There won´t be water restrictions in Galicia, according to spanish government
Mon, 09/05/2005
Medio Ambiente excluye a la comunidad de las medidas urgentes contra la sequía ?as lluvias registradas durante las últimas semanas en Galicia parece que serán suficientes para disipar el temor a posibles restricciones en el suministro de agua durante el verano, debido a la pertinaz sequía. El Ministerio de Medio Ambiente señala que no hay que esperar problemas de suministro en las grandes ciudades de las tres cuencas del Norte durante los próximos meses, ya que las precipitaciones de abril han supuesto «una notable mejoría» de la situación. De momento, el departamento que dirige Cristina Narbona no ha considerado necesario incluir a la comunidad gallega entre las destinatarias del paquete de ayudas para obras de emergencia, «y reconocida urgencia», con las que paliar los efectos de la sequía, aprobado ayer en Consejo de Ministros por importe de 20,1 millones de euros. A estas medidas, según aseguró ayer la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, se suman otras ya en marcha por valor de 300 millones de euros, que pretenden garantizar los abastecimientos urbanos durante este año hidrológico. El arco mediterráneo, según reconoció ayer el Gobierno, es el que por ahora padece las peores consecuencias de la falta de agua. España, en prealarma No obstante, la situación en toda la Península, según el ministerio, es de «prealerta», máxime cuando de aquí a septiembre «no cabe esperar lluvias que corrijan significativamente el déficit de precipitaciones que ha tenido lugar». Sin embargo, el Ejecutivo quiere evitar que se produzca una alarma social «infundada». En el caso de Galicia, como reflejan los datos del Instituto Nacional de Metereología hechos públicos la pasada semana, las comarcas del oeste son las más afectadas, ya que desde septiembre del 2004 hasta ahora las lluvias sólo han alcanzado el 50% de los valores medios habituales. Las pérdidas provocadas en el campo gallego por las heladas y la sequía fueron cifradas en una primera estimación por el sindicato Unións Agrarias en 12,2 millones de euros. La Xunta comenzó a tomar las primeras medidas para combatir la situación a finales de enero, limitando desde ese mes el vertido de agua desde los embalses que abastecen a las principales poblaciones gallegas. De esta forma, en casi un mes los niveles de capacidad alcanzaron el 80%. Por su parte, las hidroeléctricas tuvieron que reducir su producción hasta en un 25%.