Forgotten dams
Mon, 23/05/2005
La red de embalses privados que abasteció hace un siglo a las colonias agrícolas de San Pedro y El Ángel fue un obra de ingeniería pionera en Andalucía Cilniana pedirá ahora a la Junta que se declaren BIC, la máxima protección legal posible para estos ejemplos vivos del patrimonio industrial TEXTO: CRISTINA GONZÁLEZ / FOTOS: JOSELE-LANZA / MARBELLA TRANQUILIDAD. El Lago de las Tortugas o pantano nuevo es el preferido por los excursionistas. LO decían los escritos de la época. «Estas aguas se recogen en sólidas y anchurosas presas y son conducidas a las acequias, que recorren un considerable número de kilómetros, constituyendo el gran elemento de vida para la colonia». Así describían los archivos del marqués del Duero, nombre indisolublemente ligado al origen de San Pedro Alcántara, la minuciosa red de embalses privados construidos hace más de un siglo en la comarca. Presas de mayor o menos tamaño que regaron campos, ayudaron a mover molinos y generaron energía para las máquinas de los trapiches azucareros.
Ha pasado más de un siglo. Cien años y siguen en pie como si fuera el primer día. Incluso en algunos casos conservan su utilidad inicial para abastecer a los agricultores de la zona. En otros han cambiado su espíritu de servicio por un carácter lúdico y recreativo. Son los embalses de Las Medranas, La Leche, Cancelada, el pantano Viejo o Benabolá y el Nuevo, m hoy conocido cocido como Lago de Las Tortugas. Testigos mudos de un pasado industrial esplendoroso que capitanearon las colonias agrícolas de San Pedro y El Ángel.
Este pedazo de la historia es el que desde Cilniana, la Asociación en Defensa del Patrimonio Histórico, no quieren que caiga en el olvido y que se conserve por muchos años más. Por eso van a solicitar a la Consejería de Cultura de la Junta la máxima protección legal: la declaración de Bienes de Interés Cultural (BIC).
Desaparición
José Luis Casado Bellagarza es un profundo conocedor de la historia de la comarca e integrante de la junta directiva de Cilniana. Autor de un artículo sobre el agua en las colonias de San Pedro y El Ángel, recogido en el libro 'Aqua nostra, agua de todos', defiende a ultranza el valor de estos embalses. «Lo esencial de ellos es la presa, la pared como obra pública. En Andalucía es un caso único y tememos que puedan desaparecer», señala.
Según destaca en su artículo, esta red de embalses es un ejemplo único en su género en la Comunidad andaluza. Dos son los motivos: La temprana fecha en la que se acometieron y que se levantaron por iniciativa privada, años antes de que vieran la luz los planes nacionales de aprovechamientos hidráulicos. Los expertos aseguran que colocaron a la comarca (ya que dos de ellos se levantan en los municipios de Benahavís y de Estepona) en la «avanzadilla» de la ingeniería de obras públicas en cuanto al regadío.
El más madrugador fue, según los datos que maneja Bellagarza, el de Benabolá o viejo de El Ángel. Construido en 1884, en el curso principal del arroyo que lleva el mismo nombre, costó 159.000 de las antiguas pesetas. El historiador critica que actualmente esté ocupado e invadido por el crecimiento urbanístico de alrededor. Aunque nunca es tarde para mirar por su futuro.
Esquí acuático
De la misma época es otro de sus hermanos, el pantano de La Medranas. Datado también en 1884, su precio fue de 38.000 pesetas. Con una capacidad de 450.000 metros cúbicos, recoge el caudal del arroyo de El Chopo e incluso del río Guadaiza, además de del embalse de La Leche, en Benahavís, con el que está interconectado. Hoy en día es espacio para el ocio y el disfrute, ya que desde hace más de una década lo ocupa una instalación donde los jóvenes y no tan jóvenes disfrutan esquiando sobre el agua dulce.
Fuera del término municipal, en lo que antaño era un cortijo y hoy es uno de los principales núcleos de población de Estepona, se ubica el tercero de los embalses de esta red hídrica: la presa de Cancelada, también conocida como El Taraje. Tiene 119 años de antigüedad, época en la que la iniciativa privada invirtió 111.000 pesetas en él. Se nutre del arroyo El Taraje y de una acequia que lo conecta con el río Guadalmansa. De los cinco, según indica el historiador que ha argumentado la petición de protección a la Junta, es el más privatizado.
Pero tres embalses parecían no ser suficientes para regar el vasto campo de estas colonias agrícolas. Aún quedaban dos más por nacer. Cuatro años después de levantarse el de Cancelada, en El Ángel se construyó un nuevo pantano. Precisamente de ahí tomó su nombre, de la novedad, y vino a llamarse pantano Nuevo. Hoy es conocido como Lago de las Tortugas. Durante años ha sido el rincón del municipio elegido por las familias para disfrutar de un día de campo. El urbanismo le ha hecho en los últimos años demasiada sombra.
El más rezagado de la familia de embalses privados de la comarca fue el de La Leche, en el término municipal de Benahavís. Se acometió ya metidos en el siglo XX, en 1903, como almacén del agua del arroyo del mismo nombre y del río Guadalmina. Hoy sufre la cercanía de la autopista y de las construcciones que le circundan.
Sin autorización
«El problema es que en las paredes de las presas se están colocando tuberías y tomas de aguas sin autorización y sin respetar las antiguas. Así que lo que queremos es que se respete el patrimonio como obra pública», destaca José Luis Casado Bellagarza. Algo que se conseguiría si la Junta decidiera catalogarlos como bien de interés cultural, en la categoría de arqueología industrial.
