Research work predicts economic collapse if there isn´t more water for six years.

Tue, 12/10/2004

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El profesor de la Universidad de Alicante Joaquín Melgarejo advierte de que la situación afecta a todos los sectores
J. P.
Profesores de las universidades de Elche y Alicante acaban de publicar un libro que bajo el título de «Repercusiones socioeconómicas del Plan Hidrológico Nacional en la Provincia» recoge los estudios que dieron lugar al informe presentado el pasado año por la patronal, Coepa. La derogación del trasvase del Ebro lo ha convertido en «un libro histórico», según reconoce su coordinador, Joaquín Melgarejo. No obstante, algunas conclusiones y reflexiones siguen siendo validas. En opinión del profesor del departamento de Análisis Aplicado de la Universidad de Alicante, si no se dispone de más agua, en el plazo de seis u siete años se producirá el colapso de la economía provincial.
«Ha cambiado el Gobierno, se ha prohibido el trasvase, pero el libro sigue teniendo vigencia. La realidad que se contempla es independiente de que haya o no trasvase porque los problemas siguen estando ahí», afirma Melgarejo.
El trabajo incide en algunos aspectos ya conocidos como que la provincia tiene un déficit estructural. «Se necesita una dotación de recursos para mantener la actividad económica. A la sociedad alicantina le puede parecer bien una solución u otra, pero tiene que haber una solución. Alicante necesita un aumento de los recursos hídricos y ese aumento tiene que ser importante para evitar problemas medioambientales, como la salinización de los suelos o la sobreexplotación de los acuíferos, y socioeconómicos».
Tras la elaboración del estudio, Melgarejo afirma que, «si no tenemos agua, dentro de 6 ó 7 años se puede producir el colapso de nuestro modelo económico que puede gustar más o menos pero es el que tenemos y es del que viven las personas. Tenemos industrias tradicionales que se dedican a la exportación, turismo y agricultura y no se deben generar tres problemas al mismo tiempo. El mantenimiento del crecimiento de esta provincia necesita agua. Otra cosa es que pensemos que la podemos traer de Marte, pero eso tiene unos costes».
Derogado el trasvase del Ebro, «el problema es que la solución del actual Gobierno tiene que materializarse más. Lo que hemos visto en los presupuestos del Estado no resuelve el problema, empieza a resolverlo. El Ministerio de Medio Ambiente debe de centrarse más en las cuencas del Júcar y del Segura. Con esto no quiero decir que el trasvase fuese a solucionar el problema en un año».
En su opinión, el escenario que se ha abierto tras la derogación del trasvase del Ebro ha provocado «incertidumbre, que es lo peor que le puede pasar a una actividad económica. Si en vez de hablar de agua hablásemos de petróleo, qué supondría que no supiésemos si iba a haber petróleo o no y de qué calidad»
El estudio recoge que «la agricultura está sometida a un estrés muy importante. Una hectárea de cultivo necesita entre 6.500 y 7.000 metros cúbicos anuales y aquí se riega con 4.500. Eso se refleja en pérdidas de calidad y de rendimiento».
El profesor añade que del agua no sólo depende el futuro de la agricultura sino del resto de actividades económicas como el turismo o la industria. «Es un imput fundamental para el mantenimiento del empleo».
El libro dedica un capítulo al turismo. Melgarejo apuesta por una racionalización en la construcción «porque el agua es un recurso limitado. No se puede construir una urbanización sin agua, pero no es un problema tanto del agua sino de la ordenación del territorio. Lo que está claro es que el turismo necesita agua y que es una actividad puede pagar los costes de alternativas como la desalación».
El informe sitúa el déficit de la provincia en 350 hectómetros. «Si el agua no llega, los efectos económicos y sociales irán aumentado proporcionalmente». El profesor realiza además una advertencia: «Si el trasvase Tajo-Segura deja de enviar los 145 hectómetros cúbicos que necesita el Taibilla, dos millones de personas se quedan sin recursos.