The cycle of great hydraulic works has been closed, the management of the water demands environmental criteria
Mon, 27/09/2004
ZARAGOZA. Las llamadas procedían del Ministerio de Medio Ambiente, del que depende la CHE, y estaban relacionadas con las inundaciones provocadas por la tormenta de la madrugada del día 7. No éramos las únicas visitas que padecíamos las consecuencias de los perentorios requerimientos telefónicos, que hicieron que fuera acumulándose. Todo sea por conseguir las ayudas , manifestó a modo de disculpa José Luis Alonso tras meter por enésima vez su teléfono móvil en el bolsillo. Es un día complicado, pero la verdad es que desde que tomé posesión del cargo el 10 de junio apenas si he tenido algún día tranquilo , comenta el presidente de la Confederación.
El hecho de que su llegada a la Confederación haya coincidido con un cambio en el Gobierno español que, además, adoptó como primer acuerdo una decisión que afecta directamente a la institución que preside: la derogación del Plan Hidrológico Nacional y, con él, el trasvase del Ebro ¿conlleva una dificultad añadida?
El cambio de Gobierno, al menos desde el punto de vista de la Confederación, ha sido digamos que relajante, en el sentido de que efectivamente, la primera medida que tomó fue la derogación del trasvase, porque la gestión del trasvase nos hubiera complicado mucho nuestro trabajo, además de que se trata de una decisión que ha tranquilizado a amplias zonas de las abarcadas por la Confederación donde había una conflictividad social alta, como Cataluña y Aragón.
Perdone pero ¿no es un cargo un tanto ingrato, teniendo en cuenta que los proyectos que ponga en marcha tardarán varios años en realizarse?
En la Confederación se pueden marcar líneas estratégicas, y en ese sentido sí que desde la Presidencia de la Confederación se pueden diseñar giros estratégicos muy importantes. Efectivamente, las obras hidráulicas cuestan realizar más de una legislatura. Pensemos en Itoiz o el Canal de Navarra: se iniciaron ya en la etapa de Gobierno de Felipe González, han pasado ocho años de gestión del PP, siguen las obras y no las vamos a acabar ni esta legislatura ni la siguiente, sino dentro de tres. Cuando fui a ver por primera vez al presidente de la Comunidad Foral de Navarra, Miguel Sanz comentaba precisamente eso, que como son decisiones estratégicas de ordenación del territorio, de desarrollo económico y social y afectan a temas medioambientales, se han mantenido las líneas estratégicas independientemente del color del gobierno que había en Madrid o en Navarra. Por eso en la gestión del día a día hay mucha continuidad y si en estos cuatro años tengo que inaugurar algo, lo más seguro, salvo que sea una obrita menor, es que se trate de algo que haya iniciado mi antecesor o el antecesor de mi antecesor. Y para cuando alguien inaugure el último tramo del Canal de Navarra, ¡cuántos habremos pasado por este cargo! ¿Frustrante? Para mi no lo es, yo siempre considero que las personas formamos parte de una sociedad cuya historia es fruto del trabajo de muchas generaciones, y yo siempre he creído que estoy dentro de estos ciclos en los que cada uno va aportando su granito de arena.
Dice que desde su cargo sí se pueden dar giros estratégicos. ¿Tiene previsto alguno?
En el equipo que ha asumido la dirección de la Confederación Hidrográfica del Ebro resumimos nuestro planteamiento en el hecho de que se ha dado un cambio social y económico muy fuerte en España, y que la sociedad española está demandando un cambio radical en la política de aguas. En estos cuatro años tendremos que gestionar un tema de esos especialmente complejos de los que hablábamos antes: ir cerrando el ciclo de las grandes obras hidráulicas que estaban en marcha o a punto de iniciarse y, al mismo tiempo, abrir otro ciclo en el que la gestión del agua tiene un componente medioambiental mucho más fuerte y que viene establecida por la Directiva marco del Agua de la Unión Europea, que busca la recuperación del buen estado de la calidad de las aguas desde el punto de vista medioambiental. La puesta en marcha de la Directiva del Agua en sí supone todo un cambio de estrategia, e incluso conllevará modificaciones en la estructura de las propias confederaciones.
