Aquiferous, a big resource for Madrid region. This has a big reserve of underground water, but it is decreasing due to massive usage

Wed, 01/06/2005

El Mundo

Cuando el agua no cae del suelo, hay que buscarla bajo tierra.Esta verdad agrícola es bien conocida en un lugar como Madrid, que aún antes de convertirse en ciudad, su abastecimiento del imprescindible líquido dependía de los pozos que perforaban su suelo.
Luego vinieron los viajes del agua árabes y, mucho más tarde, hace algo más de 150 años, el Canal de Isabel II. Aún con esas, los madrileños siguieron confiando en ese alma zahorí que nos hace encontrar agua bajo nuestros pies. Siempre ha sido muy bien apreciada por los castizos la fuentecilla situada bajo el Palacio de Telecomunicaciones que se nutría, todos los gatos lo saben, por un río subterráneo. Otro de estos caudales trajo de cabeza a los ingenieros que hace tres décadas proyectaron la M-30 y que, sin duda, causará bastantes problemas a Gallardón en su by-pass norte.
En Madrid no falta el agua subterránea, con acuíferos fundamentales para nuestro abastecimiento. El principal de todos es el Acuífero del Terciario Detrítico de la Comunidad de Madrid, una acumulación de agua que ocupa el tercio central de nuestra región. Los estudios realizados por la Consejería de Medio Ambiente madrileña, sobre el que cataloga como «de mayor importancia estratégica en su ámbito territorial», señala que ocupa una extensión de 2.472 km2. Entre los años 2000 y 2002 se le extrajeron 99,7 hm3 por año. O lo que es lo mismo, 40 litros por metro cuadrado y año, cantidad que equivale al 8% de la lluvia media registrada en la superficie sobre la que se extiende.
El mencionado trabajo señala que el uso del volumen extraído de este acuífero se reparte en abastecimiento humano 9,3%, urbanizaciones y particulares 21,7%, uso industrial y ganadero 14,3%, uso agrícola 9%, Canal de Isabel II 45,7% y otros usos 0,1%.
Resulta interesante constatar que en el capítulo denominado urbanizaciones y particulares, el agua se dedica a usos no prioritarios, como riego de campos de golf y praderas de chalés de urbanizaciones, así como a parques públicos. Las extracciones se concentran en dos zonas de la región. La primera situada al oeste-noroeste de la capital incluye a Pozuelo, Majadahonda, Aravaca, Boadilla, Villaviciosa de Odón y Villanueva de la Cañada. Es decir, donde se concentra el mayor número de urbanizaciones de lujo de la capital. La segunda se extiende entre el Manzanares y el Jarama, incluyendo la capital, San Sebastián de los Reyes, Alcobendas y otros municipios dormitorio. En ambas se produce un desequilibrio local, con descensos del nivel de agua más acentuado que en otras zonas del acuífero.
Las aguas subterráneas madrileñas son, por todo ello, un preciado tesoro del que, dado el actual modelo de cambio climático global, vamos a depender cada vez en mayor medida. Lo que ocurre es que la tendencia de su uso durante los últimos 30 años lo está haciendo disminuir cada vez más.
Geólogos, hidrólogos, edafólogos, conservacionistas, ecólogos y biólogos claman un uso más racional del agua, en especial de las bolsas subterráneas