Water restrictions for residential usage can be feasible due to heavy drought in the past spring

Wed, 25/05/2005

ABC

El observatorio de Málaga ha registrado precipitaciones menores a un litro por metro cuadrado en el computo total de las últimas ocho semanas

MADRID. Las restricciones de agua en España, pese a que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se ha dado de plazo hasta el final del otoño, pueden llegar mucho antes. Existen provincias en las que no cae prácticamente ni una gota de agua desde hace semanas y el Instituto Nacional de Meteorología advierte que es «poco probable que cambie la naturaleza del año hidrológico (que concluye en agosto)». No hay más (ni menos) que una sequía meteorológica, con un invierno calificado oficialmente como de muy seco y una primavera que, pese a su prometedor inicio en forma de lluvias, es muy seca también.

Ahora, tras dos meses transcurridos de la citada primavera y a un mes del verano, la situación es grave y aunque Narbona reitera que no habrá restricciones de agua para uso doméstico, la cuenca del Segura ya está por debajo del 20 por ciento de agua embalsada. Y otras dos preocupaciones quedan encima de la mesa. Primero, el sector agrícola. Luego, el forestal. La ministra ha hecho un llamamiento para «extremar la prudencia ante el año más seco desde 1967» en referencia a los incendios forestales, y es consciente de las pérdidas millonarias que padecen ya los agricultores, con difíciles soluciones, y restricciones de agua en varias Comunidades.

Málaga, Almería, Alicante, Murcia, Lérida, Madrid, Cáceres... La ausencia de lluvias se reparte por toda España. No existe una zona concreta que proteger, y sólo esas dos primeras semanas (21 de marzo a 3 de abril) aliviaron daños, pero ya casi nadie se acuerda del principio de la primavera y Comunidades como Cataluña han decidido la entrada en vigor del decreto contra la sequía, con restricciones de agua para uso industrial y agrícola en varias cuencas, así como la prohibición de desembalses con fines hidroeléctricos. En el observatorio de Lérida, por poner un ejemplo, desde el 28 de marzo hasta el 8 de mayo se registraba una precipitación total de 1,2 litros por metro cuadrado. Y en el de Barcelona, ni una gota durante las tres últimas semanas de abril. Por fortuna, la situación ha mejorado en mayo, sobre todo en la segunda decena y los embalses empiezan a recuperarse. Cataluña, pese a esas primeras medidas excepcionales, no es la Comunidad que peor lo ha pasado.

Algunas provincias de Andalucía, como Almería, Granada y Málaga ni siquiera tienen el consuelo de ese final lluvioso de marzo, como Sevilla o Córdoba, por ejemplo, que también han encontrado alivio en las dos últimas semanas. Sin embargo, aún es pronto para declarar una situación de sequía económica, en opinión de la consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Fuensanta Coves, que acaba de anunciar el comienzo de campañas para fomentar el ahorro del agua en el uso doméstico.

A estas alturas de mayo, y siempre según datos provisionales facilitados por el Instituto Nacional de Meteorología, hay tres observatorios con precipitaciones totales durante abril y mayo que no llegan a los 10 litros por metro cuadrado. Algunas de las provincias con más necesidad de lluvia son las siguientes.

Los más necesitados

Alicante (20,5 l./m2 en primavera cuando la lluvia media en el mismo periodo es de 54,1). El observatorio de Alicante registró las precipitaciones máximas entre el 28 de marzo y el 10 de abril, con un total de 20 litros. Prácticamente no ha vuelto a caer una gota.

Almería (7,6 l./m2 por 42,2). No llueve ya desde hace siete semanas, y como a Alicante -aunque en menor proporción- le salvó la semana del 4 al 10 de abril.

Cáceres (46,1 l./m2 por 95,9). Parece mucho en comparación con otras zonas, pero casi todo fue en marzo (34,3 l.), en ese inicio lluvioso y esperanzador. Entre el 4 de abril y el 8 de mayo, seco, aunque a partir de esa fecha se ha recuperado algo.

Granada (15,8 l./m2 por 76,3). Han sido registradas precipitaciones en distintos momentos, casi alternando una semana seca y otra con un poquito de lluvia. Del 11 al 24 de abril fue el periodo seco más largo.

Jerez (18,5 l./m2 por 99,4). El observatorio de Jerez no ha llegado a recoger ni un litro por metro cuadrado desde el 28 de marzo al 8 de mayo. La primera semana de primavera y la segunda de mayo han aliviado algo su situación.

Madrid (15,4 l./m2 por 101,7). En las dos primeras semanas de primavera se midieron un total de 13,6 litros. Luego, prácticamente nada.

Málaga (6,1 l./m2 por 78,7). Casi se puede decir que desde el 28 de marzo no han visto la lluvia (0,8 l. en ocho semanas) y de los 5,3 l. de la primera semana de primavera ya nadie debe acordarse. La situación más complicada.

Murcia (21,3 l./m2 por 52). Toda la lluvia se concentró entre el 28 de marzo y el 10 de abril, con una presencia testimonial a principios de mayo.

San Javier, Murcia (7,6 l./m2 por 49,4). Desde el 10 de abril, el observatorio de San Javier (Murcia) ha registrado un total de 0,6 l. Como a Alicante, Almería y Murcia, le dio un poquito de vida el principio de abril.

Palma (19,2 l/m2 por 65,4). Vio algo de lluvia la primera semana de abril, luego tuvo tres semanas totalmente secas, y la primera de mayo mejoró mínimamente el panorama.

El Instituto Nacional de Meteorología, a través de Antonio Mestre, jefe del Servicio de Aplicaciones Meteorológicas, explicó ayer a ABC el pasado, presente y futuro inmediato de esta «situación de déficit de lluvias bastante sostenida en el tiempo, desde noviembre».

Mestre recuerda que «ha sido un invierno muy seco, y la primavera es muy seca también. El problema que vivimos ahora es la acumulación de meses secos. En enero llovió una sexta parte de lo normal, y en febrero, marzo y abril entre el 50 y el 60 por ciento de la media habitual. Mayo también va a ser más seco que la media, aunque ahora mismo existe cierta probabilidad de precipitaciones hacia el fin de semana». Por tanto, cierto alivio a corto plazo, aunque no durará. «Parece poco probable que cambie la naturaleza del año hidrológico», advierte Mestre.

«Lo más llamativo -señala- es la extensión tan importante del área de déficit de lluvias. Lo curioso es que parece que llueve poco en general en todas las zonas. Estamos hablando ahora de un periodo de sequía de ciclo corto, pero de una intensidad bastante acusada para ser de ciclo corto y es es más extrema en el suroeste y centro de la Península».

El déficit de lluvias del año hidrometeorológico es del 50 por ciento, según explica Meteorología: «Ha llovido la mitad de lo normal en el conjunto de España. Hasta ahora las precipitaciones han sido de 200 litros menos, lo que se refleja mucho en los suelos, ya muy secos».