¿Qué aspectos de su actual cargo le preocupan más?
No sólo a mí, sino que al actual equipo del Ministerio nos preocupa el hecho de que sea un tema que afecta a las cuatro administraciones, a Europa, que tiene mucho que decir, por ejemplo, a través de la Directiva marco; es competencia fundamentalmente de la Administración central, que la ejerce a través de las confederaciones y de varias direcciones generales; les afecta en muchos aspectos a las administraciones autonómicas, ellas tienen muchas competencias en el aspecto medioambiental, pero también en todos los temas de ordenación del territorio y de desarrollo económico y, por supuesto, afecta a la Administración local, en primer lugar porque es la responsable de que esté garantizado el abastecimiento de boca, y porque tiene la necesidad y la obligación de depurar sus términos, de planificar su suelo… Lo que nos hemos planteado para esta legislatura es ver de que manera se mejoran estas relaciones e incluso dar mayor participación a las administraciones autonómicas en la gestión de los órganos de cuenca.
Entonces, ¿hemos llegado al final de esa política hidráulica aplicada desde hace un siglo que tenía su traducción externa en los embalses?
Tenemos que cerrar esa etapa histórica, teniendo en cuenta que quedan por hacer cosas importantes, porque como ha dicho claramente la ministra, debemos repensar muchas de las cuestiones que hemos heredado y ver cuál es la mejor solución para las necesidades existentes en cada una de las zonas. Simultáneamente, tenemos que adaptar las confederaciones a lo que establece la Directiva del Agua, porque no tenemos los economistas que serían necesarios, ni especialistas en medio ambiente... tenemos que introducir muchísimos cambios, pero tenemos tiempo, tenemos diez años para prepararnos, aunque si queremos llegar a esa fecha con la tarea realizada tenemos que empezar ahora mismo a trabajar.
Una de esas grandes obras heredadas y que están pendientes de conclusión es el conjunto del embalse de Itoiz y del Canal de Navarra. ¿Le afecta de alguna forma el cambio en la línea estratégica de la política hidráulica?
No, no. Es precisamente una de esas obras importantes que quedan por terminar.
Se están haciendo ya las pruebas de llenado, pero Itoiz sigue sin sus dos pequeños pantanos de cola.
El proceso de carga, hablo de memoria, me parece que está prevista su finalización para el año 2006 siempre y cuando nos entre el agua suficiente en los momentos en los que se precise porque es un proceso continuo de subida y bajada del nivel del agua embalsada, y necesitas que las aportaciones lleguen cuando tienes que llenar la presa. En la actualidad estamos soltando más agua de la que entra porque nos lo pidieron, pero luego mantendremos únicamente el caudal ecológico para que vuelva a llenarse. En cuanto a la construcción de los dos embalses de cola, yo espero que cuenten con dotación en los Presupuestos del Estado para el próximo año.
¿Durante esas pruebas de carga se ha observado algo que pueda calificarse de preocupante desde el punto de vista de la seguridad?
No. Ha habido pequeñas cuestiones que en parte ya estaban previstas y que han requerido algunas inyecciones de hormigón, locales, en el vaso y cerca de la presa, pero no ha habido ningún problema fuera de los habituales cuando realizas un proceso de este tipo.
¿Luego se puede decir que la presa es segura?
La presa es totalmente segura y hasta ahora no hay ningún dato que hable en contra de esa seguridad. Incluso ha superado sin problemas la prueba de un terremoto...
La ministra Cristina Narbona se mostró crítica con las empresas públicas creadas para gestionar infraestructuras hidráulicas, y como sucede con el Canal de Navarra. ¿Está en cuestión la sociedad que ejecuta las obras del Canal de Navarra?
