A report of 2003 in hands of the Generalitat alert of tons of poisonous residues in the Ebro
Tarragona
Entre 200.000 y 360.000 toneladas de residuos tóxicos se acumulan en el fondo del río Ebro, en el pantano de Flix (Ribera d'Ebre). Así lo asegura un informe elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) que ayer hizo público Televisió de Catalunya. Según esta información, el estudio terminó en noviembre de 2003 y se entregó a la Generalitat. El informeo detalla que la empresa Erkimia, instalada en el margen derecho del río, en Flix, desde finales del siglo XIX, es el origen de estos residuos.
Fuentes de la empresa rehusaron ayer hacer declaraciones y aseguraron que durante el día de hoy emitirán un comunicado. El informe del CSIC asegura que los residuos se acumulan en el fondo del río, en sus riberas y hasta en su superficie y que, por sus dimensiones, podrían compararse a una manzana del Eixample de entre 6 y 11 pisos de altura. Entre otros productos, el pantano de Flix estaría contaminado con DDT y mercurio, metal del que los autores del informe calculan que hay sumergidas entre 10 y 18 toneladas. Otros metales pesados sumarían, siempre según el informe citado, entre 60 y 70 toneladas más.
Junto a estos productos también se ha hallado material radiactivo, cuyo origen también sería la planta de Erkimia. La central nuclear de Ascó, con sus dos reactores, se encuentra unos pocos kilómetros río abajo, detrás de la presa de Flix, por lo que no es posible que sea el origen de este material. Por el contrario, el informe señala que estos materiales radiactivos provienen de un proceso industrial para fabricar fosfato bicálcico, un componente de los piensos para los animales que se extrae a partir de la fosforita, un mineral proveniente de Marruecos y que contiene uranio radiactivo.
Albert Palanques, investigador de Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, señaló a TV-3 que estos residuos representan un potencial 'riesgo' para las comarcas situadas aguas abajo, y apunta que una riada extraordinaria podría llevarse consigo parte de éstos, situados todos frente a la fábrica de Erkimia. Palanques añadió que las condiciones de esta planta son 'únicas en el mundo', puesto que los materiales desechados no se han mezclado con el medio ambiente y han seguido acumulándose durante décadas bajo las tranquilas aguas del pantano.
A partir de ahora, con la certificación de la existencia de estos residuos, la comunidad científica baraja varias opciones para contenerlos. Las primeras apuntan a la construcción de un sarcófago de hormigón que selle y confine allí el material tóxico, del mismo modo que se ha hecho con el desmantelamiento de la central nuclear de Vandellòs I, cuyo reactor duerme ahora bajo un grueso caparazón de hormigón. Otra opción sería la construcción de un paso alternativo para el río, abrirle un nuevo cauce, que comenzara antes de Erkimia y enlazara con la salida del Ebro después del pantano de Flix. Una tercera opción sería la construcción de un muro de contención para los residuos.
El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, explicó ayer a este diario que la Generalitat y el resto de administraciones conocen el contenido del informe desde 2003 y recordó que 'el anterior Gobierno ya lo tuvo en sus manos'. Aunque todavía no hay ninguna decisión sobre qué se hará con esta enorme acumulación de residuos, Milà aseguró que la Generalitat ya ha solicitado, a través del Ministerio de Medio Ambiente, una partida de 90 millones de euros de los fondos europeos para la primera fase de los trabajos.
Sobre la toxicidad de los residuos evaluados en el informe, Milà confirmó la presencia de metales pesados y también de productos radiactivos con niveles de radiación superiores a los permitidos en los vertidos a la naturaleza. Milà, sin embargo, aseguró que 'el nivel de radiactividad es muy inferior al registrado durante episodios de fugas u otros incidentes'. También quiso tranquilizar a la opinión pública asegurando que los vertidos en el Ebro 'no representan ningún riesgo grave' porque se hallan sólidamente depositados en el fondo del río. En caso de grandes avenidas los residuos tampoco deberían presentar ningún problema, 'siempre y cuando se sigan los protocolos establecidos', dijo el consejero.
No es la primera ocasión que Erkimia se encuentra en entredicho por sus vertidos. En diciembre del año 2001 aparecieron miles de peces muertos en el río, en Ascó, a causa de una anormal concentración de mercurio. Un juez de Falset archivó la denuncia por falta de pruebas pero consideró que había suficientes indicios para abrir una investigación por otros vertidos durante 2002.
