La Sociedad Estatal Aguas de la Cuenca del Guadalquivir (Aquavir) y la empresa Dragados SA firmaron ayer el contrato del embalse de La Breña II, el último trámite necesario para que comenzara la obra del segundo pantano más importante de Andalucía tras el de Iznájar. La empresa ha iniciado ya los trabajos previos de logística en la zona de Almodóvar para hacer frente a una actuación que tiene un plazo de ejecución de 40 meses y que movilizará a un importante número de trabajadores. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Francisco Tapia, dijo ayer en Córdoba que Dragados ha estado buscando locales para oficinas y reconociendo el terreno sobre el que deberá actuar. Tapia precisó que la colocación de la primera piedra del embalse la llevará a cabo el Ministerio de Medio Ambiente, aunque todavía no se ha cerrado una fecha.
Las obras, que están cofinanciadas en un 50% por Fondos Feder, constituyen una de las actuaciones prioritarias del Plan Hidrológico Nacional, pues permitirá, junto a El Arenoso, incrementar los recursos hídricos de la cuenca al aportar 258 hectómetros cúbicos a la regulación general.
La Breña II se construirá a 120 metros de la actual presa y se situará entre los términos municipales de Almodóvar y Villaviciosa. Además de permitir regular en su totalidad el río Guadiato, se bombearán los caudales sobrantes del río Guadalquivir para ser almacenados en la presa.
850 HECTOMETROS CUBICOS Tras los 981 hectómetros cúbicos que embalsa Iznájar, La Breña II se situará como el segundo de Andalucía con una mayor capacidad (850), ocupando una superficie de más de dos mil hectáreas. Con una altura de 125 metros, será la presa más alta y de mayor volumen de hormigón de Europa de su tipo.
Aquavir prevé que La Breña II garantice el riego de 360.000 hectáreas y el abastecimiento de 2,5 millones de habitantes.
La Plataforma del Guadalquivir, un colectivo en el que se integran diputaciones, sindicatos, regantes y organizaciones agrarias, considera que el embalse es "vital" para la provincia de Córdoba, ya que junto a la creación de miles de nuevos puestos de trabajo, consolidará los existentes al asegurar el suministro de agua con fines productivos. Así, se conseguirá evitar altibajos en los niveles productivos como el que se produjo a mediados de los años noventa al verse afectado el campo cordobés por la sequía, garantizando dotaciones deficitarias.