No, la Sociedad Canal de Navarra, Canasa, no está en cuestión bajo ningún concepto. Otra cuestión es que en el programa electoral del Partido Socialista efectivamente figuraba una crítica muy fuerte a las empresas estatales del agua, en el sentido de que han sido ineficaces. La excepción, precisamente, es Canasa, porque siempre ha habido una sintonía muy grande entre la Administración central y la autonómica. Además, nos encontramos ante una apuesta estratégica que ha sido asumida por todo los que han pasado por el poder. Mientras Canasa funciona muy bien, tenemos ejemplos de otras empresas públicas dentro de la propia cuenca del Ebro que se han encontrado con problemas muy, muy serios, como por ejemplo la que tenemos para desarrollar el Segarra-Garrigues, un asunto que está totalmente parado porque hay problemas sociales derivados de la participación de los regantes, porque no nos olvidemos que si Canasa funciona bien es gracias a que el Gobierno foral tomó la decisión de asumir, además de un buen porcentaje de la inversión, la parte que les hubiese correspondido a los regantes, porque de lo contrario también hubiésemos tenido graves dificultades en Canasa. Desde luego, ni la ministra ni el Partido Socialista se referían a Canasa.
Sin embargo, la comisión mixta para el seguimiento de las obras hace algún tiempo que no celebra sus reuniones...
En efecto, además de la Sociedad, hay una comisión mixta entre el Gobierno central y el foral para el seguimiento de las obras, y es verdad que esa comisión hace algún tiempo que no se reúne, aunque estamos en contacto las dos administraciones para que en esta nueva etapa vuelva a hacerlo. Lo que ocurre es que la ministra, afortunadamente, quiere asistir, lo cual nos parece perfecto a todos, incluido el Gobierno foral, pero tenemos que ajustar las agendas.
¿Cómo marchan las obras del Canal?
Van muy bien, marchan incluso un poquito por delante del calendario previsto, y por tanto a lo largo de esta legislatura se podrán iniciar los riegos y el agua de Itoiz llegará a Pamplona y su entorno.
A pesar de que ya se habían iniciado las obras en Yesa, el proyecto parece haber quedado en suspenso e incluso parecen cobrar fuerza otras alternativas. ¿Qué va a ocurrir finalmente con el pantano?
La Comunidad de Aragón ha abierto una serie de vías de negociación y de diálogo que todavía no han llegado a definirse totalmente. Cuando ellos lleguen a una conclusión, a través de la comisión mixta en la que están representados el Gobierno aragonés, las Cortes de Aragón y la Administración central, nos pasarán su propuesta y nosotros la tendremos que estudiar.
¿La asumirán sea cual sea?
Desde la Confederación estudiaremos con todo cariño las conclusiones a que lleguen, pero les hemos advertido que la propuesta deberá cumplir tres condiciones. La primera es obvia: que técnicamente sea viable. La segunda es que se cubran las necesidades actuales y las previstas para un periodo razonable de tiempo, y la tercera es que las afecciones medioambientales de la alternativa que se nos proponga sean menores que las del proyecto que tenemos en estos momentos en marcha. Hay un aspecto que le afecta mucho a Navarra y que quiero resaltar en relación con la segunda de las condiciones, la de que se cubran las necesidades actuales y futuras. En el proyecto actual están contempladas unas reservas de agua para el desarrollo de riegos futuros en Navarra que, lógicamente, deberían quedar garantizadas incluso en el caso de que el proyecto sufriese modificaciones.
Pero dado que se parte del hecho de que existen unas necesidades de agua a las que habrá que atender, ¿la Confederación no tiene preferencia por ninguna solución, el recrecimiento hasta los 1.500 hectómetros cúbicos, el recrecimiento intermedio o la construcción de varios pequeños embalses?