Entre 200.000 y 360.000 toneladas de residuos tóxicos se acumulan en el fondo del río Ebro, en el pantano de Flix (Ribera d'Ebre). Así lo asegura un informe elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) que ayer hizo público Televisió de Catalunya. Según esta información, el estudio terminó en noviembre de 2003 y se entregó a la Generalitat. El informeo detalla que la empresa Erkimia, instalada en el margen derecho del río, en Flix, desde finales del siglo XIX, es el origen de estos residuos.
Fuentes de la empresa rehusaron ayer hacer declaraciones y aseguraron que durante el día de hoy emitirán un comunicado. El informe del CSIC asegura que los residuos se acumulan en el fondo del río, en sus riberas y hasta en su superficie y que, por sus dimensiones, podrían compararse a una manzana del Eixample de entre 6 y 11 pisos de altura. Entre otros productos, el pantano de Flix estaría contaminado con DDT y mercurio, metal del que los autores del informe calculan que hay sumergidas entre 10 y 18 toneladas. Otros metales pesados sumarían, siempre según el informe citado, entre 60 y 70 toneladas más.
Junto a estos productos también se ha hallado material radiactivo, cuyo origen también sería la planta de Erkimia. La central nuclear de Ascó, con sus dos reactores, se encuentra unos pocos kilómetros río abajo, detrás de la presa de Flix, por lo que no es posible que sea el origen de este material. Por el contrario, el informe señala que estos materiales radiactivos provienen de un proceso industrial para fabricar fosfato bicálcico, un componente de los piensos para los animales que se extrae a partir de la fosforita, un mineral proveniente de Marruecos y que contiene uranio radiactivo.
Albert Palanques, investigador de Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, señaló a TV-3 que estos residuos representan un potencial 'riesgo' para las comarcas situadas aguas abajo, y apunta que una riada extraordinaria podría llevarse consigo parte de éstos, situados todos frente a la fábrica de Erkimia. Palanques añadió que las condiciones de esta planta son 'únicas en el mundo', puesto que los materiales desechados no se han mezclado con el medio ambiente y han seguido acumulándose durante décadas bajo las tranquilas aguas del pantano.
A partir de ahora, con la certificación de la existencia de estos residuos, la comunidad científica baraja varias opciones para contenerlos. Las primeras apuntan a la construcción de un sarcófago de hormigón que selle y confine allí el material tóxico, del mismo modo que se ha hecho con el desmantelamiento de la central nuclear de Vandellòs I, cuyo reactor duerme ahora bajo un grueso caparazón de hormigón. Otra opción sería la construcción de un paso alternativo para el río, abrirle un nuevo cauce, que comenzara antes de Erkimia y enlazara con la salida del Ebro después del pantano de Flix. Una tercera opción sería la construcción de un muro de contención para los residuos.
El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, explicó ayer a este diario que la Generalitat y el resto de administraciones conocen el contenido del informe desde 2003 y recordó que 'el anterior Gobierno ya lo tuvo en sus manos'. Aunque todavía no hay ninguna decisión sobre qué se hará con esta enorme acumulación de residuos, Milà aseguró que la Generalitat ya ha solicitado, a través del Ministerio de Medio Ambiente, una partida de 90 millones de euros de los fondos europeos para la primera fase de los trabajos.
Sobre la toxicidad de los residuos evaluados en el informe, Milà confirmó la presencia de metales pesados y también de productos radiactivos con niveles de radiación superiores a los permitidos en los vertidos a la naturaleza. Milà, sin embargo, aseguró que 'el nivel de radiactividad es muy inferior al registrado durante episodios de fugas u otros incidentes'. También quiso tranquilizar a la opinión pública asegurando que los vertidos en el Ebro 'no representan ningún riesgo grave' porque se hallan sólidamente depositados en el fondo del río. En caso de grandes avenidas los residuos tampoco deberían presentar ningún problema, 'siempre y cuando se sigan los protocolos establecidos', dijo el consejero.
No es la primera ocasión que Erkimia se encuentra en entredicho por sus vertidos. En diciembre del año 2001 aparecieron miles de peces muertos en el río, en Ascó, a causa de una anormal concentración de mercurio. Un juez de Falset archivó la denuncia por falta de pruebas pero consideró que había suficientes indicios para abrir una investigación por otros vertidos durante 2002.