Technical experts think the best solution is removing toxic wastes of Ebro in Flix.

Tue, 12/10/2004

El País

Tarragona
'Por poco que sea posible, lo mejor será dejar el río como estaba'. Así de rotundo se mostraba ayer uno de los integrantes de la comisión científica que debe decidir el destino de las miles de toneladas de residuos tóxicos y radiactivos amontonados en el río Ebro durante décadas frente a la planta de Erkimia en Flix (Ribera d'Ebre). La opción de retirar los vertidos y restaurar el estado original del río es la que ha tomado más fuerza en el seno de esta comisión técnica.
Los expertos encargados de buscar una solución al problema que generan los centenares de miles de toneladas tóxicas aún no han elaborado una propuesta definitiva pero, hoy por hoy, descartan la posibilidad de confinar la montaña de residuos en un sarcófago aislante.
'Este sarcófago tiene que ser la última opción', señalaban ayer varias fuentes técnicas, y argumentaron que estas obras representarían también estrechar el cauce del río a la mitad del actual, lo que facilitaría un desbordamiento del Ebro durante una avenida de agua. De esta forma, los científicos que analizan desde mediados de septiembre el problema creen que la solución pasa por desviar el cauce actual del río para sortear los residuos, o bien construir un dique de contención que también permita retirarlos en seco.
Cualquiera de las dos opciones resulta extremadamente costosa y tanto la Administración catalana como la central únicamente han garantizado 104 millones de euros -fondos europeos que anteriormente estaban destinados al trasvase- para actuar en Flix. El Gobierno catalán considera esta cifra como 'un punto de partida' y la comisión científica trabaja bajo el mandato de poder disponer de un proyecto de actuación definitivo para presentarlo en mayo a nuevas subvenciones de la Unión Europea. 'No puede prevalecer el criterio ecónomico, sino el medioambiental', decían ayer fuentes de esta comisión.
Opción del CSN
En el Ayuntamiento de Flix también prefieren retirar los residuos -entre 200.000 y 360.000 toneladas, según desveló un informe del Centro superior de Investigaciones Científicas- a dejarlos allí. El alcalde, Pere Muñoz (ERC), ha manifestado en repetidas ocasiones su esperanza de que el revuelo generado por la publicación de este informe sirva para retirar unos residuos que han acompañado a esta localidad desde que Erkimia, factoría que forma parte de Ercros, se instaló allí a finales del siglo XIX.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad Nuclear, máxima autoridad en la materia, ha manifestado que, desde el punto de vista estrictamente radiológico -en Flix hay acumuladas entre 10.000 y 18.000 toneladas de material de baja radiactividad resultante de la fabricación de fosfatos- la opción que comporta menos riesgos es la de construir un sarcófago sobre la montaña de vertidos, del mismo modo que el reactor de la central nuclear desmantelada Vandellòs I duerme ahora bajo un grueso caparazón de hormigón. Los operarios que retirarían estos residuos, por ejemplo, estarían sometidos a la normativa de protección radiológica, y al moverlos existiría un riesgo de que se dispersaran por la zona o que el río los arrastrara corriente abajo.
De cualquier modo, tanto la Administración central como el Gobierno catalán se han comprometido a respetar el dictamen de la comisión científica sobre los residuos