No. Por parte de la Confederación sólo exigiremos que se cumplan las tres condiciones que he dicho. Pero el tema que más influye no es tanto el de las necesidades como el de la garantía de las aportaciones. El río Aragón es un río muy fluctuante, tiene picos de más de 2.000 hectómetros y bajadas hasta los 500, y eso complica muchísimo el tema de la regulación. Por eso, el proyecto actual, el del recrecimiento hasta los 1.525 hectómetros cúbicos, se basa en la regulación hiperanual, porque el caudal medio del río es de 1.200 o 1.250 hm3 y el pantano tiene una capacidad superior. Es un proyecto antiguo, de los años ochenta, y desde entonces ha sufrido cambios que afectan al tema de las regulaciones y la garantía, como la construcción de la Loteta, que no estaba prevista, que supone que tenemos 90 hm3 metidos en un embalse llamémosle de cola. Además, de los 1.500 hm3, 130 o 140 eran embalse muerto, pero al hacerse una modificación técnica propuesta por la empresa a la que se adjudica la obra, se logra bajar ese embalse muerto hasta aproximadamente 50 hm3, con lo cual tendríamos otros 90 hm3 de embalse que podríamos utilizar. Son por lo tanto 180 hm3 de regulación que no se preveían cuando se hizo el cálculo de la hiperanualidad. Quiero decir que existen posibilidades de juego, que evidentemente al ser mucho más hiperanual todavía gracias a esos 180 hm3 no previstos nos daría más garantías, pero también es cierto que muchos años, probablemente, no podríamos llenarlo. Son cuestiones de tipo técnico, pero que deben tenerse en cuenta al debatir las alternativas.
La actualidad manda. Hace unos días la Ribera de Navarra sufrió unas inundaciones que han provocado grandes daños que ahora tienen que ser reparados.
Sí, a nosotros nos toca, como Confederación, reponer todas las infraestructuras hidráulicas que han resultado dañadas, que en Navarra han sido el Canal de Tauste, el paso elevado de Fustiñana sobre el Canal que ya empezó a repararse al día siguiente, y lo que nos urge muchísimo es la limpieza de los barrancos en la zonas próximas al Canal de Tauste. Y debo decir que una vez más la colaboración del Gobierno de Navarra está funcionando perfectamente.
Pero se han escuchado críticas a la Confederación Hidrográfica del Ebro acusándole, precisamente, de no mantener limpios los barrancos, no reparar los diques...
Bueno, yo soy presidente desde hace algo más de tres meses, aunque siempre he dicho que al aceptar sentarme en este sillón aceptaba también la herencia completa, no podía escoger unas cosas sí y otras no... El tema de los barrancos es complicado porque ahí hay responsabilidades compartidas entre dos administraciones y hay veces en las que eso ralentiza mucho el inicio de las obras. En la reunión que celebramos en Fustiñana al día siguiente de la riada en la que estuve junto al presidente de la Comunidad Foral, llegamos a un pacto de caballeros para mejorar aún más la sintonía y trabajar mucho más de forma conjunta para evitar estos problemas que habían surgido. Las administraciones tenemos que mejorar, todas, pero los ciudadanos deben ser conscientes de que ante un fenómeno de estas características los daños son inevitables y lo único que se puede hacer es intentar, si es posible, aunque en este caso no lo fue, avisar con tiempo a la gente cuando se prevé que va a producirse una avenida. Pero aunque en este caso sabíamos que iba a haber tormentas, desconocíamos que iban a ser localizadas, que no se iban a mover y que iban a ser de tal intensidad. No existe ninguna solución que nos evite estos daños.
El protagonista--Carné de identidad
- Edad. Nació el 7 de julio de 1948.
- Lugar de nacimiento. Zaragoza.
- Familia. Tiene un hijo.
- Formación académica. Es Ingeniero Técnico Superior Agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid.
- Carrera profesional. Después de trabajar en una empresa familiar agraria y tras un breve periodo dedicado a la enseñanza, ingresó en el Cuerpo de funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza, donde ha sido coordinador de la Oficina municipal de información al consumidor y, posteriormente, jefe de la Unidad de registro e información al contribuyente.
