Department of Environment will assess water pollution risks in La Vega

Thu, 02/09/2004

ABC

La contaminación de aguas embalsadas y acuíferos ha saltado a la palestra tras la detección hace unas semanas de bacterias en un manantial causadas por la actividad agroganadera en las Subbéticas. La pérdida de calidad de estas aguas ha echado el cerrojo a la planta embotelladora de agua mineral. Las consejerías de Agricultura y Medio Ambiente se han puesto ahora manos a la obra con la elaboración de un mapa de riesgos de contaminación de origen agrario de las aguas superficiales y subterráneas en Andalucía, entre los que se encuentran enclaves como la Vega del Guadalquivir.El proyecto, que durará 12 meses, parte de los antecedentes de la detección de ciertos focos contaminados de aguas por nitratos, purines y pesticidas en los últimos años causados, en gran parte, por la intensificación de la actividad agraria. Y se acoge al Programa de Actuación Aplicable en las Zonas Vulnerables a la contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias designadas en Andalucía, aprobado desde 2001.Según aparece recogido en el anteproyecto del mapa de riesgos, el estudio -con un presupuesto de 334.000 euros y de ámbito geografico que abarca las cuencas de recepción de embalses y áreas de recargas de acuíferos- tiene como objetivo localizar esos focos de riesgo de contaminación por nitratos, purines y pesticidas e iniciar un seguimiento sistemático de los mismos y de sus posibles afecciones sobre la calidad del agua de abastecimiento urbano.La Secretaría General de Aguas acaba de publicar el pliego de condiciones para la contratación del estudio en el BOJA recientemente. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente señalaron que el mapa se hace sobre uno ya existente, y que en la provincia de Córdoba la zona previsiblemente más afectada es la de la Vega del Guadalquivir.La Vega, en el ojo del huracánDe hecho, la Junta de Andalucía cuenta con informes ya existentes por problemas en los acuíferos de zonas de agricultura intensiva como los naranjales y olivares de la Vega del Guadalquivir. Varios expertos en geología y medio ambiente ya alertaron a la Consejería hace varios años de que los acuíferos de la Vega eran los más contaminados de la provincia. El uso abusivo de abonos para la agricultura y el hecho de que los pozos sean superficiales, entre 10 y 20 metros de profundidad, facilita la filtración de nitratos en una concentración superior a la recomendada por las autoridades sanitarias. El nivel de polución varía en función de la intensidad de las lluvias, aunque pueda parecer paradójico. En los periodos de abundantes precipitaciones, el nivel freático sube y el agua absorbe y disuelve los nitratos y contaminantes procedentes de los abonos para uso agrícola. Ocasionalmente, las concentraciones pueden ser relativamente peligrosas para el consumo humano y provocar daños en el riñón, aparte de vómitos o diarréas.La zona más afectada, -según Medio Ambiente-, incluye la franja que se extiende desde Alcolea a Almodóvar, principalmente las parcelaciones de El Higuerón, Villarrubia, Los Mochos o el Aeropuerto. Precisamente, en Almodóvar se registró en 1996 y 1997 un fuerte episodio de contaminación, que obligó a tomar medidas.