ENVIRONMENT. One of each three tons of potable water is lost in Majorca by leaks in the network
Sun, 26/09/2004
MIQUEL A. FONT PALMA.- Uno de cada cinco litros de agua potable que entra en la red de distribución de Palma se pierde por el camino y no llega nunca a consumirse. A nivel de Mallorca, la media de fugas es todavía superior y se sitúa en el 30% aunque hay casos excepcionales en los que las pérdidas alcanzan el 80%.
Este 20% de pérdidas anuales en Palma se traduce en 15 millones de metros cúbicos, una cantidad de agua superior a la capacidad de los embalses de Cúber y el Gorg Blau, que es de 11 millones de metros cúbicos.
Arturo Cadenas, director gerente de Emaya, ha explicado a EL MUNDO/El Día de Baleares que las fugas en la red de distribución de Palma se han reducido de forma ostensible durante los últimos años habiéndose pasado del 30% de pérdidas que había en la década de los 90 al 20% actual.
Cadenas destaca que en estos años se ha realizado un gran esfuerzo para reducir al máximo las fugas en la red. El primer trabajo fue detectar dónde se producían las mayores fugas y luego intentar reparar el máximo posible. Uno de los trabajos más destacados en este sentido, según Cadenas, ha sido la renovación al completo de las canalizaciones del barrio antiguo. Todo el trabajo realizado durante los últimos 10 años ha servido para rebajar del 30% al 20% las fugas.
La facturación A partir de este momento -afirma Cadenas- «seguir reduciendo las pérdidas va a resultar mucho más difícil puesto que tras reparar los grandes agujeros ahora es complicado detectar dónde se producen las pequeñas fugas» que necesariamente han de ser numerosas para completar este 20% de agua perdida en la red de abastecimiento.
La valoración de las fugas de agua se efectúa midiendo la diferencia entre la cantidad de líquido que entra en la red de distribución y lo que finalmente factura la empresa responsable del abastecimiento, Emaya en el caso de Palma. Una mínima parte de lo que no se factura no son realmente fugas sino que corresponde al agua utilizada para el riego de calles, jardines y parques públicos. Durante el Govern del Pacte, un informe técnico de la Conselleria de Medio Ambiente ya advertía que las pérdidas por fugas de agua canalizada en la mayoría de los municipios de las Islas rondaba el 35%. Entonces, la consellera Margalida Rosselló (Els Verds) instó a los ayuntamientos a que buscaran con rapidez una fórmula para acabar con esta situación.
Campanet Ahor a, debido a las obras realizadas en la red de Palma y de varios municipios, el nivel medio de pérdidas en la red se ha reducido mínimamente y se sitúa en el 30%.
Sin embargo sigue habiendo casos excepcionales donde las fugas son muy superiores. El caso más llamativo es del Campanet, donde se pierde el 80% del agua canalizada. El Ayuntamiento de este municipio se dispone ahora a afrontar la renovación de toda la red de canalización, un proyecto que cuenta con un presupuesto de 300.000 euros. En Son Servera las fugas son del 40%, en Felanitx del 60% y lo mismo en Sa Colònia de Sant Pere. Los municipios con mejores canalizaciones son Calvià, donde las fugas en la red de Emaya son del 11% y en la red de Calvià 2000, el 8%. En Llucmajor y Capdepera se pierde el 12% del agua que se introduce en la red de abastecimiento.
A nivel de Baleares, la pérdida de agua por las deficiencias de las redes de abastecimiento es aproximadamente de 70 millones de metros cúbicos. En Palma, Emaya no dispone de datos actualizados. Sin embargo, un informe técnico encargado en 2001 por EU-Verds señalaba que en la red de abastecimiento se introdujeron 44.510.000 metros cúbicos y se facturaron 29 millones con lo que se perdieron un total de 15 millones de metros cúbicos.
Este 20% de pérdidas anuales en Palma se traduce en 15 millones de metros cúbicos, una cantidad de agua superior a la capacidad de los embalses de Cúber y el Gorg Blau, que es de 11 millones de metros cúbicos.
Arturo Cadenas, director gerente de Emaya, ha explicado a EL MUNDO/El Día de Baleares que las fugas en la red de distribución de Palma se han reducido de forma ostensible durante los últimos años habiéndose pasado del 30% de pérdidas que había en la década de los 90 al 20% actual.
Cadenas destaca que en estos años se ha realizado un gran esfuerzo para reducir al máximo las fugas en la red. El primer trabajo fue detectar dónde se producían las mayores fugas y luego intentar reparar el máximo posible. Uno de los trabajos más destacados en este sentido, según Cadenas, ha sido la renovación al completo de las canalizaciones del barrio antiguo. Todo el trabajo realizado durante los últimos 10 años ha servido para rebajar del 30% al 20% las fugas.
La facturación A partir de este momento -afirma Cadenas- «seguir reduciendo las pérdidas va a resultar mucho más difícil puesto que tras reparar los grandes agujeros ahora es complicado detectar dónde se producen las pequeñas fugas» que necesariamente han de ser numerosas para completar este 20% de agua perdida en la red de abastecimiento.
La valoración de las fugas de agua se efectúa midiendo la diferencia entre la cantidad de líquido que entra en la red de distribución y lo que finalmente factura la empresa responsable del abastecimiento, Emaya en el caso de Palma. Una mínima parte de lo que no se factura no son realmente fugas sino que corresponde al agua utilizada para el riego de calles, jardines y parques públicos. Durante el Govern del Pacte, un informe técnico de la Conselleria de Medio Ambiente ya advertía que las pérdidas por fugas de agua canalizada en la mayoría de los municipios de las Islas rondaba el 35%. Entonces, la consellera Margalida Rosselló (Els Verds) instó a los ayuntamientos a que buscaran con rapidez una fórmula para acabar con esta situación.
Campanet Ahor a, debido a las obras realizadas en la red de Palma y de varios municipios, el nivel medio de pérdidas en la red se ha reducido mínimamente y se sitúa en el 30%.
Sin embargo sigue habiendo casos excepcionales donde las fugas son muy superiores. El caso más llamativo es del Campanet, donde se pierde el 80% del agua canalizada. El Ayuntamiento de este municipio se dispone ahora a afrontar la renovación de toda la red de canalización, un proyecto que cuenta con un presupuesto de 300.000 euros. En Son Servera las fugas son del 40%, en Felanitx del 60% y lo mismo en Sa Colònia de Sant Pere. Los municipios con mejores canalizaciones son Calvià, donde las fugas en la red de Emaya son del 11% y en la red de Calvià 2000, el 8%. En Llucmajor y Capdepera se pierde el 12% del agua que se introduce en la red de abastecimiento.
A nivel de Baleares, la pérdida de agua por las deficiencias de las redes de abastecimiento es aproximadamente de 70 millones de metros cúbicos. En Palma, Emaya no dispone de datos actualizados. Sin embargo, un informe técnico encargado en 2001 por EU-Verds señalaba que en la red de abastecimiento se introdujeron 44.510.000 metros cúbicos y se facturaron 29 millones con lo que se perdieron un total de 15 millones de metros cúbicos.