Narbona says desalination is only solution to have an “extra” water supply in 2005
Wed, 08/09/2004
VALENCIA. El mal tiempo recibió ayer a la ministra de Medio Ambiente en su visita a las obras del embalse de Algar de Palancia. Esos nubarrones fueron lo que se encontró Cristina Narbona en sus relaciones con los asistentes al acto, donde contó con un apoyo escaso desde las filas socialistas.
Junto a ella, en la sexta presentación de su programa de Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua (AGUA), estuvieron el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antoni Bernabé, las diputadas autonómicas Nuria Espí y Pepa Frau y los nacionales Margarita Pin y Josep Antoni Santamaría. Sólo Joan Ignasi Pla tenía excusa porque estaba en Madrid asistiendo a la primera reunión del Consejo Territorial del PSOE.
Ante esta situación, Narbona estaba en «inferioridad» con la presencia de los consellers de Territorio e Infraestructuras, Rafael Blasco y José Ramón García Antón, así como los alcaldes de Quart de les Valles, Quartell, Petrés, Algimia, Alfara, Algar y Estivella, que no quisieron perderse detalle de la comparecencia de la ministra.
Críticas al Consell
En su exposición, Narbona estuvo acompañada por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, y del secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano. La ministra esgrimió sus particulares argumentos y arremetió contra la falta de inversiones y de planificación del Gobierno valenciano en materia hídrica y puso como ejemplo la presa de Algar, «donde se han perdido 25 hectómetros cúbicos en los últimos cuatro años».
En medio de un fuerte aguacero, Cristina Narbona abogó por enésima vez por «obtener más agua mejorando la eficiencia y optimizando las infraestructuras ya existentes». La ministra que más conflictos mantiene abiertos con la Comunidad indicó igualmente que el Gobierno «va a poner el énfasis en la calidad del agua, recuperando y restaurando los ecosistemas relacionados con el agua».
Horizonte 2009
Este discurso, repetido hasta la saciedad, pierde enteros cuando se pasa al terreno de lo concreto. Así, Narbona no se atrevió a poner plazos a las obras del programa AGUA en la Comunidad y se limitó a decir que «el compromiso del Gobierno es que en este cuatrienio estén cubiertos los objetivos».
Es decir, que las obras contempladas en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) estarán listas en el año 2009, lo que no supone ningún avance sobre los planes del anterior Gobierno central que presidía José María Aznar.
Desalación y retirada de inversiones
Sin embargo, Narbona sí que se atrevió a decir que «habrá algún incremento de aportes hídricos durante el año 2005, que vendrá determinado fundamentalmente por la ampliación de las plantas desalinizadoras de la provincia de Alicante».
La nueva planta desalinizadora de Londres, que está ejecutando una empresa española, fue el ejemplo que Narbona utilizó para dejar claro que estas instalaciones no ofrecen problemas medioambientales y energéticos, ante la incredulidad de los asistentes.
En cuanto a las inversiones en planes anti-riadas, Narbona reconoció implícitamente en su dicurso que sí se han reducido, aunque se justificó alegando que «en el programa AGUA no están todas las inversiones previstas para un futuro, sino sólo las más urgentes». Un mal día (inundaciones en Castellón y Valencia) para dejar en suspenso estas previsiones.
Atentos a la atrevida exposición ministerial se mostraban José Ramón García Antón y Rafael Blasco, quienes mostraron al término del acto su disconformidad con la responsable gubernamental de Medio Ambiente. El primero en hacer pública su indignación fue el conseller de Infraestructuras y Transporte, quien indicó que «vamos a ayudar al Gobierno en todo lo que supone el anexo de inversiones del PHN, pero la pena es que llevamos seis meses de Gobierno socialista y ni hay más agua ni es más barata, ni se va a hacer nada».
La «nueva» cultura del agua
«Hoy asistimos a unos trabajos que ya habíamos comenzado nosotros y el PSPV debería decírselo a la ministra, y no intentarnos convencer de cómo hacer las cosas. Se está perdiendo el tiempo y ahora llueve y el agua del Ebro se va al mar», indicó García Antón.
De igual modo, recordó al PSPV que «eso que llaman la nueva cultura del agua, hasta el año 95 no existió. Hicieron una depuradora en Pinedo de tratamiento primario y tiraba 100 millones de metros cúbicos al mar. Nosotros somos los que hacemos el tratamiento terciario y vamos a reutilizar esos 100 millones de metros cúbicos».
A continuación, Rafael Blasco tomó la palabra para criticar que «Narbona ha vuelto a desaprovechar una ocasión de oro para informar a la opinión pública valenciana y dar confianza sobre la llegada de agua». «La ministra ha hecho una pantomima y ha desviado atenciones. Somos una Comunidad Autónoma solidaria y tenemos un déficit hídrico que se soluciona con el agua del Ebro, una reivindicación histórica», añadió.
