Debate about the water in Larraun valley
Tue, 21/12/2004
Los últimos años el río Ercilla catalogado, según el Gobierno de Navarra como región salmonícola superior (río truchero), se está secando cada verano y, aguas (o piedras) abajo, el río Larraun se convierte en un tramo fangoso y con mal olor que hace las «delicias» de los paseantes que recorren el Paseo del Plazaola en dirección Mugiro. La causa es el exceso de agua derivada para otros usos y el vertido de contaminantes o residuos a un ritmo superior al que el sistema natural es capaz de absorber o neutralizar. Cuando un río catalogado como truchero se seca, en vez de cambiar la catalogación (como pretende el Gobierno de Navarra), deberíamos plantearnos captar menos agua de ese cauce.
Por otra parte, varios Concejos del Valle, curiosamente los más cercanos a estos ríos, sufren restricciones de agua en verano. Para solucionarlo se ha planteado el aprovechamiento de aguas subterráneas en algunos de ellos. Sin embargo, la información de este recurso es mínima hasta el punto de que nadie se atreve a hacer afirmaciones o previsiones, debido a la cantidad de factores incontrolables que influyen. Es el caso de un Concejo del Valle en el que se hizo una prospección para obtener agua de acuíferos subterráneos, se extrajo el agua necesaria, pero el año siguiente se tuvo que bajar a más profundidad para obtener agua. Hay que tener cuidado en no explotar demasiado el acuífero, ya que si bajamos su nivel tendremos que hacer pozos más profundos y será prácticamente inviable obtener más agua. Es pues evidente que en el caso de las aguas subterráneas los recursos no se deben utilizar a un ritmo superior al de su regeneración. El problema del agua se ha agudizado los últimos cuatro veranos.
El debate se abre por el hecho de que una empresa del Valle solicitase triplicar el volumen de vertido en el río Larraun (entendiendo nosotros que esto llevará consigo un mayor consumo) y que se hizo público por medio de unas alegaciones de Gurelur. Nosotros no pretendemos focalizar todo el problema en esa empresa. Esto sería una simplificación imperdonable. No vamos a entrar en polémicas sobre los tipos de explotación industrial, ni formas de desarrollo municipales, a pesar de que sobre todo con estas últimas tenemos serias divergencias. El problema del agua en el Valle de Larraun es mucho más complejo y necesita una valoración reflexionada, con el máximo de información posible. Es por ello que Aralar consiguió que el Ayuntamiento de Larraun instara al Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda a realizar una Auditoria Medio Ambiental sobre la situación de las aguas del Valle de Larraun. Al día de hoy, Aralar ha interpuesto mociones instando a los Ayuntamientos de Lekunberri y Larraun a formar una Mesa del Agua entre los que están preocupados por la situación de los ríos Ercilla y Larraun (Ayuntamientos, empresas, Concejos, Vecinos...). Todo ello para hablar, analizar y buscar una solución sostenible a la problemática existente. Se dice que algo es sostenible o perdurable cuando el desarrollo satisface las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. Para reforzar este esfuerzo de Larraun, el grupo parlamentario de Aralar ha hecho una petición al Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda para realizar una Auditoria Medio Ambiental sobre la situación de caudales y calidad de las aguas en el Valle de Larraun.
En el caso de los ríos Ercilla y Larraun deberían marcarse unos criterios claros en cuanto a su prioridad de aprovechamiento. A nuestro entender, el caudal ecológico es algo a respetar por encima del resto de necesidades. Una vez cubierto éste (el caudal suficiente para garantizar la conservación de los ecosistemas fluviales), deberían asegurarse las necesidades de agua de boca de la población presente y futura del Valle. Con el agua restante se deberían cubrir las demandas de las empresas con bajo consumo o que no tengan el agua como «input» empresarial, y por último, se debería abastecer las empresas con grandes consumos o que sacan beneficio económico del agua en sí, ya sea en forma de bebida, ya sea en granjas industriales, ya sea en forma de central hidroeléctrica. No es de recibo que haya vecinos y vecinas con cortes y restricciones de agua y a pocos kilómetros haya grandes granjas con un elevado consumo por animal al día o empresas que vendan esa agua embotellada en forma de zumo, mosto, etc.
Hay que tener en cuenta la situación de los pequeños pueblos del Valle de Larraun, ya que puede darse la paradoja de que Larraun, municipio con cantidad de recursos hídricos y que vive momentos de recuperación demográfica acercándose a cotas de población de tiempos pasados, pueda ver hipotecada su recuperación por la escasez de agua. Ya han pasado los tiempos en que el agua era un bien abundante y la teoría de que «como el agua es de todos yo hago lo que quiero». Habrá que tomar medidas para optimizar al máximo su aprovechamiento, instalando contadores al principio y final de las instalaciones para detectar fugas (uno de los mayores problemas del abastecimiento de agua), aplicar tarifas que penalicen el derroche... por ejemplo diferenciando el consumo de boca de otros consumos, subiendo las tarifas exponencialmente, y no a la inversa, para impulsar un uso racional del agua.