- Cargos. Fue presidente y vicepresidente del sindicato de Riegos de Santa Fe en el río Huerga, secretario técnico y responsable del agua en el sindicato agrario UAGA-COAG, director general de Investigación Agraria del Gobierno de Aragón y director del Centro de Investigación y Tecnología del Ejecutivo aragonés. El pasado 21 de mayo fue nombrado presidente de la CHE.
El hecho de que su llegada a la Confederación haya coincidido con un cambio en el Gobierno español que, además, adoptó como primer acuerdo una decisión que afecta directamente a la institución que preside: la derogación del Plan Hidrológico Nacional y, con él, el trasvase del Ebro ¿conlleva una dificultad añadida?
El cambio de Gobierno, al menos desde el punto de vista de la Confederación, ha sido digamos que relajante, en el sentido de que efectivamente, la primera medida que tomó fue la derogación del trasvase, porque la gestión del trasvase nos hubiera complicado mucho nuestro trabajo, además de que se trata de una decisión que ha tranquilizado a amplias zonas de las abarcadas por la Confederación donde había una conflictividad social alta, como Cataluña y Aragón.
Perdone pero ¿no es un cargo un tanto ingrato, teniendo en cuenta que los proyectos que ponga en marcha tardarán varios años en realizarse?
En la Confederación se pueden marcar líneas estratégicas, y en ese sentido sí que desde la Presidencia de la Confederación se pueden diseñar giros estratégicos muy importantes. Efectivamente, las obras hidráulicas cuestan realizar más de una legislatura. Pensemos en Itoiz o el Canal de Navarra: se iniciaron ya en la etapa de Gobierno de Felipe González, han pasado ocho años de gestión del PP, siguen las obras y no las vamos a acabar ni esta legislatura ni la siguiente, sino dentro de tres. Cuando fui a ver por primera vez al presidente de la Comunidad Foral de Navarra, Miguel Sanz comentaba precisamente eso, que como son decisiones estratégicas de ordenación del territorio, de desarrollo económico y social y afectan a temas medioambientales, se han mantenido las líneas estratégicas independientemente del color del gobierno que había en Madrid o en Navarra. Por eso en la gestión del día a día hay mucha continuidad y si en estos cuatro años tengo que inaugurar algo, lo más seguro, salvo que sea una obrita menor, es que se trate de algo que haya iniciado mi antecesor o el antecesor de mi antecesor. Y para cuando alguien inaugure el último tramo del Canal de Navarra, ¡cuántos habremos pasado por este cargo! ¿Frustrante? Para mi no lo es, yo siempre considero que las personas formamos parte de una sociedad cuya historia es fruto del trabajo de muchas generaciones, y yo siempre he creído que estoy dentro de estos ciclos en los que cada uno va aportando su granito de arena.
Dice que desde su cargo sí se pueden dar giros estratégicos. ¿Tiene previsto alguno?
En el equipo que ha asumido la dirección de la Confederación Hidrográfica del Ebro resumimos nuestro planteamiento en el hecho de que se ha dado un cambio social y económico muy fuerte en España, y que la sociedad española está demandando un cambio radical en la política de aguas. En estos cuatro años tendremos que gestionar un tema de esos especialmente complejos de los que hablábamos antes: ir cerrando el ciclo de las grandes obras hidráulicas que estaban en marcha o a punto de iniciarse y, al mismo tiempo, abrir otro ciclo en el que la gestión del agua tiene un componente medioambiental mucho más fuerte y que viene establecida por la Directiva marco del Agua de la Unión Europea, que busca la recuperación del buen estado de la calidad de las aguas desde el punto de vista medioambiental. La puesta en marcha de la Directiva del Agua en sí supone todo un cambio de estrategia, e incluso conllevará modificaciones en la estructura de las propias confederaciones.
¿Qué aspectos de su actual cargo le preocupan más?
