La nueva planta desalinizadora de Málaga reducirá los niveles de sal y cal en el agua, en la actualidad muy altos, a una sexta parte. La planta del Altabal entrará en funcionamiento en menos de un mes, después de que el Ayuntamiento firmara ayer un acuerdo con la sociedad Aguas de la Cuenca del Sur (Acusur), por el que asumirá la gestión de la nueva planta los próximos 50 años.
'El cambio en la calidad del agua será sustancial y ése será un momento importante para Málaga', destacó el alcalde, Francisco de la Torre. El agua pasará de llevar 1.300 miligramos de sal por litro a 200, y de 34 grados de cal -'de una dureza alta'- a 6 grados. Entre las ventajas que conllevará la mejora de la calidad del agua están, según un estudio, la disminución de jabón y detergente, la mejora del sabor de las comidas y una mayor vida de los electrodomésticos.
El alcalde indicó que la mejora en la calidad del agua se apreciará 'claramente'. Sin embargo, esta mejora del sabor del agua tendrá un precio para los vecinos y el Ayuntamiento aplicará una fuerte subida del 27% en el recibo mensual. El consistorio pedirá al Gobierno central que sufrague esta fuerte subida, que el alcalde justifica debido al alto coste de la obra, que se ha ido encareciendose cada vez más.
El Gobierno del PP señaló en un principio que la desalinizadora supondría 30 millones de euros, para posteriormente elevar su coste a 61 millones. Finalmente su precio final ascenderá a los 71 millones tras las obras complementarias.
La nueva planta de El Atabal está considerada la más importante del mundo en sus características para abastecimiento urbano, según el Ayuntamiento, y tendrá capacidad para suministrar un volumen de 165.000 metro cúbicos diarios