Water War

Sat, 19/06/2004

El Mundo

Desde Ecologistas en Acción aplaudimos la derogación del trasvase del Ebro, dado el impacto ambiental y social que hubiera generado.Habría consolidado el modelo de desarrollo insostenible que hoy impera en la costa mediterránea. Es una victoria histórica de los colectivos sociales que, durante tres años, han movilizado a cientos de miles de personas.
No obstante, el proyecto de modificación de la ley incluye obras alternativas al trasvase, desaladoras que, aunque generarían un menor impacto, no solucionarían el problema de mala gestión y despilfarro de los recursos hídricos en la costa mediterránea.Y deja la puerta abierta a futuros trasvases entre cuencas.
Por eso, la noticia es una alegría a medias, pues, aunque mejora la situación anterior, sigue admitiendo un supuesto déficit hídrico en la cuenca mediterránea. Hay que caminar hacia el equilibrio hídrico en todas las cuencas no permitiendo que las demandas superen los recursos hídricos.
Los trasvases acentúan el desequilibrio, pues el mero anuncio de un trasvase dispara la demanda. Sirva de ejemplo el Tajo-Segura: el déficit de agua en la cuenca del Segura antes de la obra era menor que el que se registró una vez arrancado el trasvase.
Es destacable la defensa numantina que algunos usuarios del agua hacen del trasvase y el rechazo a la desalación, cuando como usuarios les debería dar igual de dónde proceda el agua. Aquí no hay tradición de pagar el agua que procede de grandes infraestructuras hidráulicas, principalmente embalses. Sin embargo, las desaladoras son fábricas de agua, cuyo producto debe pagarse a un precio adecuado al coste de producción. O sea, amplios sectores no querían pagar el agua, o pagar todo su coste real, y piensan que va a ser difícil evitar pagar el agua de las desaladoras.
En el precio del agua deben repercutir todos los costes de su obtención, incluidos los ambientales y sociales. Esto contribuiría a un uso racional del agua, que debería ser el fin último de cualquier política hidráulica sensata.
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Theo Oberhuber es coordinador general de Ecologistas en Acción