Popular Party and Ecologists are against Government alternative to Hydrological Plan

Sat, 04/09/2004

Europa Sur

Críticas a la política de agua del Partido Socialista
Los populares tildan el plan de traición  a Andalucía mientras las organizaciones conservacionistas creen que cae en el mismo error que el proyecto del anterior Ejecutivo
redacción
sevilla / madrid. El plan AGUA (Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua) surgió, en palabras de Rodríguez Zapatero durante su discurso de investidura, con la esperanza de convertirse en una nueva política que tomaría en consideración tanto el valor económico como el valor social y ambiental de este recurso. Sin embargo, pocas horas después de su presentación, ha encontrado la oposición frontal del PP y de las organizaciones ecologistas.
La portavoz de Medio Ambiente del Partido Popular de Andalucía, Carolina González Vigo, afirmó ayer que el programa presentado el pasado jueves por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no podrá entrar en funcionamiento hasta finales de esta década, a la par que lo consideró una traición a Andalucía por parte de los gobiernos central y autonómico.
La diputada popular señaló que este plan antiagua no garantiza un suministro ni más rápido, ni mejor, ni más barato para la comunidad que el Plan Hidrológico Nacional (PHN), defendido por el anterior Ejecutivo del PP y que desecharon los socialistas tras la llegada de Rodríguez Zapatero a La Moncloa.
"El Gobierno de ZP y el silencio del presidente andaluz, Manuel Chaves, vuelven a traicionarnos con el AGUA, manifestó González Vigo, en cuya opinión, la obsesión del PSOE de echar por tierra las iniciativas del Gobierno del PP está retrasando proyectos buenos para Andalucía . Así, según explicó, este proyecto no se podrá empezar a ejecutar hasta 2006, mientras se desarrollan los estudios de impacto ambiental, los periodos de alegaciones y los concursos de obras .
A través de los medios de comunicación González Vigo preguntó a Narbona de dónde va sacar la energía que necesitará para poner a funcionar las plantas desaladoras en Andalucía , ya que, según dijo, el suministro eléctrico actual no es suficiente.
Por último, puso en duda que el precio definitivo del agua resulte más barato que el previsto en el PHN y pidió al Ministerio competente que aclare quién va a asumir ese coste .
La reacción del colectivo conservacionista a las políticas hidraúlicas del Gobierno tampoco se hizo esperar. El secretario de Aguas de la organización Ecologistas en Acción en la comunidad, Juan Calvente, afirmó que este programa cae en el mismo error que el PHN del PP , ya que no cuestiona la demanda actual ni plantea que la auténtica solución a este problema es el ahorro y la planificación territorial . El actual Gobierno comete el mismo pecado que los populares al mantener el consumo y no buscar fórmulas para reducirlo , explicó. No obstante, reconoció la mejora lograda por el PSOE con la suspensión del trasvase del Ebro.
El portavoz ecologista consideró inadmisible que en Almería –provincia donde el programa AGUA construirá cinco desaladoras– existan 29.000 hectáreas de invernaderos ilegales, ante lo que se preguntó si lo que se pretende es suministrarles agua para legalizarlos después .
Respecto a Málaga, donde el Gobierno remodelará y pondrá en servicio la desaladora de Marbella y potenciará la potabilización en la Costa del Sol, Calvente tachó de barbaridad que la localidad marbellí consuma 800 litros de agua por persona al día y que se busque más líquido para mantener infraestructuras turísticas como los campos de golf .
Con preocupación acogió también el proyecto de Narbona la organización Greenpeace, cuyos representantes aseguran que no recoge ninguna de las alternativas que propusieron al Gobierno el pasado mes de mayo sobre la derogación del trasvase.
En una nota de prensa, aseguraron que el programa parece consolidar de nuevo una oferta ilimitada que favorece la especulación y el negocio. Al igual que Ecologistas en Acción, Greenpeace opina que el Ministerio debería evaluar y ejecutar las medidas destinadas al ahorro y la eficiencia en la gestión del agua y no apostar tan claramente por la construcción de nuevas plantas desaladoras ya que –argumentan– ese agua sólo es apta para el consumo humano y en casos en los que no haya otra solución.
Además –continúan en la nota– se deberían controlar los regadíos ilegales, mejorar los canales y redes de distribución del agua, que tienen pérdidas de más del 30 por ciento; fomentar la reutilización de aguas residuales para riegos y presentar una política de precios del agua que fomente el ahorro .
En su proyecto, Narbona sólo atiende a la Cuenca Mediterránea, que en Andalucía prevé actuaciones en Málaga y Almería; Cádiz y Granada, dentro del área de acción, no se beneficiarán de ninguna inversión. El resto de provincias quedan directamente fuera, al menos por el momento.