Water Data-Base between hydrographic basins must achieve, according to expert
Fri, 13/05/2005
EFE/MURCIA AGUA Y URBANISMO. Gaspar Ariño, a la izquierda, saluda a José A. Lozano Teruel y a Antonio Martínez Nieto. / VICENTE VICÉNS / AGM
El catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Madrid, el valenciano Gaspar Ariño, manifestó ayer en la inauguración de las jornadas Agua y Urbanismo que se celebran en Murcia, que sería necesario en España un banco de agua entre distintas cuencas hidrográficas. Indicó que el mejor modo de luchar contra el mercado negro del agua es crear un mercado blanco con los bancos públicos, para que llegue a destinos donde tenga mayor utilidad y en el que «todos ganen», al igual que ocurre con el mercado energético o de carburantes.
Recordó que en octubre del año pasado el Gobierno los autorizó sólo en las cuencas deficitarias del Segura, Júcar y Guadiana, dentro del Programa Agua, pero advirtió que para ponerlas en marcha primero las confederaciones tienen que tener un registro en el que estén inscritos todos los derechos.
Criticó además las actuales medidas de urgencia contra la sequía, porque no suponen «una política estable ni de alcance. No es una política hidráulica, es tapar agujeros. En una situación con periodos recurrentes se necesita una política estructuralmente distinta. Defendió el desarrollo turístico que se lleva a cabo en el Levante como alternativa a la pérdida de competencia en producciones tradicionales del país, por lo que opinó que el Estado debiera volcarse con ello. «Las tierras mediterráneas tendrán siempre inmigración, desarrollo urbanístico, turismo y dinámicas de aumento de población», agregó. Lamentó que en el año 2004 «después de llegar las tropas de Irak, lo primero que se hace es derogar el Plan Hidrológico. Ciertamente no se entiende eso».
Excedentes del Ebro
También recordó que cuando fue diputado nacional se opuso a un proyecto faraónico del ministro socialista Josep Borrell de un trasvase de 4.000 hectómetros cúbicos, y comentó que habría que ser prudente y ni llegar a este extremo ni al contrario, en un país con fuertes desequilibrios, y con un río, el Ebro, que vierte anualmente 12.000 hectómetros cúbicos.
El presidente del Instituto Euromediterráneo de Hidrotecnia, Francisco Cabezas, y anterior mentor del PHN como subdirector general de Planificación Hidrológica, explicó por su parte que agua y urbanismo provocan una «tensión manifiesta» por la dificultad en partes del territorio para atender demanda por insuficiencia.
Recordó que la política del agua tradicionalmente fue de fomento de los usos del agua, empeñándose los poderes públicos en que se use el agua hasta que en los años 60 se produjo una inflexión con la consideración ambiental y la necesidad de la citada coordinación.
Explicó que el Libro Blanco del Agua de 1998 y el Plan Hidrológico en su artículo 10 entierra el citado fomento del uso del agua, con lo que finaliza un ciclo histórico en la materia, dejando de ser un elemento inductor en el que la política hidrológica decidía cuestiones como cuántas centrales hidroeléctricas había que instalar.
El catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Madrid, el valenciano Gaspar Ariño, manifestó ayer en la inauguración de las jornadas Agua y Urbanismo que se celebran en Murcia, que sería necesario en España un banco de agua entre distintas cuencas hidrográficas. Indicó que el mejor modo de luchar contra el mercado negro del agua es crear un mercado blanco con los bancos públicos, para que llegue a destinos donde tenga mayor utilidad y en el que «todos ganen», al igual que ocurre con el mercado energético o de carburantes.
Recordó que en octubre del año pasado el Gobierno los autorizó sólo en las cuencas deficitarias del Segura, Júcar y Guadiana, dentro del Programa Agua, pero advirtió que para ponerlas en marcha primero las confederaciones tienen que tener un registro en el que estén inscritos todos los derechos.
Criticó además las actuales medidas de urgencia contra la sequía, porque no suponen «una política estable ni de alcance. No es una política hidráulica, es tapar agujeros. En una situación con periodos recurrentes se necesita una política estructuralmente distinta. Defendió el desarrollo turístico que se lleva a cabo en el Levante como alternativa a la pérdida de competencia en producciones tradicionales del país, por lo que opinó que el Estado debiera volcarse con ello. «Las tierras mediterráneas tendrán siempre inmigración, desarrollo urbanístico, turismo y dinámicas de aumento de población», agregó. Lamentó que en el año 2004 «después de llegar las tropas de Irak, lo primero que se hace es derogar el Plan Hidrológico. Ciertamente no se entiende eso».
Excedentes del Ebro
También recordó que cuando fue diputado nacional se opuso a un proyecto faraónico del ministro socialista Josep Borrell de un trasvase de 4.000 hectómetros cúbicos, y comentó que habría que ser prudente y ni llegar a este extremo ni al contrario, en un país con fuertes desequilibrios, y con un río, el Ebro, que vierte anualmente 12.000 hectómetros cúbicos.
El presidente del Instituto Euromediterráneo de Hidrotecnia, Francisco Cabezas, y anterior mentor del PHN como subdirector general de Planificación Hidrológica, explicó por su parte que agua y urbanismo provocan una «tensión manifiesta» por la dificultad en partes del territorio para atender demanda por insuficiencia.
Recordó que la política del agua tradicionalmente fue de fomento de los usos del agua, empeñándose los poderes públicos en que se use el agua hasta que en los años 60 se produjo una inflexión con la consideración ambiental y la necesidad de la citada coordinación.
Explicó que el Libro Blanco del Agua de 1998 y el Plan Hidrológico en su artículo 10 entierra el citado fomento del uso del agua, con lo que finaliza un ciclo histórico en la materia, dejando de ser un elemento inductor en el que la política hidrológica decidía cuestiones como cuántas centrales hidroeléctricas había que instalar.