The low temperatures will bring about a slow thaw in Rioja and will avoid floods from river Ebro like in 2003
Tue, 01/02/2005
Las bajas temperaturas que todavía se siguen registrando en La Rioja provocarán, previsiblemente, un deshielo lento y evitarán inundaciones y crecidas del río Ebro y sus afluentes como las que se dieron en febrero del año 2003. Así lo indicó hoy el director general de Política Interior, Miguel Sáinz, que compareció junto al responsable de Carreteras del Gobierno riojano, Antonio García Cuadra, para realizar un balance del temporal que durante una semana azotó La Rioja.
Como ya habían confirmado los Observatorios meteorológicos, el temporal no destacó por la cantidad de nieve o agua caída, pero sí por las bajas temperaturas durante tantos días seguidos, algo que ahora se revela como positivo, porque esas bajas temperaturas impedirán un deshielo rápido y problemas de inundaciones. Es algo que sí ocurrió en febrero de 2003. Según los datos que aportó el director general de Política Interior, el día 5 de febrero de ese año, el río Ebro alcanzó su cota más alta en 40 años.
Llegó a albergar 1.435 metros cúbicos por segundo en Miranda; 2.073 metros cúbicos por segundo en Mendavia y 3.050 en Castejón. En aquel momento, los pantanos riojanos ya registraban buena parte de su capacidad (entre el 83 por ciento de Mansilla, el 88,54 por ciento de Pajares y el 94,20 por ciento de González Lacasa). Algo que tampoco ocurre ahora, ya que los pantanos están entre el 40 y el 50 por ciento de su capacidad. Eso hace descartar también el riesgo de deshielo en los afluentes del Ebro.
En cuanto al temporal ya superado -que se prolongó del lunes 24 al sábado 29 de enero- el miércoles fue el día más frío, y los termómetros marcaron esa jornada hasta 11,2 grados bajo cero en Moncalvillo y 7,1 en Ezcaray. En núcleos urbanos, Haro llegó a soportar 4,5 grados bajo cero y Logroño 3,5 grados bajo cero. En cualquier caso, el temporal pasó por La Rioja sin provocar heridos de consideración, pese a los problemas que se dieron por la acumulación de importantes espesores de nieve y sobre todo por la formación de placas de hielo en prácticamente toda la red de carreteras, incluidas las ciudades y municipios.
Coincidiendo en parte con el paro técnico de las grúas -que en La Rioja finalizó antes que en el conjunto del país al preverse un pacto con las aseguradoras- hubo 70 accidentes de tráfico, con 43 salidas de vía (sin heridos); 11 asistencias a vehículos que sufrieron averías; 4 ayudas sanitarias; 3 traslados para tratamientos de diálisis; 7 traslados para realizar servicios o tareas sociales (ayuda a ancianos,...); 3 transportes de medicamentos (a San Asensio, Pradejón y San Millán) y 92 solicitudes para que las máquinas limpiasen la calzada.
El Gobierno de La Rioja colaboró, asimismo, en albergar a unas cien personas que se quedaron atrapadas en la Autopista AP-68 a la altura de Haro, un incidente que provocó polémica política entre la Administración regional y la Delegación del Gobierno. El director general de Política Interior insistió en que Delegación del Gobierno avisó tarde porque "al parecer" el incidente se produjo entre las cinco y media y seis de la tarde y "SOS Rioja tuvo conocimiento por el delegado del Gobierno tres horas después". Un tiempo que se podría haber aprovechado, a juicio del Ejecutivo regional.
Durante esos días, hubo 858 profesionales de muy diversos campos que estuvieron alerta y trabajando para que la vida pudiera desarrollarse con relativa normalidad en La Rioja, 457 personas que dependían de la Administración regional -que aportó 21 quitanieves con 55 personas- y otras 381 del Estado (que contribuyó a limpiar las carreteras con 14 quitanieves y 42 personas). 300 efectivos de la Guardia Civil y Policía Nacional, 155 de la Guardería Forestal, 25 Bomberos del CEIS, 26 voluntarios de la red de radioaficionados, 65 voluntarios de Cruz Roja, 167 profesionales del Servicio Riojano de Salud y los 202 Policías Locales de los Ayuntamientos trabajaron para mejorar las comunicaciones y atender emergencias.
Las llamadas recibidas por el servicio de emergencias SOS Rioja 112 ilustran la situación que vivió la comunidad, ya que entre lunes y sábado fueron casi 10.000 (9.846) frente a las 5.800 de una semana "normal". Se realizaron 5.012 partes de intervención (en una semana normal son poco más de 1.700). El día 'punta' fue el miércoles, con más de 2.400 llamadas en una sola jornada y 1.600 partes de incidencia, que implican posteriores gestiones y actuaciones. En cuanto al estado de las carreteras riojanas, el director general de este área, Antonio García Cuadra, explicó que el lunes 24 de enero ya se comenzó a actuar, siempre dando preferencia a los corredores principales.
Había problemas no sólo en la Sierra o en los lugares más altos, sino también en el Valle del Ebro y en los mismos núcleos urbanos. Por eso, se contrataron equipos adicionales hasta contar con la veintena de quitanieves que sobre todo "luchó contra el hielo". A medida que avanzó el temporal (sobre todo el jueves), las nevadas iban trasladándose con más intensidad a la zona de Haro, los Montes Obarenes y Sierra de Cantabria, donde se precisaron equipos especiales por el espesor que alcanzó la nieve. García Cuadra recalcó que en toda la semana no hubo ningún núcleo que quedara incomunicado.