Para poder llevar a cabo estas medidas, vemos una buena oportunidad en la constitución de una Mancomunidad que abarque a todos los pueblos del Valle, respetando las peculiaridades y ritmo de incorporación de cada pueblo, pero basándose en la solidaridad.
Por otra parte, varios Concejos del Valle, curiosamente los más cercanos a estos ríos, sufren restricciones de agua en verano. Para solucionarlo se ha planteado el aprovechamiento de aguas subterráneas en algunos de ellos. Sin embargo, la información de este recurso es mínima hasta el punto de que nadie se atreve a hacer afirmaciones o previsiones, debido a la cantidad de factores incontrolables que influyen. Es el caso de un Concejo del Valle en el que se hizo una prospección para obtener agua de acuíferos subterráneos, se extrajo el agua necesaria, pero el año siguiente se tuvo que bajar a más profundidad para obtener agua. Hay que tener cuidado en no explotar demasiado el acuífero, ya que si bajamos su nivel tendremos que hacer pozos más profundos y será prácticamente inviable obtener más agua. Es pues evidente que en el caso de las aguas subterráneas los recursos no se deben utilizar a un ritmo superior al de su regeneración. El problema del agua se ha agudizado los últimos cuatro veranos.
El debate se abre por el hecho de que una empresa del Valle solicitase triplicar el volumen de vertido en el río Larraun (entendiendo nosotros que esto llevará consigo un mayor consumo) y que se hizo público por medio de unas alegaciones de Gurelur. Nosotros no pretendemos focalizar todo el problema en esa empresa. Esto sería una simplificación imperdonable. No vamos a entrar en polémicas sobre los tipos de explotación industrial, ni formas de desarrollo municipales, a pesar de que sobre todo con estas últimas tenemos serias divergencias. El problema del agua en el Valle de Larraun es mucho más complejo y necesita una valoración reflexionada, con el máximo de información posible. Es por ello que Aralar consiguió que el Ayuntamiento de Larraun instara al Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda a realizar una Auditoria Medio Ambiental sobre la situación de las aguas del Valle de Larraun. Al día de hoy, Aralar ha interpuesto mociones instando a los Ayuntamientos de Lekunberri y Larraun a formar una Mesa del Agua entre los que están preocupados por la situación de los ríos Ercilla y Larraun (Ayuntamientos, empresas, Concejos, Vecinos...). Todo ello para hablar, analizar y buscar una solución sostenible a la problemática existente. Se dice que algo es sostenible o perdurable cuando el desarrollo satisface las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. Para reforzar este esfuerzo de Larraun, el grupo parlamentario de Aralar ha hecho una petición al Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda para realizar una Auditoria Medio Ambiental sobre la situación de caudales y calidad de las aguas en el Valle de Larraun.
En el caso de los ríos Ercilla y Larraun deberían marcarse unos criterios claros en cuanto a su prioridad de aprovechamiento. A nuestro entender, el caudal ecológico es algo a respetar por encima del resto de necesidades. Una vez cubierto éste (el caudal suficiente para garantizar la conservación de los ecosistemas fluviales), deberían asegurarse las necesidades de agua de boca de la población presente y futura del Valle. Con el agua restante se deberían cubrir las demandas de las empresas con bajo consumo o que no tengan el agua como «input» empresarial, y por último, se debería abastecer las empresas con grandes consumos o que sacan beneficio económico del agua en sí, ya sea en forma de bebida, ya sea en granjas industriales, ya sea en forma de central hidroeléctrica. No es de recibo que haya vecinos y vecinas con cortes y restricciones de agua y a pocos kilómetros haya grandes granjas con un elevado consumo por animal al día o empresas que vendan esa agua embotellada en forma de zumo, mosto, etc.
Hay que tener en cuenta la situación de los pequeños pueblos del Valle de Larraun, ya que puede darse la paradoja de que Larraun, municipio con cantidad de recursos hídricos y que vive momentos de recuperación demográfica acercándose a cotas de población de tiempos pasados, pueda ver hipotecada su recuperación por la escasez de agua. Ya han pasado los tiempos en que el agua era un bien abundante y la teoría de que «como el agua es de todos yo hago lo que quiero». Habrá que tomar medidas para optimizar al máximo su aprovechamiento, instalando contadores al principio y final de las instalaciones para detectar fugas (uno de los mayores problemas del abastecimiento de agua), aplicar tarifas que penalicen el derroche... por ejemplo diferenciando el consumo de boca de otros consumos, subiendo las tarifas exponencialmente, y no a la inversa, para impulsar un uso racional del agua.
Para poder llevar a cabo estas medidas, vemos una buena oportunidad en la constitución de una Mancomunidad que abarque a todos los pueblos del Valle, respetando las peculiaridades y ritmo de incorporación de cada pueblo, pero basándose en la solidaridad.