El consejero de Medio Ambiente, José Andrés Burguete, presentó ayer la Estrategia para la gestión y el uso sostenible del agua en Navarra, un documento aprobado el lunes por el Gobierno y que será remitido esta semana al Parlamento para su aprobación definitiva en septiembre. La estrategia es un texto marco dentro del que tendrán que dirigirse todas las gestiones relativas al agua en Navarra entre los años 2005 y 2009. En ese periodo de tiempo, Navarra gastará 7,05 millones de euros en un plan de acción que incluye, entre otras proyectos, evaluar y clasificar el estado de las aguas, protección de las aguas subterráneas contra la contaminación o campañas de ahorro de agua.
El documento aprobado por el Gobierno señala que los recursos hídricos disponibles para su utilización en Navarra son «realmente inferiores a los recursos naturales» que se generan en la Comunidad foral. El texto considera que «una forma adecuada de paliar, al menos en parte, esa extrema irregularidad consiste en la adaptación del régimen natural de aportaciones al régimen de demandas». Esta adaptación, añade el documento, se llevaría a cabo a través de «infraestructuras de regulación, de la explotación de aguas subterráneas y la utilización de recursos no convencionales.
Según los cálculos hechos sobre el sistema Aragón-Arga, sin infraestructuras de regulación sería posible utilizar unos 200 hectómetros cúbicos de agua al año, de los que 95 corresponderían a abastecimiento y 105 a regadío. Estas cifras son sólo el 14% de la demanda actual. Sin embargo, según dichos cálculos, si la cuenca del Ebro estuviera regulada, el caudal disponible alcanzaría los 793 hectómetros cúbicos al año.
Los recursos disponibles de Navarra (tanto regulados, como sin regulación o insuficientemente regulados), no sobrepasan los 400 hm3 al año. El resto, hasta los 906 hm3 que utiliza Navarra, se obtiene desde fuera de la Comunidad foral. En este cálculo no se contabiliza el agua que será regulada por Itoiz en el momento en que se llene.
El consejero Burguete explicó ayer que el documento recoge siete metas en la gestión y el uso del agua en Navarra. Entre otras citó la de «conseguir una nueva cultura del agua que garantice la sostenibilidad del recursos y su uso y disfrute por las generaciones futuras» y la de «conseguir un buen estado ecológico de las aguas mediante la protección del conjunto de sistemas hídricos y la solución de los problemas existentes.
Asimismo, y con un presupuesto superior a los 7 millones de euros, la Estrategia incluye un plan de acción. Entre las acciones más destacables, indicó el consejero, se encuentran las de realizar estudios sobre sequías, sobre las zonas inundables de los ríos navarros y elaborar las directrices de un plan de defensa contra las inundaciones