Inverse osmosis. Revolution of the membranes

Mon, 06/06/2005

Expansión

Aunque España es líder en desalación, las empresas se ven obligadas a importar ciertos componentes como las membranas, que vienen de EEUU y Japón, y los sistemas de control, dos negocios que EXPANSION analiza en la cuarta entrega de la serie de ocho capítulos sobre el agua.
J. JARDON / M. FERNANDEZ. Madrid
España es el líder mundial de la tecnología que, a día de hoy, es la más extendida en el mundo para desalar agua: la ósmosis inversa. Y, como consecuencia, el negocio de la construcción y explotación de desaladoras está copado en España y en el extranjero por las constructoras e ingenierías nacionales, como FCC, Ferrovial, Sacyr, ACS, Acciona, OHL y Befesa.
En el proceso de desalación tienen especial importancia, por un lado, la colocación de las membranas que separan las sales del agua y, por otro, los sistemas de control de la planta. A diferencia de la tecnología, estos dos componentes se importan del extranjero.
Oferta extranjera
El mercado de membranas en el mundo está en manos de compañías de Estados Unidos y Japón. Entre las principales están la estadounidense Dow Liquid Separations, filial de la compañía Dow Chemical, que comercializa la marca Filmtec; y las japonesas Toray, que está presente en nuestro país en la desaladora de Alicante, e Hydranautics, que comercializa la membrana SWC.

Entre los fabricantes de membranas también se encuentran la compañía estadounidense General Electric (GE) que, a través de su división GE Water, adquirió en noviembre del año pasado Ionics, la mayor gestora de desaladoras del mundo y que posee un centro de producción en Boston (EEUU).
En una desaladora, las membranas son las encargadas de filtrar el agua marina y liberar la sal para hacerla apta para el consumo humano. 'Las membranas tienen una vida útil de cinco a siete años, aunque depende del uso que se les dé y de la calidad del agua que desalen', señalan fuentes del sector.
Transcurrido este periodo, se procede a su recambio. En las desaladoras de gran capacidad, el cambio de las membranas se produce paulatinamente.
'Todos los años se cambia entre un 8% y un 12% de las instaladas', señalan los expertos.
El coste medio que tiene una membrana está en unos 500 euros.
En una desaladora de gran capacidad, como las que tiene previsto proyectar la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el número de membranas alcanza las doce mil por planta. Así, en su conjunto la instalación de membranas en un proyecto de este tipo alcanzaría una inversión de 6 millones de euros.
Sistemas de control
Para que funcionen adecuadamente las membranas y, en general, todo el sistema de desalación, es necesaria la instalación de mecanismos de medición en todos los procesos.

Los sistemas de control se encargan de esta misión, de forma que miden presiones, niveles de PH, corrientes y consumo energético.
Tres son las empresas que trabajan en este mercado en España como proveedores de sistemas de control. Una de ellas es Yokogawa, una compañía japonesa presente en todo el mundo y que tiene un 80% de la cuota del mercado español. La última desaladora en la que ha participado ha sido la de Carboneras, en Almería.

En este subsector también compiten la alemana Siemens y la helvético-sueca ABB. La inversión en los sistemas de control se estima en unos 600.000 euros por planta.
Ante el plan de desalación de Narbona, las empresas del sector se mantienen cautas ante el posible negocio, porque 'todavía queda mucho tiempo' para que se materialice. 'En algunas plantas que están en funcionamiento en España, se ha tardado siete u ocho años en su construcción, sobre todo porque han estado paradas por problemas políticos entre comunidades, ayuntamientos y Administración central', afirman fuentes del sector.
'Todavía no podemos analizar este mercado porque los fabricantes de sistemas de control y de membranas siempre somos los últimos en cobrar. Afrontamos el negocio por cada proyecto y, según como se presente, acudimos con una determinada oferta', añaden.
Para desalar agua, se pueden utilizar tres fórmulas diferentes.
La más antigua y hoy casi en desuso es la evaporación, que empezó a funcionar en Canarias hace casi cuatro décadas. En el mundo, esta tecnología se ha seguido utilizando en los últimos años en los países árabes, pero actualmente ya se está abandonando.
En este caso, el rendimiento energético es muy poco eficiente y no baja de 12 kilovatios por metro cúbico de agua producida.
Otra posibilidad es la electrodiálisis, un proceso electroquímico que permite desalar agua y que logra unos rendimientos de entre 8 y 9 kilovatios por metro cúbico.
La tercera tecnología, que es la que se utiliza en España y en Emiratos Arabes principalmente, es la ósmosis inversa. Se trata de un invento español, que en la práctica resulta ser el sistema más eficiente para obtener agua apta para el consumo humano a partir del mar. Permite lograr rendimientos de entre 4 y 5,6 kilovatios por metro cúbico y ahorros de hasta el 30% del consumo energético. Y el desarrollo tecnológico sigue permitiendo alcanzar mejoras.
Membranas en revolución
'Las membranas han sufrido una gran revolución en la última década', señalan fuentes del sector constructor, el principal comprador de estos componentes para la instalación de desaladoras, que adquieren a compañías estadounidenses y japonesas. Estas fuentes añaden que 'es el único componente en cuyo negocio no ha entrado España'. No obstante, sí que han sido las constructoras e ingenierías españolas las que han conseguido en muchos casos optimizar el rendimiento de las membranas.
En todo caso, el avance tecnológico de las membranas realizado por los propios fabricantes ha permitido elevar la eficiencia y el rendimiento de la desalación, así como del consumo energético, que es muy elevado durante este proceso.
En la actualidad, el rendimiento de las membranas más modernas es de unos 4 kilovatios por metro cúbico de agua producida.
La nueva tecnología que se está comenzando a utilizar en las plantas españolas es la de cámaras isobáricas, similares a un pistón que separa el agua de la salmuera o vertido con alta concentración en sal. Este sistema permite alcanzar rendimientos de entre 3,2 y 3,5 kilovatios por metro cúbico.

De momento, ya existen algunas plantas desaladoras en España con una capacidad de entre 500 y 1.000 metros cúbicos al día, que utilizan cámaras isobáricas. A diferencia de las membranas, esta nueva tecnología ha sido desarrollada en España y, especialmente, en Canarias, primera región donde se pusieron en marcha las primeras desaladoras a finales de la década de los sesenta.
La tecnología que viene de fuera
EL nuevo NEGOCIO DEL AGUA (iv)
España compra membranas a Dow, GE, Toray y Hydronautics, y sistemas a Yokogawa, ABB y Siemens