Greenpeace requests of public prosecutor that it forces Ercros in order to clean wastes in Ebro.

Wed, 27/10/2004

La Razón

La organización ecologista Greenpeace remitió ayer al fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, una carta en la que le piden que haga cumplir a la empresa Ercros la sentencia que le obliga a sanear las riberas y fangos del río Ebro por los vertidos realizados entre los años 1988 y 1993. Greenpeace señala en una nota pública que «en el debate » que hay sobre si la empresa Ercros debe o no asumir la responsabilidad legal «que se desprende » del vertido de 300.000 toneladas de residuos tóxicos al río Ebro, ellos han decidido pedir «el amparo » al fiscal general para que cumpla una sentencia dictada en el año 2003.
Vertidos controlados. Por su parte, la empresa Ercros ya señaló en un comunicado a comienzos de este mes que los vertidos procedentes de la planta de fosfato bicálcico de la fábrica de Flix están controlados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y por la Agencia de Residuos de Cataluña. Asimismo, la organización ecologista detalla en su nota que la Audiencia Provincial de Tarragona dictó el 24 de abril de 2003 que la empresa debía limpiar las riberas y fangos del Ebro, en el área de afectación de la empresa, por los vertidos realizados entre septiembre de 1988 y agosto de 1993. En su carta al fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, la organización ecologista Greenpeace pide que ejecute «en todos sus términos » la sentencia «en evitación de las graves repercusiones que sobre la salud pública y el medio ambiente están aconteciendo por los vertidos de dicha industria al río Ebro y que caso de no proceder al saneamiento que la Resolución Judicial ordena, podrían ser mucho mayores ». Por último, la sentencia a la que se refiere la organización ecologista considera probado que entre los años 1990 y 1993, se vertió al embalse de Flix más de una tonelada y media de mercurio; que los compuestos organoclorados que generó «fueron a parar al río Ebro sin depuración alguna » y que la contaminación fue también atmosférica produciéndose de diciembre de 1990 a enero de 1992 cotas «alarmantes ».