Ebro transfer would consume an amount of energy equivalent to half a nuclear plant
Sun, 12/09/2004
MADRID.- La desalación de más de 600 hectómetros cúbicos anuales prevista en el programa AGUA (la alternativa al antiguo trasvase del Ebro) consumirá un tercio menos de electricidad que las sucesivas elevaciones que precisaba el trasvase, según el director de Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), Adrián Baltanás. Esta empresa llevará a cabo la mayor parte de las obras del programa AGUA.
Las cifras que maneja esta empresa pública -ha sucedido a Trasagua, la compañía que iba a construir el trasvase- calculan que las necesarias elevaciones del agua del trasvase significarían un consumo de 2.800 millones de kilovatios/hora anualmente, mientras que la desalación prevista rebaja la cifra hasta los 1.900 millones de kilovatios/hora al año.
«El consumo energético del trasvase era enorme. El agua fluía por gravedad, para lo que había que bombearla a una cota media de 800 metros de altitud. En algunos sitios, como los altiplanos de Murcia o de Almería, había que bombearla hasta los 1.400 metros.Eso significaba el consumo de media central nuclear en continuo», dice Baltanás.
Las cuentas de Acuamed sostienen que, de Alicante hacia el Sur, los costes energéticos del agua trasvasada se habrían disparado a los cinco o seis kilovatios/hora por metro cúbico. Adrián Baltanás afirma que la desalación tiene actualmente unos costes que no superan los 2,75 kilovatios/hora por metro cúbico.
«Pero estos costes pueden bajar en el futuro. Si en los últimos 10 años se han reducido a la mitad, es normal que sigan bajando aunque no sea tanto», señala el que fuera director general de Obras Hidráulicas con Josep Borrel hasta 1996.
Para reafirmarse en lo «competitivos» que ya son actualmente los precios de la desalación, cita el caso de una planta desaladora que se va a instalar en Londres cuya tecnología y construcción serán llevadas a cabo por empresas españolas.
«Han optado por la desalación en vez de hacer precisamente un trasvase», añadió.
Baltanás abunda en el menor coste energético del futuro, con otros factores añadidos a los sistemas de desalación, en los que intervendrán en alguna medida las energías renovables, especialmente la eólica. «Esto ayudaría a evitar en alguna medida las emisiones de CO2», afirma.
Sobre el otro problema de la desalación, el vertido de otros 600 hectómetros cúbicos de salmuera, con una concentración de salinidad del doble de la normal, el director de Acuamed afirma que «está resuelto». Según él, no plantea problemas más allá que el de dispersar más adecuadamente con emisarios submarinos este subproducto. «Creo que se está utilizando de manera oportunista este problema de fácil solución».
Acuamed ultimará esta semana los encuentros con los propietarios y afectados por las expropiaciones del anterior trasvase. Son unas 200 personas, con las que ya ha habido encuentros en las localidades de Vinaroz y Villena. Según informa la empresa pública, el ambiente entre los afectados es «muy positivo», porque van a recuperar sus tierras y recibirán algún tipo de indemnización si ha habido daños en las mismas.
Acuamed acometerá 67 de las 105 actuaciones del programa AGUA.Las demás actuaciones las realizarán las sociedades estatales de las confederaciones del Júcar, Segura y el Sur, además de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y la Mancomunidad Hidráulica de Cataluña.
Baltanás afirma que el plan AGUA permitirá mejorar la calidad de este elemento para saneamiento gracias a la desalación de agua. Desde esta empresa se están encajando las piezas para que la mayor parte del agua desalada, que es de elevada calidad, se destine a los consumidores y que el agua de mala calidad que ahora reciben vaya hacia la agricultura y otros servicios. Este intercambio también permitiría bajar los costes del agua en el sector agrícola.