No sólo a mí, sino que al actual equipo del Ministerio nos preocupa el hecho de que sea un tema que afecta a las cuatro administraciones, a Europa, que tiene mucho que decir, por ejemplo, a través de la Directiva marco; es competencia fundamentalmente de la Administración central, que la ejerce a través de las confederaciones y de varias direcciones generales; les afecta en muchos aspectos a las administraciones autonómicas, ellas tienen muchas competencias en el aspecto medioambiental, pero también en todos los temas de ordenación del territorio y de desarrollo económico y, por supuesto, afecta a la Administración local, en primer lugar porque es la responsable de que esté garantizado el abastecimiento de boca, y porque tiene la necesidad y la obligación de depurar sus términos, de planificar su suelo… Lo que nos hemos planteado para esta legislatura es ver de que manera se mejoran estas relaciones e incluso dar mayor participación a las administraciones autonómicas en la gestión de los órganos de cuenca.
Entonces, ¿hemos llegado al final de esa política hidráulica aplicada desde hace un siglo que tenía su traducción externa en los embalses?
Tenemos que cerrar esa etapa histórica, teniendo en cuenta que quedan por hacer cosas importantes, porque como ha dicho claramente la ministra, debemos repensar muchas de las cuestiones que hemos heredado y ver cuál es la mejor solución para las necesidades existentes en cada una de las zonas. Simultáneamente, tenemos que adaptar las confederaciones a lo que establece la Directiva del Agua, porque no tenemos los economistas que serían necesarios, ni especialistas en medio ambiente... tenemos que introducir muchísimos cambios, pero tenemos tiempo, tenemos diez años para prepararnos, aunque si queremos llegar a esa fecha con la tarea realizada tenemos que empezar ahora mismo a trabajar.
Una de esas grandes obras heredadas y que están pendientes de conclusión es el conjunto del embalse de Itoiz y del Canal de Navarra. ¿Le afecta de alguna forma el cambio en la línea estratégica de la política hidráulica?
No, no. Es precisamente una de esas obras importantes que quedan por terminar.
Se están haciendo ya las pruebas de llenado, pero Itoiz sigue sin sus dos pequeños pantanos de cola.
El proceso de carga, hablo de memoria, me parece que está prevista su finalización para el año 2006 siempre y cuando nos entre el agua suficiente en los momentos en los que se precise porque es un proceso continuo de subida y bajada del nivel del agua embalsada, y necesitas que las aportaciones lleguen cuando tienes que llenar la presa. En la actualidad estamos soltando más agua de la que entra porque nos lo pidieron, pero luego mantendremos únicamente el caudal ecológico para que vuelva a llenarse. En cuanto a la construcción de los dos embalses de cola, yo espero que cuenten con dotación en los Presupuestos del Estado para el próximo año.
¿Durante esas pruebas de carga se ha observado algo que pueda calificarse de preocupante desde el punto de vista de la seguridad?
No. Ha habido pequeñas cuestiones que en parte ya estaban previstas y que han requerido algunas inyecciones de hormigón, locales, en el vaso y cerca de la presa, pero no ha habido ningún problema fuera de los habituales cuando realizas un proceso de este tipo.
¿Luego se puede decir que la presa es segura?
La presa es totalmente segura y hasta ahora no hay ningún dato que hable en contra de esa seguridad. Incluso ha superado sin problemas la prueba de un terremoto...
La ministra Cristina Narbona se mostró crítica con las empresas públicas creadas para gestionar infraestructuras hidráulicas, y como sucede con el Canal de Navarra. ¿Está en cuestión la sociedad que ejecuta las obras del Canal de Navarra?
