Restoring river beds

Wed, 02/06/2004

Diario de Jerez

Las poblaciones interesadas en la recuperación de sus cauces que no están incluidas en el actual convenio o que, pese a estarlo, necesiten una nueva actuación, tienen ahora otra oportunidad para plantearlo e intentar conseguirlo.
La razón está en que el convenio firmado en 2003 entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y la Diputación Provincial sobre el Plan de Restauración Hidrológico-Forestal y de Protección de Cauces, que afecta a 24 municipios, será ampliado. Así lo acordaron ayer los presidentes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Jaime Palop, y el de Diputación, Francisco González Cabaña, en la reunión mantenida por la mañana en el Palacio Provincial, la primera institucional del flamante responsable del órgano gestor de cuencas.
"El convenio va a buen ritmo pero creíamos que había que mejorarlo. De ahí que hayamos decidido ampliarlo y necesitábamos la confirmación de que podíamos hacerlo para incrementar los 24 millones de euros que ahora tiene establecidos , explicó Gónzález Cabaña, tras señalar que será la propia Diputación, a través de su Área de Medio Ambiente, la que gestione las peticiones de las poblaciones interesadas.
Según este acuerdo, la CHG corre con el 75 por ciento de los gastos a través de fondos Feder y Diputación con el resto. La fecha tope anunciada para que los ayuntamientos comuniquen las obras que necesitan a Diputación será a finales de junio. A partir de entonces, la institución elaborará un diagnóstico con las demandas que también supondrá la revisión de las obras ejecutadas o en ejecución. La puesta en valor para usos sociales y recreativos de la infraestructura de la Confederación en la provincia, sobre todo en municipios con zonas de ribera, fue otro tema abordado. La recuperación de este patrimonio se resolverá a través de convenios con los ayuntamientos interesados y la adhesión de Diputación.
Palop, por su parte, señaló que la CHG estudia la viabilidad de la petición de los agricultores de Conil y Vejer sobre un mínimo de riego que ahora se resuelve en precario con aguas subterráneas