Water restrictions on irrigated lands of Jucar (Valencia) due to drought

Thu, 19/05/2005

El País

Valencia
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tomó ayer de la mano de los regantes una decisión que busca tranquilidad a medio plazo. Por eso, y aunque la campaña de riego de este año está garantizada, ayer se alcanzó un acuerdo para reducir la cantidad de agua solicitada por los regantes hasta octubre, con el que se pretende garantizar el agua en 2006 en caso de que siga sin llover. La medida, según la CHJ, supone un ahorro de 50 a 60 hectómetros cúbicos.
El acuerdo restringe un 15% el agua solicitada por los regantes del Júcar. La reducción para los regantes del Turia, Castilla-La Mancha o Albacete es superior y alcanza el 30%, según fuentes de los regantes. Las restricciones podrían aumentar un 5% más el mes próximo si continuara sin llover, dicen asistentes a las comisiones de desembalse del Júcar, Turia y Mijares celebradas ayer en la CHJ. Las reducciones de agua no son extrañas, pero las mismas fuentes explican que hace algunos años que no eran tan claras. La CHJ subrayó que el agua para esta campaña está 'totalmente garantizada' y que la medida pretende 'ajustar' los caudales a consumir en previsión de que se alargue el periodo seco. Con el acuerdo 'se da un gran paso en la política de ahorro de agua', lo que 'va a permitir tener mayores reservas' y 'más agua de cara a la campaña de riego del año que viene', afirmó su presidente, Juan José Moragues.
Mientras, el secretario general de la Unió de Llauradors, Joan Brusca, reaccionó ayer con contundencia a las declaraciones realizadas el martes por José Pascual, presidente de la federación de comunidades de regantes de la Comunidad Valenciana (y regidor del PP en el Ayuntamiento de Castellón) en las que decía que en tres años habría suficiente agua en la cuenca del Mijares y que se podrá destinar a campos de golf. Brusca, en declaraciones a la Cadena SER, pidió la dimisión de Pascual al que, dijo, le ha 'traicionado el subconsciente'. Brusca dijo que las declaraciones hacen evidente que se ha usado la agricultura en el debate del agua como 'punta de lanza' cuando tras él hay 'otros intereses'.