Ebro Basin Council will act against construction activities in areas prone to floods
Thu, 09/09/2004
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, reconoció el miércoles que las lluvias torrenciales y posteriores inundaciones vividas en los últimos días en Aragón y Navarra "son fenómenos atmosféricos totalmente incontrolables". Alonso afirmó que "no existe la capacidad técnica suficiente para controlar la naturaleza" y explicó que la labor de la CHE fue principalmente intentar anticiparse a los hechos para evitar en lo posible las desgracias personales y materiales. A pesar de que este objetivo se logró en gran medida, Alonso fue muy crítico con la existencia de construcciones en las zonas de inundación de ríos y barrancos, y anunció que trabajará para que sean eliminadas.
"En las llanuras de inundación de los ríos existen construcciones que crean paradas y hacen que el nivel del agua suba. Tenemos que tomar medidas para que en este tipo de situaciones los seres humanos no creen más problemas de los que ya hay", señaló Alonso.
El presidente de la CHE dijo comprender las quejas de algunos vecinos que reclamaban una actuación más rápida de las administraciones tras la rotura del Canal Imperial. No obstante, aseguró que "se actuó con toda la rapidez y celeridad posible". Alonso explicó que durante mucho tiempo el agua saltaba por encima del Canal y que después fue necesario arreglar los caminos para poder acceder con la maquinaria necesaria hasta la zona de la rotura.
Tanto Alonso, como el director técnico de la CHE, Fermín Molina, explicaron que si se hubiera actuado antes, se hubiera puesto en serio peligro la vida de los trabajadores y no se hubiera conseguido hacer nada.
Registros históricos
El presidente de la Confederación también recogió el guante de otra crítica repetida estos días y que se refiere a la falta de la limpieza de los cauces. "Eso sólo sirve para una avenida normal, pero no para una de esta naturaleza", dijo. Alonso explicó que, por ejemplo, el río Arba en Tauste llegó a llevar más de 300 metros cúbicos por segundo, cuando en esta época del año su media es inferior a 10. Además, el agua alcanzó los 9 metros de altura y llegó a cubrir la caseta de medición de aforo del río, lo que nunca se había visto en esta localidad.
"Este tipo de avenidas sólo se pueden contener algo si hay algún embalse aguas abajo y se pueden laminar", señaló en referencia a La Sotonera y Ardisa, en donde se pudo contener el ímpetu de las aguas. "Si es debajo de los pantanos, sólo queda avisar para que se pongan todos a salvo", afirmó. En este sentido, destacó la buena coordinación entre la CHE, el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos, así como la labor desarrollada por los trabajadores de las distintas administraciones.
Dos frentes tormentosos
El comisario de Aguas, Rafael Romeo, detalló que en realidad confluyeron dos frentes tormentosos. El primero de ellos entró el lunes al valle del Jalón procedente de la provincia de Soria y se desplazó hacia las cabeceras de los ríos Iregua, Leza, Cidacos, Alhama, Queiles, Huecha, Isuela y Aranda. El segundo surgió en la zona comprendida entre Calahorra y Tauste, cuando el primero estaba desapareciendo. La intensidad de las precipitaciones se vio agravada por el hecho de que algunas tierras y barrancos ya estaban saturadas de agua.
Romeo explicó que en algunos lugares se registraron precipitaciones de hasta 50 litros por metro cuadrado en una hora, o de 20 litros por metro cuadrado en 15 minutos. La mayor precipitación acumulada registrada por los observatorios de la CHE durante el martes fue de 125 litros por metro cuadrado en Tauste y de 133 Ardisa. El lunes, la máxima intensidad de lluvia se detectó en Trasobares con 62 litros por metro cuadrado.
"En las llanuras de inundación de los ríos existen construcciones que crean paradas y hacen que el nivel del agua suba. Tenemos que tomar medidas para que en este tipo de situaciones los seres humanos no creen más problemas de los que ya hay", señaló Alonso.
El presidente de la CHE dijo comprender las quejas de algunos vecinos que reclamaban una actuación más rápida de las administraciones tras la rotura del Canal Imperial. No obstante, aseguró que "se actuó con toda la rapidez y celeridad posible". Alonso explicó que durante mucho tiempo el agua saltaba por encima del Canal y que después fue necesario arreglar los caminos para poder acceder con la maquinaria necesaria hasta la zona de la rotura.
Tanto Alonso, como el director técnico de la CHE, Fermín Molina, explicaron que si se hubiera actuado antes, se hubiera puesto en serio peligro la vida de los trabajadores y no se hubiera conseguido hacer nada.
Registros históricos
El presidente de la Confederación también recogió el guante de otra crítica repetida estos días y que se refiere a la falta de la limpieza de los cauces. "Eso sólo sirve para una avenida normal, pero no para una de esta naturaleza", dijo. Alonso explicó que, por ejemplo, el río Arba en Tauste llegó a llevar más de 300 metros cúbicos por segundo, cuando en esta época del año su media es inferior a 10. Además, el agua alcanzó los 9 metros de altura y llegó a cubrir la caseta de medición de aforo del río, lo que nunca se había visto en esta localidad.
"Este tipo de avenidas sólo se pueden contener algo si hay algún embalse aguas abajo y se pueden laminar", señaló en referencia a La Sotonera y Ardisa, en donde se pudo contener el ímpetu de las aguas. "Si es debajo de los pantanos, sólo queda avisar para que se pongan todos a salvo", afirmó. En este sentido, destacó la buena coordinación entre la CHE, el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos, así como la labor desarrollada por los trabajadores de las distintas administraciones.
Dos frentes tormentosos
El comisario de Aguas, Rafael Romeo, detalló que en realidad confluyeron dos frentes tormentosos. El primero de ellos entró el lunes al valle del Jalón procedente de la provincia de Soria y se desplazó hacia las cabeceras de los ríos Iregua, Leza, Cidacos, Alhama, Queiles, Huecha, Isuela y Aranda. El segundo surgió en la zona comprendida entre Calahorra y Tauste, cuando el primero estaba desapareciendo. La intensidad de las precipitaciones se vio agravada por el hecho de que algunas tierras y barrancos ya estaban saturadas de agua.
Romeo explicó que en algunos lugares se registraron precipitaciones de hasta 50 litros por metro cuadrado en una hora, o de 20 litros por metro cuadrado en 15 minutos. La mayor precipitación acumulada registrada por los observatorios de la CHE durante el martes fue de 125 litros por metro cuadrado en Tauste y de 133 Ardisa. El lunes, la máxima intensidad de lluvia se detectó en Trasobares con 62 litros por metro cuadrado.