Environmental Ministry says that will limit the water supply from divert Tajo-Segura if it doesn´t rain before march

Fri, 21/01/2005

ABC

La reserva en los embalses de Entrepeñas y Buendía, que regulan esta transferencia, está por encima de la del año pasado, sin que en 2004 se tomara esta medida

MADRID. El director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, aseguró ayer en un receso de la reunión que mantuvo con los presidentes de las Confederaciones Hidrográficas que si no llueve antes de marzo y siguen descendiendo los niveles de reserva de los embalses «habrá que empezar a limitar las aguas que se transfieran» a través del Acueducto Tajo-Segura (ATS) para el próximo trimestre. La próxima reunión de la Comisión de Explotación del ATS -la última fue el 14 de enero y se autorizó el envío de 114 hectómetros cúbicos- tendrá lugar en unas cinco semanas y será ahí cuando deba hacerse un diagnóstico de la situación para decidir si se reduce el volumen a trasvasar. Se trata de una reunión excepcional porque esta comisión se reúne cada tres meses, y esta vez lo hará en mitad del periodo entre un desembalse y el siguiente.

Y es que si bien Palop dijo que la reducción de las aportaciones del trasvase no sería drástica, no ocultó su preocupación por «la tendencia en la recepción de agua» de los embalses de cabecera de Entrepeñas y Buendía, que son los que regulan la transferencia hacia la cuenca del Segura. Aunque no indicó cuál es la reserva en ese sistema, los datos del boletín hidrológico a fecha 18 de enero indican que el sistema Entrepeñas-Buendía almacena 767 hectómetros cúbicos, por encima del año anterior, aunque por debajo de la media de los últimos cinco años (825 hectómetros cúbicos).

Esperar a la primavera

Sin embargo, hay que indicar que el año pasado, una vez que empezó la primavera y llovió, esas reservas no dejaron de crecer hasta alcanzar al inicio del verano los 963 hectómetros cúbicos, en la línea de la media de los últimos cinco años. Por tanto, no se aprecia en estos momentos ningún cambio en la tendencia, aunque sí podría producirse si no llueve en primavera. Pero la reunión que, según Palop, analizará la situación y decidirá el siguiente trasvase se hará antes de que llegue esta estación que, precisamente y como recordó el propio Palop, es la segunda estación tras el otoño por cuantía de precipitaciones. Es más, él mismo puso un ejemplo recordando que el año pasado los embalses de la cuenca del Segura estaban en esta fecha al 14 por ciento de su capacidad, un punto menos que ahora, pero «las lluvias de primavera aliviaron la situación de posible penuria».

No obstante, parece que para el resto de cuencas la situación actual de escasez de precipitaciones sí «puede cambiar esta misma primavera», señaló Palop. Desde el Ministerio de Medio Ambiente se insiste en que la situación «no es de alarma» y que los sistemas de embalse peninsulares están prácticamente dentro de la normalidad. En este sentido, Palop dijo que las cuencas más afectadas por la escasez de recursos hídricos son, además del Segura, las Internas de Cataluña, con un nivel de agua embalsada inferior a la media de los últimos cinco años; la del Júcar, a pesar de que en los dos últimos años empieza a recuperarse y supera en 12 puntos la media de los cinco últimos, y la del Ebro, con un 55 por ciento de recursos embalsados, inferior a la media de los últimos cinco y diez años. No obstante, se insiste en que «aún estamos a tiempo de retomar una situación de normalidad» y que «la sequía climatológica podrá ser sobrellevada por la disponibilidad de agua en los embalses», que aseguran que el suministro está garantizado para un año, según el director general del Agua. Si bien advirtió que en la cuenca del Segura sí deben «extremar las precauciones y fomentar hábitos de consumo moderados», porque si no llueve «la situación empezaría a complicarse a corto plazo». En ese caso, dijo, se suplementarían las aportaciones de agua para abastecimiento con agua destinada a uso agrícola.

«Gestionar futuras sequías»

Por tanto, la reunión que ayer mantuvo con los presidentes de las Confederaciones Hidrográficas es básicamente para «gestionar futuras sequías». Entre las medidas que desde el Ministerio se tomarán destacó la elaboración de una red de indicadores hidrológicos para detectar sequías, que estará ultimada en dos meses, tal y como adelantó este periódico. Asimismo, Jaime Palop explicó que como los planes especiales que cada cuenca debe tener contra la sequía no estarán hasta dentro de año o año y medio, a excepción del Júcar que espera tenerlo terminado en un plazo máximo de dos meses, lo que hará su departamento es revisar las actuaciones llevadas a cabo en anteriores periodos de sequía, como el de 1993 y 1995, para «establecer unos planes provisionales» que -confía- «seguramente no va a hacer falta» activar