Ebro Hydrographic Confederation is improving its technology in order to control the quality of the waters
Fri, 04/02/2005
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha adquirido dos nuevos equipos para la medición de metales en muestras de agua y vertidos de aguas residuales. El Ministerio de Medio Ambiente ha invertido 268.000 euros en la adquisición de esta nueva tecnología para renovar y complementar los equipos existentes en el laboratorio del organismo de cuenca y mejorar el control de calidad de las aguas.
Según informa el jefe de Laboratorio del Organismo de cuenca, Luis Rodríguez Navarro, uno de los equipos --el denominado Plasma Óptico o ICP-OES-- se centra en el análisis de los niveles de elementos químicos del agua.
El otro, que recibe el nombre de Plasma de Masas o ICP-MS, se centra en la medición de alta sensibilidad de cualquier muestra de agua o residuos. "Esta herramienta permite incluso medir por debajo de los niveles permitidos por la legislación", subraya, y "ambos aparatos se complementan".
Los equipos pueden determinar elementos químicos y metales pesados en un amplio rango de concentraciones con un bajo nivel de interferencias. En el caso de la ICP-MS, éste estudio se realiza con gran precisión y exactitud. La adquisición de este equipo pone a la CHE un paso por delante en la aplicación de la Directiva Marco del Agua que la UE pretende implantar en 2015.
Esta inversión en control de calidad responde, según mantiene Rodríguez Navarro, a las normativas cada vez más estrictas que la UE impone sobre el estado de las aguas. "La CHE es pionera en estas materias y estas herramientas permiten determinar concentraciones de elementos químicos en partes de muy pequeño tamaño", apunta. "Esta es la tecnología que se está empezando a utilizar ahora y que estará vigente durante varios años", añade el jefe de laboratorio de la Confederación Hidrográfica.
Por su parte, el jefe del Área de Calidad de la CHE, Luis Pinilla, explica que este control de las aguas de la cuenca del río Ebro se realiza desde 1973 "aunque ahora se realiza un control mucho más exhaustivo". Pinilla mantiene que si antes sólo se estudiaban los parámetros fundamentales "ahora se estudian sustancias peligrosas tomando muestras de agua, peces o sedimentos".
El exhaustivo control de calidad que la Confederación mantiene sobre las aguas del río Ebro le ha valido a la institución la obtención del certificado de calidad de ISO 17.025. "Este certificado debemos evaluarlo y re-evaluarlo continuamente, de hecho el próximo mes de marzo tenemos un nuevo control", subraya el jefe de laboratorio de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Las Confederaciones Hidrográficas son los responsables del cumplimiento de una serie de normas relacionadas con la calidad exigida según e uso al que vaya destinada en cuestión. De todos los usos posibles está reglamentada la producción de agua potable, las aguas protegidas por su riqueza piscícola y las aguas de baño.
Las redes de vigilancia y control se dividen en las redes de control de aguas superficiales, subterráneas y red de alerta de calidad.
RED DE CONTROL DE AGUAS SUPERFICIALES
La CHE realiza un control sistemático de la calidad físico-química y microbiológica de las aguas superficiales en la cuenca hidrográfica del río Ebro. Estos controles se plasman en la realización de muestreos mensuales sobre una red de puntos fijos para los que se efectúan medidas in situ y determinaciones analíticas en el Laboratorio de Calidad de Aguas de la CHE. Desde 1993 se emiten informes mensuales que recogen los resultados y reflejan las incidencias observadas.
Para el control de la radioactividad en las aguas continentales se lleva a cabo de forma periódica un muestreo especial, realizado por el personal de la Confederación Hidrológica.
Las muestras son analizadas por un laboratorio especializado en medidas de baja actividad pertenecientes al CEDEX, organismo autónomo de investigación aplicada del Ministerio de Fomento, que además de la analítica realiza los informes técnicos correspondientes.
Se muestrean doce estaciones, seis de ellas en torno a las centrales nucleares de Ascó y Garoña, y el resto repartidas por la Cuenca, en los ríos Ebro y Segre. También se establece una red de control de sustancias peligrosas y una red de control de plaguicidas.
RED DE CONTROL DE AGUAS SUBTERRÁNEAS
La Confederación Hidrográfica del Ebro inició en 1995 la observación de las características químicas de las aguas subterráneas de la cuenca con la puesta en marcha de la red ICA de aguas subterráneas. Posteriormente, a partir de 1999, se iniciaron dos nuevas líneas de trabajo que tenían como objetivo conocer mejor los aspectos relacionados con la contaminación de los acuíferos.
El control de la calidad de las aguas subterráneas en la CHE se subdivide a efectos prácticos en tres grandes temas: la Red de Control Básica, que profundiza en el conocimiento de la química natural de las aguas en los acuíferos donde no es previsible una afección; la Red de Control de Nitratos, que conoce las zonas afectadas por contaminación difusa de nitratos agrarios; y la Red de Control de Sustancias Peligrosas, que conoce las zonas afectadas por contaminaciones puntuales de origen industrial.
RED DE ALERTA DE CALIDAD
Esta red controla una serie de puntos conflictivos en los cuales el riesgo de producirse fenómenos de alteración de la calidad es mayor. En la actualidad, en la Cuenca del Ebro 30 estaciones de alerta de calidad miden, de modo continuo, en las aguas superficiales una variedad de parámetros indicadores de calidad.
