Valencian Government say lack of electric network challenges Narbona plan
Mon, 28/06/2004
Un informe asegura que los ayuntamientos impedirán la construcción de la infraestructura para transportar la energía para desalar el agua.
F. J. BENITO
Un estudio del Consell sobre el consumo energético que supondrá la ejecución del plan alternativo del Ministerio de Medio Ambiente para traer agua a la Comunidad Valenciana -desalación- alerta de que, según sus datos, será prácticamente imposible de desarrollar dada la actual falta de infraestructura para transportar la energía eléctrica y por la negativa de los Ayuntamientos a autorizar el paso de líneas de alta tensión por sus términos municipales. El Consell estima que para producir y distribuir los 350 hm3 de agua desaladas previstos en el proyecto -cinco nuevas desaladoras mas la ampliación de las plantas de Agua Amarga y Xàbia-, el Ministerio necesitará 1.785 GW/hora por año, lo que representa un 30% del actual consumo eléctrico de la Comunidad. Territorio que, además, ya importa el 40% de la energía que consume -casi el cien por cien en el caso de la provincia de Alicante-.
Según el informe del Consell, la instalación de las desaladoras en la franja litoral aumentará la presión que sufren las estaciones eléctricas, sobre todo en verano, por lo que «habría que transportar con rapidez la energía al interior, donde las líneas de alta tensión sufren un grado de saturación importante». Paralela a esta coyuntura, el Consell revela el fuerte rechazo de los ayuntamientos a autorizar la instalación de líneas de alta tensión en sus municipios, «lo que puede prolongar durante años el que se pueda contar con infraestructura», apuntaron ayer fuentes del Consell, que recordaron el caso que se da en Valencia, donde el proyecto para la nueva línea Vilanova-Gandía se presentó en 1991 y aún continúa tramitándose.
La desalación llevará implícita la construcción de líneas eléctricas y subestaciones de alta tensión -220 kv y 400 kv- que tendrán que llegar desde el interior a la costa para cubrir la demanda eléctrica de las plantas.
«Dado el modelo de desarrollo urbanístico implantado en la Comunidad Valenciana, se trata de proyectos muy complejos, de difícil ejecución por nuestra orografía y que supondrán un importante impacto ambiental», añadieron las mismas fuentes.
El objetivo de la ministra Cristina Narbona es licitar este mismo año los proyectos para ampliar las desaladoras de Agua Amarga y Xàbia. A éstas seguirán plantas nuevas en la Marina Alta, Baixa, Vega Baja (2) y un quinta en el entorno de l´Alacantí-Vega Baja.
F. J. BENITO
Un estudio del Consell sobre el consumo energético que supondrá la ejecución del plan alternativo del Ministerio de Medio Ambiente para traer agua a la Comunidad Valenciana -desalación- alerta de que, según sus datos, será prácticamente imposible de desarrollar dada la actual falta de infraestructura para transportar la energía eléctrica y por la negativa de los Ayuntamientos a autorizar el paso de líneas de alta tensión por sus términos municipales. El Consell estima que para producir y distribuir los 350 hm3 de agua desaladas previstos en el proyecto -cinco nuevas desaladoras mas la ampliación de las plantas de Agua Amarga y Xàbia-, el Ministerio necesitará 1.785 GW/hora por año, lo que representa un 30% del actual consumo eléctrico de la Comunidad. Territorio que, además, ya importa el 40% de la energía que consume -casi el cien por cien en el caso de la provincia de Alicante-.
Según el informe del Consell, la instalación de las desaladoras en la franja litoral aumentará la presión que sufren las estaciones eléctricas, sobre todo en verano, por lo que «habría que transportar con rapidez la energía al interior, donde las líneas de alta tensión sufren un grado de saturación importante». Paralela a esta coyuntura, el Consell revela el fuerte rechazo de los ayuntamientos a autorizar la instalación de líneas de alta tensión en sus municipios, «lo que puede prolongar durante años el que se pueda contar con infraestructura», apuntaron ayer fuentes del Consell, que recordaron el caso que se da en Valencia, donde el proyecto para la nueva línea Vilanova-Gandía se presentó en 1991 y aún continúa tramitándose.
La desalación llevará implícita la construcción de líneas eléctricas y subestaciones de alta tensión -220 kv y 400 kv- que tendrán que llegar desde el interior a la costa para cubrir la demanda eléctrica de las plantas.
«Dado el modelo de desarrollo urbanístico implantado en la Comunidad Valenciana, se trata de proyectos muy complejos, de difícil ejecución por nuestra orografía y que supondrán un importante impacto ambiental», añadieron las mismas fuentes.
El objetivo de la ministra Cristina Narbona es licitar este mismo año los proyectos para ampliar las desaladoras de Agua Amarga y Xàbia. A éstas seguirán plantas nuevas en la Marina Alta, Baixa, Vega Baja (2) y un quinta en el entorno de l´Alacantí-Vega Baja.