Al igual que señaló la ministra Cristina Narbona, Adrián Baltanás afirma que «no va a vender nada por adelantado, porque las obras se comenzarán cuando se sepa quiénes son los usuarios del agua y a su vez conozcan cuánto van a pagar por ella». «Puede que no sea necesario desalar tanta agua, porque como el agua del trasvase no tenía precio la demanda podría estar sobredimensionada.Todo el mundo se apunta al agua sin precio, pero eso no es una demanda», concluye Baltanás
Las cifras que maneja esta empresa pública -ha sucedido a Trasagua, la compañía que iba a construir el trasvase- calculan que las necesarias elevaciones del agua del trasvase significarían un consumo de 2.800 millones de kilovatios/hora anualmente, mientras que la desalación prevista rebaja la cifra hasta los 1.900 millones de kilovatios/hora al año.
«El consumo energético del trasvase era enorme. El agua fluía por gravedad, para lo que había que bombearla a una cota media de 800 metros de altitud. En algunos sitios, como los altiplanos de Murcia o de Almería, había que bombearla hasta los 1.400 metros.Eso significaba el consumo de media central nuclear en continuo», dice Baltanás.
Las cuentas de Acuamed sostienen que, de Alicante hacia el Sur, los costes energéticos del agua trasvasada se habrían disparado a los cinco o seis kilovatios/hora por metro cúbico. Adrián Baltanás afirma que la desalación tiene actualmente unos costes que no superan los 2,75 kilovatios/hora por metro cúbico.
«Pero estos costes pueden bajar en el futuro. Si en los últimos 10 años se han reducido a la mitad, es normal que sigan bajando aunque no sea tanto», señala el que fuera director general de Obras Hidráulicas con Josep Borrel hasta 1996.
Para reafirmarse en lo «competitivos» que ya son actualmente los precios de la desalación, cita el caso de una planta desaladora que se va a instalar en Londres cuya tecnología y construcción serán llevadas a cabo por empresas españolas.
«Han optado por la desalación en vez de hacer precisamente un trasvase», añadió.
Baltanás abunda en el menor coste energético del futuro, con otros factores añadidos a los sistemas de desalación, en los que intervendrán en alguna medida las energías renovables, especialmente la eólica. «Esto ayudaría a evitar en alguna medida las emisiones de CO2», afirma.
Sobre el otro problema de la desalación, el vertido de otros 600 hectómetros cúbicos de salmuera, con una concentración de salinidad del doble de la normal, el director de Acuamed afirma que «está resuelto». Según él, no plantea problemas más allá que el de dispersar más adecuadamente con emisarios submarinos este subproducto. «Creo que se está utilizando de manera oportunista este problema de fácil solución».
Acuamed ultimará esta semana los encuentros con los propietarios y afectados por las expropiaciones del anterior trasvase. Son unas 200 personas, con las que ya ha habido encuentros en las localidades de Vinaroz y Villena. Según informa la empresa pública, el ambiente entre los afectados es «muy positivo», porque van a recuperar sus tierras y recibirán algún tipo de indemnización si ha habido daños en las mismas.
Acuamed acometerá 67 de las 105 actuaciones del programa AGUA.Las demás actuaciones las realizarán las sociedades estatales de las confederaciones del Júcar, Segura y el Sur, además de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y la Mancomunidad Hidráulica de Cataluña.
Baltanás afirma que el plan AGUA permitirá mejorar la calidad de este elemento para saneamiento gracias a la desalación de agua. Desde esta empresa se están encajando las piezas para que la mayor parte del agua desalada, que es de elevada calidad, se destine a los consumidores y que el agua de mala calidad que ahora reciben vaya hacia la agricultura y otros servicios. Este intercambio también permitiría bajar los costes del agua en el sector agrícola.
Al igual que señaló la ministra Cristina Narbona, Adrián Baltanás afirma que «no va a vender nada por adelantado, porque las obras se comenzarán cuando se sepa quiénes son los usuarios del agua y a su vez conozcan cuánto van a pagar por ella». «Puede que no sea necesario desalar tanta agua, porque como el agua del trasvase no tenía precio la demanda podría estar sobredimensionada.Todo el mundo se apunta al agua sin precio, pero eso no es una demanda», concluye Baltanás