Cuba starts to test with artificial rain due to the drought
Thu, 17/02/2005
Cuba ha reanudado experimentos para provocar lluvia artificial ante la persistente sequía que azota gran parte de la isla desde hace año y medio, afectando a cientos de miles de personas y causando pérdidas económicas millonarias.
El proyecto científico que había quedado interrumpido en 1991 buscará a partir de ahora confirmar la efectividad del método de "siembra" de nubes con yoduro de plata para obtener cantidades adicionales de precipitaciones en áreas extensas, según refiere hoy el periódico oficial "Granma".
Especialistas del Centro de Física de la Atmósfera del Instituto de Meteorología desarrollarán el proyecto en un polígono de pruebas en la central provincia oriental de Camagüey.
Daniel Martínez, jefe del Centro, explicó que la "siembra" masiva de nubes del tipo cúmulo requiere de condiciones atmosféricas apropiadas, especialmente de finales de mayo a octubre.
A partir de los datos aportados por las observaciones de superficie, los sondeos de la atmósfera, el pronóstico del tiempo y las informaciones del radar meteorológico, los especialistas evaluarán el momento de comenzar la misión en cada uno de los días de trabajo, indicó el especialista.
Para esa tarea utilizan aviones bimotores que vuelan por encima de la nube previamente seleccionada o la penetran, dejando caer dentro de ella cartuchos en pequeñas concentraciones de yoduro de plata, con lo que no se afecta el medio ambiente.
Tal reactivo químico ayuda a congelar las gotas de agua que todavía permanecen en estado líquido en el interior de la nube, con lo que adquiere más energía al liberar calor latente, crece en altura y extensión, y precipita mayor cantidad de lluvia.
Los primeros estudios con ese propósito comenzaron en la isla en 1978, y en la etapa de 1982 a 1991 fue puesto en marcha un programa experimental en Camagüey en cooperación con la desaparecida Unión Soviética.
La parte final de la investigación quedó inconclusa en 1991 y no se pudo demostrar la efectividad del método, pero los trabajos realizados entonces permitieron conocer el tipo de nube "idónea" y otros elementos importantes, señaló el experto.
Diversas zonas cubanas, principalmente el territorio oriental, sufre los efectos negativos desde hace 18 meses de la más severa sequía en los últimos 74 años, que según evaluaciones oficiales han provocado pérdidas económicas superiores a los 834 millones de pesos (equivalentes a igual cantidad en dólares al cambio oficial).
La escasez de precipitaciones produjo ya la muerte de decenas de miles de cabezas de ganado, mientras unas 700.000 personas reciben el suministro de agua potable regularmente mediante camiones cisterna.
La situación más complicada se presenta en la región oriental, donde la cantidad acumulada de lluvia entre mayo de 2003 y octubre de 2004 apenas rebasó el 60 por ciento de la media histórica, con déficit cercanos a los 600 milímetros (litros por metro cuadrado), e incluso 700 en los puntos más críticos.
La última alerta del Centro del Clima del Instituto Cubano de Meteorología advirtió que las precipitaciones se mantendrán por debajo de lo normal entre febrero y abril.
Pero los efectos de la prolongada sequía, señaló el aviso, se han extendido desde oriente hasta las regiones occidental y central
El proyecto científico que había quedado interrumpido en 1991 buscará a partir de ahora confirmar la efectividad del método de "siembra" de nubes con yoduro de plata para obtener cantidades adicionales de precipitaciones en áreas extensas, según refiere hoy el periódico oficial "Granma".
Especialistas del Centro de Física de la Atmósfera del Instituto de Meteorología desarrollarán el proyecto en un polígono de pruebas en la central provincia oriental de Camagüey.
Daniel Martínez, jefe del Centro, explicó que la "siembra" masiva de nubes del tipo cúmulo requiere de condiciones atmosféricas apropiadas, especialmente de finales de mayo a octubre.
A partir de los datos aportados por las observaciones de superficie, los sondeos de la atmósfera, el pronóstico del tiempo y las informaciones del radar meteorológico, los especialistas evaluarán el momento de comenzar la misión en cada uno de los días de trabajo, indicó el especialista.
Para esa tarea utilizan aviones bimotores que vuelan por encima de la nube previamente seleccionada o la penetran, dejando caer dentro de ella cartuchos en pequeñas concentraciones de yoduro de plata, con lo que no se afecta el medio ambiente.
Tal reactivo químico ayuda a congelar las gotas de agua que todavía permanecen en estado líquido en el interior de la nube, con lo que adquiere más energía al liberar calor latente, crece en altura y extensión, y precipita mayor cantidad de lluvia.
Los primeros estudios con ese propósito comenzaron en la isla en 1978, y en la etapa de 1982 a 1991 fue puesto en marcha un programa experimental en Camagüey en cooperación con la desaparecida Unión Soviética.
La parte final de la investigación quedó inconclusa en 1991 y no se pudo demostrar la efectividad del método, pero los trabajos realizados entonces permitieron conocer el tipo de nube "idónea" y otros elementos importantes, señaló el experto.
Diversas zonas cubanas, principalmente el territorio oriental, sufre los efectos negativos desde hace 18 meses de la más severa sequía en los últimos 74 años, que según evaluaciones oficiales han provocado pérdidas económicas superiores a los 834 millones de pesos (equivalentes a igual cantidad en dólares al cambio oficial).
La escasez de precipitaciones produjo ya la muerte de decenas de miles de cabezas de ganado, mientras unas 700.000 personas reciben el suministro de agua potable regularmente mediante camiones cisterna.
La situación más complicada se presenta en la región oriental, donde la cantidad acumulada de lluvia entre mayo de 2003 y octubre de 2004 apenas rebasó el 60 por ciento de la media histórica, con déficit cercanos a los 600 milímetros (litros por metro cuadrado), e incluso 700 en los puntos más críticos.
La última alerta del Centro del Clima del Instituto Cubano de Meteorología advirtió que las precipitaciones se mantendrán por debajo de lo normal entre febrero y abril.
Pero los efectos de la prolongada sequía, señaló el aviso, se han extendido desde oriente hasta las regiones occidental y central