Ya hay precedentes, según ha podido indagar, con un pantano de Córdoba declarado BIC. También quieren implicar en esta cruzada por el patrimonio industrial a los municipios que acogen las infraestructuras hidráulicas y a las comunidades de regantes que aún perduran. A Marbella, Benahavís y Estepona. La intención es que los nuevos planes generales reflejen medidas de protección para los embalses.
Ha pasado más de un siglo. Cien años y siguen en pie como si fuera el primer día. Incluso en algunos casos conservan su utilidad inicial para abastecer a los agricultores de la zona. En otros han cambiado su espíritu de servicio por un carácter lúdico y recreativo. Son los embalses de Las Medranas, La Leche, Cancelada, el pantano Viejo o Benabolá y el Nuevo, m hoy conocido cocido como Lago de Las Tortugas. Testigos mudos de un pasado industrial esplendoroso que capitanearon las colonias agrícolas de San Pedro y El Ángel.
Este pedazo de la historia es el que desde Cilniana, la Asociación en Defensa del Patrimonio Histórico, no quieren que caiga en el olvido y que se conserve por muchos años más. Por eso van a solicitar a la Consejería de Cultura de la Junta la máxima protección legal: la declaración de Bienes de Interés Cultural (BIC).
Desaparición
José Luis Casado Bellagarza es un profundo conocedor de la historia de la comarca e integrante de la junta directiva de Cilniana. Autor de un artículo sobre el agua en las colonias de San Pedro y El Ángel, recogido en el libro 'Aqua nostra, agua de todos', defiende a ultranza el valor de estos embalses. «Lo esencial de ellos es la presa, la pared como obra pública. En Andalucía es un caso único y tememos que puedan desaparecer», señala.
Según destaca en su artículo, esta red de embalses es un ejemplo único en su género en la Comunidad andaluza. Dos son los motivos: La temprana fecha en la que se acometieron y que se levantaron por iniciativa privada, años antes de que vieran la luz los planes nacionales de aprovechamientos hidráulicos. Los expertos aseguran que colocaron a la comarca (ya que dos de ellos se levantan en los municipios de Benahavís y de Estepona) en la «avanzadilla» de la ingeniería de obras públicas en cuanto al regadío.
El más madrugador fue, según los datos que maneja Bellagarza, el de Benabolá o viejo de El Ángel. Construido en 1884, en el curso principal del arroyo que lleva el mismo nombre, costó 159.000 de las antiguas pesetas. El historiador critica que actualmente esté ocupado e invadido por el crecimiento urbanístico de alrededor. Aunque nunca es tarde para mirar por su futuro.
Esquí acuático
De la misma época es otro de sus hermanos, el pantano de La Medranas. Datado también en 1884, su precio fue de 38.000 pesetas. Con una capacidad de 450.000 metros cúbicos, recoge el caudal del arroyo de El Chopo e incluso del río Guadaiza, además de del embalse de La Leche, en Benahavís, con el que está interconectado. Hoy en día es espacio para el ocio y el disfrute, ya que desde hace más de una década lo ocupa una instalación donde los jóvenes y no tan jóvenes disfrutan esquiando sobre el agua dulce.
Fuera del término municipal, en lo que antaño era un cortijo y hoy es uno de los principales núcleos de población de Estepona, se ubica el tercero de los embalses de esta red hídrica: la presa de Cancelada, también conocida como El Taraje. Tiene 119 años de antigüedad, época en la que la iniciativa privada invirtió 111.000 pesetas en él. Se nutre del arroyo El Taraje y de una acequia que lo conecta con el río Guadalmansa. De los cinco, según indica el historiador que ha argumentado la petición de protección a la Junta, es el más privatizado.
Pero tres embalses parecían no ser suficientes para regar el vasto campo de estas colonias agrícolas. Aún quedaban dos más por nacer. Cuatro años después de levantarse el de Cancelada, en El Ángel se construyó un nuevo pantano. Precisamente de ahí tomó su nombre, de la novedad, y vino a llamarse pantano Nuevo. Hoy es conocido como Lago de las Tortugas. Durante años ha sido el rincón del municipio elegido por las familias para disfrutar de un día de campo. El urbanismo le ha hecho en los últimos años demasiada sombra.
El más rezagado de la familia de embalses privados de la comarca fue el de La Leche, en el término municipal de Benahavís. Se acometió ya metidos en el siglo XX, en 1903, como almacén del agua del arroyo del mismo nombre y del río Guadalmina. Hoy sufre la cercanía de la autopista y de las construcciones que le circundan.
Sin autorización
«El problema es que en las paredes de las presas se están colocando tuberías y tomas de aguas sin autorización y sin respetar las antiguas. Así que lo que queremos es que se respete el patrimonio como obra pública», destaca José Luis Casado Bellagarza. Algo que se conseguiría si la Junta decidiera catalogarlos como bien de interés cultural, en la categoría de arqueología industrial.
Ya hay precedentes, según ha podido indagar, con un pantano de Córdoba declarado BIC. También quieren implicar en esta cruzada por el patrimonio industrial a los municipios que acogen las infraestructuras hidráulicas y a las comunidades de regantes que aún perduran. A Marbella, Benahavís y Estepona. La intención es que los nuevos planes generales reflejen medidas de protección para los embalses.