No, la Sociedad Canal de Navarra, Canasa, no está en cuestión bajo ningún concepto. Otra cuestión es que en el programa electoral del Partido Socialista efectivamente figuraba una crítica muy fuerte a las empresas estatales del agua, en el sentido de que han sido ineficaces. La excepción, precisamente, es Canasa, porque siempre ha habido una sintonía muy grande entre la Administración central y la autonómica. Además, nos encontramos ante una apuesta estratégica que ha sido asumida por todo los que han pasado por el poder. Mientras Canasa funciona muy bien, tenemos ejemplos de otras empresas públicas dentro de la propia cuenca del Ebro que se han encontrado con problemas muy, muy serios, como por ejemplo la que tenemos para desarrollar el Segarra-Garrigues, un asunto que está totalmente parado porque hay problemas sociales derivados de la participación de los regantes, porque no nos olvidemos que si Canasa funciona bien es gracias a que el Gobierno foral tomó la decisión de asumir, además de un buen porcentaje de la inversión, la parte que les hubiese correspondido a los regantes, porque de lo contrario también hubiésemos tenido graves dificultades en Canasa. Desde luego, ni la ministra ni el Partido Socialista se referían a Canasa.
Sin embargo, la comisión mixta para el seguimiento de las obras hace algún tiempo que no celebra sus reuniones...
En efecto, además de la Sociedad, hay una comisión mixta entre el Gobierno central y el foral para el seguimiento de las obras, y es verdad que esa comisión hace algún tiempo que no se reúne, aunque estamos en contacto las dos administraciones para que en esta nueva etapa vuelva a hacerlo. Lo que ocurre es que la ministra, afortunadamente, quiere asistir, lo cual nos parece perfecto a todos, incluido el Gobierno foral, pero tenemos que ajustar las agendas.
¿Cómo marchan las obras del Canal?
Van muy bien, marchan incluso un poquito por delante del calendario previsto, y por tanto a lo largo de esta legislatura se podrán iniciar los riegos y el agua de Itoiz llegará a Pamplona y su entorno.
A pesar de que ya se habían iniciado las obras en Yesa, el proyecto parece haber quedado en suspenso e incluso parecen cobrar fuerza otras alternativas. ¿Qué va a ocurrir finalmente con el pantano?
La Comunidad de Aragón ha abierto una serie de vías de negociación y de diálogo que todavía no han llegado a definirse totalmente. Cuando ellos lleguen a una conclusión, a través de la comisión mixta en la que están representados el Gobierno aragonés, las Cortes de Aragón y la Administración central, nos pasarán su propuesta y nosotros la tendremos que estudiar.
¿La asumirán sea cual sea?
Desde la Confederación estudiaremos con todo cariño las conclusiones a que lleguen, pero les hemos advertido que la propuesta deberá cumplir tres condiciones. La primera es obvia: que técnicamente sea viable. La segunda es que se cubran las necesidades actuales y las previstas para un periodo razonable de tiempo, y la tercera es que las afecciones medioambientales de la alternativa que se nos proponga sean menores que las del proyecto que tenemos en estos momentos en marcha. Hay un aspecto que le afecta mucho a Navarra y que quiero resaltar en relación con la segunda de las condiciones, la de que se cubran las necesidades actuales y futuras. En el proyecto actual están contempladas unas reservas de agua para el desarrollo de riegos futuros en Navarra que, lógicamente, deberían quedar garantizadas incluso en el caso de que el proyecto sufriese modificaciones.
Pero dado que se parte del hecho de que existen unas necesidades de agua a las que habrá que atender, ¿la Confederación no tiene preferencia por ninguna solución, el recrecimiento hasta los 1.500 hectómetros cúbicos, el recrecimiento intermedio o la construcción de varios pequeños embalses?
