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Wed, 08/09/2004
Pridesa y Tolo Pons reaccionan con «preocupación» a los planes de la ministra Narbona
Aún no se ha firmado el contrato de adjudicación
Casasnovas, «preocupado», recuerda que la desaladora fue aprobada por unanimidad
La situación era más preocupante hace dos años, cuando sólo se alcanzaba el
36% del total
La construcción de la planta desalinizadora de Ciutadella pende de un hilo, pese a que la obra fue adjudicada hace ya siete meses. El convenio que el Ministerio de Medio Ambiente ha propuesto al Govern no la contempla, aunque la ministra Cristina Narbona garantizara recientemente la ejecución de las cuatro desaladoras ya adjudicadas en Balears.
Fuentes oficiales del Ministerio de Medio Ambiente repitieron ayer la misma cantinela. El Gobierno ofrece al Govern conveniar ya la encomienda de gestión para ejecutar de inmediato las desaladoras de Santa Eulàlia y Alcúdia , pero pospone sine die la construcción de las plantas de Andratx y Ciutadella .
El conseller de Medi Ambient, Jaume Font, expresó ayer su rotundo rechazo a la propuesta del Ejecutivo socialista y exigió públicamente al ministerio que contrate la construcción de las cuatro desalinizadoras ya adjudicadas en Balears.
Font recordó que la ministra Cristina Narbona se ha posicionado siempre a favor de las desaladoras, un propósito en el que coincide incluso el grupo ecologista menorquín Gob. Por eso, el ofrecimiento del Ministerio de Medio Ambiente es considerado a su juicio como una propuesta inaceptable.
La «preocupación» ha empezado a cundir también entre la unión temporal de empresas que resultó adjudicataria de las obras de Ciutadella. Pridesa y la constructora menorquina Tolo Pons aguardan acontecimientos, mientras siguen perfilando la redacción del proyecto definitivo.
No obstante, ni la adjudicataria ni los responsables políticos municipales aciertan a entender cómo se puede cuestionar una inversión adjudicada en el mes de febrero y que viene financiada en un 85% por los fondos de cohesión de la Unión Europea.
7 meses de espera
Las empresas encargadas de proyectar, construir y gestionar la planta durante los primeros quince años de explotación sospechan que el ministerio hará públicos en los próximos días unos datos «oficiales» respecto de la proposición lanzada al Govern balear.
Lo cierto es que las obras se adjudicaron a mediados de febrero y, desde entonces, todavía no se ha formalizado ni siquiera la firma del contrato entre Medio Ambiente y ambas firmas adjudicatarias.
El de Ciutadella es el menos cuantioso de los cuatro proyectos de desalación aprobados en Balears. El presupuesto asciende 41.817.880 euros, cuando la planta de Santa Eulàlia cuesta 43 millones, la de Andratx 52 y la de Alcúdia, hasta 62 millones de euros.
El conseller Jaume Font entiende que el ministerio quiere aplazar las desaladoras de Ciutadella y Andratx porque «tiene problemas económicos para cubrir la totalidad de las modificaciones introducidas en el Plan Hidrológico Nacional». El coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, pidió anteayer al Estado que no financie desaladoras en Balears.
Aún no se ha firmado el contrato de adjudicación
Casasnovas, «preocupado», recuerda que la desaladora fue aprobada por unanimidad
La situación era más preocupante hace dos años, cuando sólo se alcanzaba el
36% del total
La construcción de la planta desalinizadora de Ciutadella pende de un hilo, pese a que la obra fue adjudicada hace ya siete meses. El convenio que el Ministerio de Medio Ambiente ha propuesto al Govern no la contempla, aunque la ministra Cristina Narbona garantizara recientemente la ejecución de las cuatro desaladoras ya adjudicadas en Balears.
Fuentes oficiales del Ministerio de Medio Ambiente repitieron ayer la misma cantinela. El Gobierno ofrece al Govern conveniar ya la encomienda de gestión para ejecutar de inmediato las desaladoras de Santa Eulàlia y Alcúdia , pero pospone sine die la construcción de las plantas de Andratx y Ciutadella .
El conseller de Medi Ambient, Jaume Font, expresó ayer su rotundo rechazo a la propuesta del Ejecutivo socialista y exigió públicamente al ministerio que contrate la construcción de las cuatro desalinizadoras ya adjudicadas en Balears.
Font recordó que la ministra Cristina Narbona se ha posicionado siempre a favor de las desaladoras, un propósito en el que coincide incluso el grupo ecologista menorquín Gob. Por eso, el ofrecimiento del Ministerio de Medio Ambiente es considerado a su juicio como una propuesta inaceptable.
La «preocupación» ha empezado a cundir también entre la unión temporal de empresas que resultó adjudicataria de las obras de Ciutadella. Pridesa y la constructora menorquina Tolo Pons aguardan acontecimientos, mientras siguen perfilando la redacción del proyecto definitivo.
No obstante, ni la adjudicataria ni los responsables políticos municipales aciertan a entender cómo se puede cuestionar una inversión adjudicada en el mes de febrero y que viene financiada en un 85% por los fondos de cohesión de la Unión Europea.
7 meses de espera
Las empresas encargadas de proyectar, construir y gestionar la planta durante los primeros quince años de explotación sospechan que el ministerio hará públicos en los próximos días unos datos «oficiales» respecto de la proposición lanzada al Govern balear.
Lo cierto es que las obras se adjudicaron a mediados de febrero y, desde entonces, todavía no se ha formalizado ni siquiera la firma del contrato entre Medio Ambiente y ambas firmas adjudicatarias.
El de Ciutadella es el menos cuantioso de los cuatro proyectos de desalación aprobados en Balears. El presupuesto asciende 41.817.880 euros, cuando la planta de Santa Eulàlia cuesta 43 millones, la de Andratx 52 y la de Alcúdia, hasta 62 millones de euros.
El conseller Jaume Font entiende que el ministerio quiere aplazar las desaladoras de Ciutadella y Andratx porque «tiene problemas económicos para cubrir la totalidad de las modificaciones introducidas en el Plan Hidrológico Nacional». El coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, pidió anteayer al Estado que no financie desaladoras en Balears.