"No hubo ninguna situación de aislamiento", señaló el director general de Carreteras, que agradeció a todo el personal su trabajo "en condiciones muy difíciles", de siete de la mañana a diez de la noche y en condiciones extremas
Como ya habían confirmado los Observatorios meteorológicos, el temporal no destacó por la cantidad de nieve o agua caída, pero sí por las bajas temperaturas durante tantos días seguidos, algo que ahora se revela como positivo, porque esas bajas temperaturas impedirán un deshielo rápido y problemas de inundaciones. Es algo que sí ocurrió en febrero de 2003. Según los datos que aportó el director general de Política Interior, el día 5 de febrero de ese año, el río Ebro alcanzó su cota más alta en 40 años.
Llegó a albergar 1.435 metros cúbicos por segundo en Miranda; 2.073 metros cúbicos por segundo en Mendavia y 3.050 en Castejón. En aquel momento, los pantanos riojanos ya registraban buena parte de su capacidad (entre el 83 por ciento de Mansilla, el 88,54 por ciento de Pajares y el 94,20 por ciento de González Lacasa). Algo que tampoco ocurre ahora, ya que los pantanos están entre el 40 y el 50 por ciento de su capacidad. Eso hace descartar también el riesgo de deshielo en los afluentes del Ebro.
En cuanto al temporal ya superado -que se prolongó del lunes 24 al sábado 29 de enero- el miércoles fue el día más frío, y los termómetros marcaron esa jornada hasta 11,2 grados bajo cero en Moncalvillo y 7,1 en Ezcaray. En núcleos urbanos, Haro llegó a soportar 4,5 grados bajo cero y Logroño 3,5 grados bajo cero. En cualquier caso, el temporal pasó por La Rioja sin provocar heridos de consideración, pese a los problemas que se dieron por la acumulación de importantes espesores de nieve y sobre todo por la formación de placas de hielo en prácticamente toda la red de carreteras, incluidas las ciudades y municipios.
Coincidiendo en parte con el paro técnico de las grúas -que en La Rioja finalizó antes que en el conjunto del país al preverse un pacto con las aseguradoras- hubo 70 accidentes de tráfico, con 43 salidas de vía (sin heridos); 11 asistencias a vehículos que sufrieron averías; 4 ayudas sanitarias; 3 traslados para tratamientos de diálisis; 7 traslados para realizar servicios o tareas sociales (ayuda a ancianos,...); 3 transportes de medicamentos (a San Asensio, Pradejón y San Millán) y 92 solicitudes para que las máquinas limpiasen la calzada.
El Gobierno de La Rioja colaboró, asimismo, en albergar a unas cien personas que se quedaron atrapadas en la Autopista AP-68 a la altura de Haro, un incidente que provocó polémica política entre la Administración regional y la Delegación del Gobierno. El director general de Política Interior insistió en que Delegación del Gobierno avisó tarde porque "al parecer" el incidente se produjo entre las cinco y media y seis de la tarde y "SOS Rioja tuvo conocimiento por el delegado del Gobierno tres horas después". Un tiempo que se podría haber aprovechado, a juicio del Ejecutivo regional.
Durante esos días, hubo 858 profesionales de muy diversos campos que estuvieron alerta y trabajando para que la vida pudiera desarrollarse con relativa normalidad en La Rioja, 457 personas que dependían de la Administración regional -que aportó 21 quitanieves con 55 personas- y otras 381 del Estado (que contribuyó a limpiar las carreteras con 14 quitanieves y 42 personas). 300 efectivos de la Guardia Civil y Policía Nacional, 155 de la Guardería Forestal, 25 Bomberos del CEIS, 26 voluntarios de la red de radioaficionados, 65 voluntarios de Cruz Roja, 167 profesionales del Servicio Riojano de Salud y los 202 Policías Locales de los Ayuntamientos trabajaron para mejorar las comunicaciones y atender emergencias.
Las llamadas recibidas por el servicio de emergencias SOS Rioja 112 ilustran la situación que vivió la comunidad, ya que entre lunes y sábado fueron casi 10.000 (9.846) frente a las 5.800 de una semana "normal". Se realizaron 5.012 partes de intervención (en una semana normal son poco más de 1.700). El día 'punta' fue el miércoles, con más de 2.400 llamadas en una sola jornada y 1.600 partes de incidencia, que implican posteriores gestiones y actuaciones. En cuanto al estado de las carreteras riojanas, el director general de este área, Antonio García Cuadra, explicó que el lunes 24 de enero ya se comenzó a actuar, siempre dando preferencia a los corredores principales.
Había problemas no sólo en la Sierra o en los lugares más altos, sino también en el Valle del Ebro y en los mismos núcleos urbanos. Por eso, se contrataron equipos adicionales hasta contar con la veintena de quitanieves que sobre todo "luchó contra el hielo". A medida que avanzó el temporal (sobre todo el jueves), las nevadas iban trasladándose con más intensidad a la zona de Haro, los Montes Obarenes y Sierra de Cantabria, donde se precisaron equipos especiales por el espesor que alcanzó la nieve. García Cuadra recalcó que en toda la semana no hubo ningún núcleo que quedara incomunicado.
"No hubo ninguna situación de aislamiento", señaló el director general de Carreteras, que agradeció a todo el personal su trabajo "en condiciones muy difíciles", de siete de la mañana a diez de la noche y en condiciones extremas