No. Por parte de la Confederación sólo exigiremos que se cumplan las tres condiciones que he dicho. Pero el tema que más influye no es tanto el de las necesidades como el de la garantía de las aportaciones. El río Aragón es un río muy fluctuante, tiene picos de más de 2.000 hectómetros y bajadas hasta los 500, y eso complica muchísimo el tema de la regulación. Por eso, el proyecto actual, el del recrecimiento hasta los 1.525 hectómetros cúbicos, se basa en la regulación hiperanual, porque el caudal medio del río es de 1.200 o 1.250 hm3 y el pantano tiene una capacidad superior. Es un proyecto antiguo, de los años ochenta, y desde entonces ha sufrido cambios que afectan al tema de las regulaciones y la garantía, como la construcción de la Loteta, que no estaba prevista, que supone que tenemos 90 hm3 metidos en un embalse llamémosle de cola. Además, de los 1.500 hm3, 130 o 140 eran embalse muerto, pero al hacerse una modificación técnica propuesta por la empresa a la que se adjudica la obra, se logra bajar ese embalse muerto hasta aproximadamente 50 hm3, con lo cual tendríamos otros 90 hm3 de embalse que podríamos utilizar. Son por lo tanto 180 hm3 de regulación que no se preveían cuando se hizo el cálculo de la hiperanualidad. Quiero decir que existen posibilidades de juego, que evidentemente al ser mucho más hiperanual todavía gracias a esos 180 hm3 no previstos nos daría más garantías, pero también es cierto que muchos años, probablemente, no podríamos llenarlo. Son cuestiones de tipo técnico, pero que deben tenerse en cuenta al debatir las alternativas.
La actualidad manda. Hace unos días la Ribera de Navarra sufrió unas inundaciones que han provocado grandes daños que ahora tienen que ser reparados.
Sí, a nosotros nos toca, como Confederación, reponer todas las infraestructuras hidráulicas que han resultado dañadas, que en Navarra han sido el Canal de Tauste, el paso elevado de Fustiñana sobre el Canal que ya empezó a repararse al día siguiente, y lo que nos urge muchísimo es la limpieza de los barrancos en la zonas próximas al Canal de Tauste. Y debo decir que una vez más la colaboración del Gobierno de Navarra está funcionando perfectamente.
Pero se han escuchado críticas a la Confederación Hidrográfica del Ebro acusándole, precisamente, de no mantener limpios los barrancos, no reparar los diques...
Bueno, yo soy presidente desde hace algo más de tres meses, aunque siempre he dicho que al aceptar sentarme en este sillón aceptaba también la herencia completa, no podía escoger unas cosas sí y otras no... El tema de los barrancos es complicado porque ahí hay responsabilidades compartidas entre dos administraciones y hay veces en las que eso ralentiza mucho el inicio de las obras. En la reunión que celebramos en Fustiñana al día siguiente de la riada en la que estuve junto al presidente de la Comunidad Foral, llegamos a un pacto de caballeros para mejorar aún más la sintonía y trabajar mucho más de forma conjunta para evitar estos problemas que habían surgido. Las administraciones tenemos que mejorar, todas, pero los ciudadanos deben ser conscientes de que ante un fenómeno de estas características los daños son inevitables y lo único que se puede hacer es intentar, si es posible, aunque en este caso no lo fue, avisar con tiempo a la gente cuando se prevé que va a producirse una avenida. Pero aunque en este caso sabíamos que iba a haber tormentas, desconocíamos que iban a ser localizadas, que no se iban a mover y que iban a ser de tal intensidad. No existe ninguna solución que nos evite estos daños.
El protagonista--Carné de identidad
- Edad. Nació el 7 de julio de 1948.
- Lugar de nacimiento. Zaragoza.
- Familia. Tiene un hijo.
- Formación académica. Es Ingeniero Técnico Superior Agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid.
- Carrera profesional. Después de trabajar en una empresa familiar agraria y tras un breve periodo dedicado a la enseñanza, ingresó en el Cuerpo de funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza, donde ha sido coordinador de la Oficina municipal de información al consumidor y, posteriormente, jefe de la Unidad de registro e información al contribuyente.
- Cargos. Fue presidente y vicepresidente del sindicato de Riegos de Santa Fe en el río Huerga, secretario técnico y responsable del agua en el sindicato agrario UAGA-COAG, director general de Investigación Agraria del Gobierno de Aragón y director del Centro de Investigación y Tecnología del Ejecutivo aragonés. El pasado 21 de mayo fue nombrado presidente de la CHE.