Rafael Blasco estimó que las declaraciones de Narbona «son un agravio a la sociedad valenciana en su conjunto y un insulto a la militancia socialista de la Comunidad Valenciana, ya que deja grogui al PSPV, porque ni siquiera ha querido aceptar el mini-trasvase del Ebro al norte de Castellón planteado por Joan Ignasi Pla».
Junto a ella, en la sexta presentación de su programa de Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua (AGUA), estuvieron el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antoni Bernabé, las diputadas autonómicas Nuria Espí y Pepa Frau y los nacionales Margarita Pin y Josep Antoni Santamaría. Sólo Joan Ignasi Pla tenía excusa porque estaba en Madrid asistiendo a la primera reunión del Consejo Territorial del PSOE.
Ante esta situación, Narbona estaba en «inferioridad» con la presencia de los consellers de Territorio e Infraestructuras, Rafael Blasco y José Ramón García Antón, así como los alcaldes de Quart de les Valles, Quartell, Petrés, Algimia, Alfara, Algar y Estivella, que no quisieron perderse detalle de la comparecencia de la ministra.
Críticas al Consell
En su exposición, Narbona estuvo acompañada por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, y del secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano. La ministra esgrimió sus particulares argumentos y arremetió contra la falta de inversiones y de planificación del Gobierno valenciano en materia hídrica y puso como ejemplo la presa de Algar, «donde se han perdido 25 hectómetros cúbicos en los últimos cuatro años».
En medio de un fuerte aguacero, Cristina Narbona abogó por enésima vez por «obtener más agua mejorando la eficiencia y optimizando las infraestructuras ya existentes». La ministra que más conflictos mantiene abiertos con la Comunidad indicó igualmente que el Gobierno «va a poner el énfasis en la calidad del agua, recuperando y restaurando los ecosistemas relacionados con el agua».
Horizonte 2009
Este discurso, repetido hasta la saciedad, pierde enteros cuando se pasa al terreno de lo concreto. Así, Narbona no se atrevió a poner plazos a las obras del programa AGUA en la Comunidad y se limitó a decir que «el compromiso del Gobierno es que en este cuatrienio estén cubiertos los objetivos».
Es decir, que las obras contempladas en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) estarán listas en el año 2009, lo que no supone ningún avance sobre los planes del anterior Gobierno central que presidía José María Aznar.
Desalación y retirada de inversiones
Sin embargo, Narbona sí que se atrevió a decir que «habrá algún incremento de aportes hídricos durante el año 2005, que vendrá determinado fundamentalmente por la ampliación de las plantas desalinizadoras de la provincia de Alicante».
La nueva planta desalinizadora de Londres, que está ejecutando una empresa española, fue el ejemplo que Narbona utilizó para dejar claro que estas instalaciones no ofrecen problemas medioambientales y energéticos, ante la incredulidad de los asistentes.
En cuanto a las inversiones en planes anti-riadas, Narbona reconoció implícitamente en su dicurso que sí se han reducido, aunque se justificó alegando que «en el programa AGUA no están todas las inversiones previstas para un futuro, sino sólo las más urgentes». Un mal día (inundaciones en Castellón y Valencia) para dejar en suspenso estas previsiones.
Atentos a la atrevida exposición ministerial se mostraban José Ramón García Antón y Rafael Blasco, quienes mostraron al término del acto su disconformidad con la responsable gubernamental de Medio Ambiente. El primero en hacer pública su indignación fue el conseller de Infraestructuras y Transporte, quien indicó que «vamos a ayudar al Gobierno en todo lo que supone el anexo de inversiones del PHN, pero la pena es que llevamos seis meses de Gobierno socialista y ni hay más agua ni es más barata, ni se va a hacer nada».
La «nueva» cultura del agua
«Hoy asistimos a unos trabajos que ya habíamos comenzado nosotros y el PSPV debería decírselo a la ministra, y no intentarnos convencer de cómo hacer las cosas. Se está perdiendo el tiempo y ahora llueve y el agua del Ebro se va al mar», indicó García Antón.
De igual modo, recordó al PSPV que «eso que llaman la nueva cultura del agua, hasta el año 95 no existió. Hicieron una depuradora en Pinedo de tratamiento primario y tiraba 100 millones de metros cúbicos al mar. Nosotros somos los que hacemos el tratamiento terciario y vamos a reutilizar esos 100 millones de metros cúbicos».
A continuación, Rafael Blasco tomó la palabra para criticar que «Narbona ha vuelto a desaprovechar una ocasión de oro para informar a la opinión pública valenciana y dar confianza sobre la llegada de agua». «La ministra ha hecho una pantomima y ha desviado atenciones. Somos una Comunidad Autónoma solidaria y tenemos un déficit hídrico que se soluciona con el agua del Ebro, una reivindicación histórica», añadió.
Rafael Blasco estimó que las declaraciones de Narbona «son un agravio a la sociedad valenciana en su conjunto y un insulto a la militancia socialista de la Comunidad Valenciana, ya que deja grogui al PSPV, porque ni siquiera ha querido aceptar el mini-trasvase del Ebro al norte de Castellón planteado por Joan Ignasi Pla».