Envían en tiempo real vía satélite los valores medidos a un centro de control, donde personal especializado realiza el estudio de la información recibida. Los criterios para el emplazamiento de las estaciones se basan en la protección de abastecimientos importantes y el control aguas abajo de importantes focos de vertido.
Según informa el jefe de Laboratorio del Organismo de cuenca, Luis Rodríguez Navarro, uno de los equipos --el denominado Plasma Óptico o ICP-OES-- se centra en el análisis de los niveles de elementos químicos del agua.
El otro, que recibe el nombre de Plasma de Masas o ICP-MS, se centra en la medición de alta sensibilidad de cualquier muestra de agua o residuos. "Esta herramienta permite incluso medir por debajo de los niveles permitidos por la legislación", subraya, y "ambos aparatos se complementan".
Los equipos pueden determinar elementos químicos y metales pesados en un amplio rango de concentraciones con un bajo nivel de interferencias. En el caso de la ICP-MS, éste estudio se realiza con gran precisión y exactitud. La adquisición de este equipo pone a la CHE un paso por delante en la aplicación de la Directiva Marco del Agua que la UE pretende implantar en 2015.
Esta inversión en control de calidad responde, según mantiene Rodríguez Navarro, a las normativas cada vez más estrictas que la UE impone sobre el estado de las aguas. "La CHE es pionera en estas materias y estas herramientas permiten determinar concentraciones de elementos químicos en partes de muy pequeño tamaño", apunta. "Esta es la tecnología que se está empezando a utilizar ahora y que estará vigente durante varios años", añade el jefe de laboratorio de la Confederación Hidrográfica.
Por su parte, el jefe del Área de Calidad de la CHE, Luis Pinilla, explica que este control de las aguas de la cuenca del río Ebro se realiza desde 1973 "aunque ahora se realiza un control mucho más exhaustivo". Pinilla mantiene que si antes sólo se estudiaban los parámetros fundamentales "ahora se estudian sustancias peligrosas tomando muestras de agua, peces o sedimentos".
El exhaustivo control de calidad que la Confederación mantiene sobre las aguas del río Ebro le ha valido a la institución la obtención del certificado de calidad de ISO 17.025. "Este certificado debemos evaluarlo y re-evaluarlo continuamente, de hecho el próximo mes de marzo tenemos un nuevo control", subraya el jefe de laboratorio de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Las Confederaciones Hidrográficas son los responsables del cumplimiento de una serie de normas relacionadas con la calidad exigida según e uso al que vaya destinada en cuestión. De todos los usos posibles está reglamentada la producción de agua potable, las aguas protegidas por su riqueza piscícola y las aguas de baño.
Las redes de vigilancia y control se dividen en las redes de control de aguas superficiales, subterráneas y red de alerta de calidad.
RED DE CONTROL DE AGUAS SUPERFICIALES
La CHE realiza un control sistemático de la calidad físico-química y microbiológica de las aguas superficiales en la cuenca hidrográfica del río Ebro. Estos controles se plasman en la realización de muestreos mensuales sobre una red de puntos fijos para los que se efectúan medidas in situ y determinaciones analíticas en el Laboratorio de Calidad de Aguas de la CHE. Desde 1993 se emiten informes mensuales que recogen los resultados y reflejan las incidencias observadas.
Para el control de la radioactividad en las aguas continentales se lleva a cabo de forma periódica un muestreo especial, realizado por el personal de la Confederación Hidrológica.
Las muestras son analizadas por un laboratorio especializado en medidas de baja actividad pertenecientes al CEDEX, organismo autónomo de investigación aplicada del Ministerio de Fomento, que además de la analítica realiza los informes técnicos correspondientes.
Se muestrean doce estaciones, seis de ellas en torno a las centrales nucleares de Ascó y Garoña, y el resto repartidas por la Cuenca, en los ríos Ebro y Segre. También se establece una red de control de sustancias peligrosas y una red de control de plaguicidas.
RED DE CONTROL DE AGUAS SUBTERRÁNEAS
La Confederación Hidrográfica del Ebro inició en 1995 la observación de las características químicas de las aguas subterráneas de la cuenca con la puesta en marcha de la red ICA de aguas subterráneas. Posteriormente, a partir de 1999, se iniciaron dos nuevas líneas de trabajo que tenían como objetivo conocer mejor los aspectos relacionados con la contaminación de los acuíferos.
El control de la calidad de las aguas subterráneas en la CHE se subdivide a efectos prácticos en tres grandes temas: la Red de Control Básica, que profundiza en el conocimiento de la química natural de las aguas en los acuíferos donde no es previsible una afección; la Red de Control de Nitratos, que conoce las zonas afectadas por contaminación difusa de nitratos agrarios; y la Red de Control de Sustancias Peligrosas, que conoce las zonas afectadas por contaminaciones puntuales de origen industrial.
RED DE ALERTA DE CALIDAD
Esta red controla una serie de puntos conflictivos en los cuales el riesgo de producirse fenómenos de alteración de la calidad es mayor. En la actualidad, en la Cuenca del Ebro 30 estaciones de alerta de calidad miden, de modo continuo, en las aguas superficiales una variedad de parámetros indicadores de calidad.
Envían en tiempo real vía satélite los valores medidos a un centro de control, donde personal especializado realiza el estudio de la información recibida. Los criterios para el emplazamiento de las estaciones se basan en la protección de abastecimientos importantes y el control aguas abajo de importantes focos de vertido.