómeno global de cambio climático».

Reservas al 58%

A la ausencia de lluvias hay que sumar las altas temperaturas que se han registrado en las últimas semanas en buena parte de la península. La combinación de ambos factores ha mermado aún más las reservas de agua embalsada. En los últimos siete días han caído casi un punto, hasta el 58,3% de su capacidad total, y 17 puntos por debajo del nivel de los pantanos en 2004 por estas mismas fechas (75,4%). Los principales ríos españoles también acusan la actual sequía hidrológica; su caudal es un 40% inferior al de hace doce meses, según datos facilitados por el Ministerio de Medio Ambiente.

El informe semanal del departamento que dirige Cristina Narbona se ha convertido en un barómetro sobre la inquietante evolución de la reserva hidrológica en puertas de los meses de más calor. La última semana, sin apenas lluvias -las precipitaciones máximas cayeron en Navacerrada (Madrid-Segovia) con 31 litros por metro cuadrado- y fuerte calor en buena parte del país, ha hecho descender la reserva hidráulica en 468 hectómetros cúbicos, el 0,9%, respecto a los niveles registrados siete día atrás. La reserva en pantanos y embalses asciende a 31.016 hectómetros cúbicos de agua.

A medida que avanza el año hidrológico y se mantiene la sequía empeora la situación de las cuencas con déficit estructural. Es el caso de la cuenca del Segura, al 17% de su capacidad. También preocupa la cuenca del Júcar, con un 30,7% de reserva, y están asimismo por debajo de la media estatal las cuencas internas de Cataluña (42,7%), Sur (44,8%) y Tajo (45,5%).

El panorama sólo es bueno en la cornisa cantábrica, con índices superiores al 80%. Las cuencas internas del País Vasco rebasan el 90,5% de su capacidad total. En Gipuzkoa hay incluso embalses que están prácticamente a su capacidad máxima (Aixola está al 99,8). La cuenca del Ebro marca un 72,8%, y la del Duero, en el 62,1%.

Ríos sin caudal

Junto a la menguante reserva de agua embalsada, los ríos peninsulares también acusan los rigores de un año meteorológico tan seco como el actual. La última comparación de caudales trazada por el Ministerio de Medio Ambiente muestra una pérdida superior al 38% de media respecto a las mismas fechas del año pasado. Hay casos particularmente llamativos. El Tajo pasa casi seco por las estaciones medidoras de Cedillo y de Torrejón-Tajo, que hace un año presentaba un curso con 164 metros cúbicos por segundo. Otro tanto le ocurre al Tiétar en el mismo punto de cruce, a su paso por la estación de Torrejón-Tiétar; los 45 metros cúbicos/segundo en 2004 se han evaporado este año. También es llamativa la pérdida de caudal del Tajo a la altura de Valdecañas, de 116 m/s a sólo 11 en un año.

En el Duero el descenso más severo se da al paso por la estación de Saucelle, menos de un tercio, de 162,57 metro cúbicos de agua por segundo, a los 55,26 de la actualidad. El Segre, tributario del Ebro, ha perdido a la altura de Serós (Lleida) la mitad de su caudal; los 183,5 m/s se han convertido este año en sólo 89,3. El Ter y el Llobregat, en las cuencas internas catalanas, han visto evaporarse, en ambos casos más del 60% de sus respectivos cauces.

Las expectativas, de cara al verano, no son buenas, admite el Ministerio de Medio Ambiente. Aunque las predicciones meteorológicas a semanas vista carecen de fiabilidad, entre este mes y el final del año hidrológico, el 30 de septiembre, «no cabe esperar lluvias que corrijan significativamente el déficit de precipitación que ha tenido lugar», según el diagnóstico de situación presentado por el Gobierno el viernes pasado.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, mientras tanto, asegura que el suministro de agua urbano está «garantizado» hasta septiembre. Narbona ha señalado que los agricultores de secano y los ganaderos son lo que están en peor situación como consecuencia de la sequía. Las comunidades con más restricciones son Aragón, Cataluña y Murcia, «aunque también existen problemas en Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana».

La ministra ha anunciado que este mes se activará una comisión de seguimiento entre las administraciones más afectadas «para trabajar lo más coordinadamente posible». Por otra parte, Narbona ha destacado que «no es previsible» que durante el verano se produzcan cortes de electricidad, aunque aclaró que «todos tenemos que hacer lo posible para que esto no ocurra». Así, apuntó que en verano «se dispara» el consumo de aire acondicionado y ha recordado que «un sólo grado más de temperatura supone un 7% más de consumo de energía eléctrica».