Hundreds of deaths due to the rains in Dominican Republic and Haiti

Wed, 26/05/2004

La Vanguardia

El peor desastre natural sufrido por la isla de La Española, que comparten la República Dominicana y Haití, ha terminado con la vida de unas 270 personas, y al menos otras 200 están desaparecidas. El brutal desbordamiento de ríos ha convertido a decenas y decenas de humildes viviendas en desoladas planicies de barro.
- La República Dominicana y Haití están unidos en el dolor por los cientos de muertos ocasionados por las peores inundaciones que se recuerdan en la isla de La Española, que comparten ambos países. En la zona arrasada por las lluvias torrenciales, cientos de personas desesperadas removían frenéticamente escombros y barro en busca de parientes desaparecidos. Un centenar de cadáveres se apilaban en la morgue improvisada del pequeño hospital regional.
En Jimaní, una aldea dominicana de la frontera que es la zona más afectada, donde antes se alzaban decenas de humildes viviendas, ha quedado una planicie de barro con trozos de madera y ropa desparramada por doquier. La tragedia fue provocada por el desbordamiento por sorpresa, a las tres de la madrugada, cuando todos dormían, del río Soleil, que nace en Haití y cruza la frontera con la República Dominicana; el impacto de las aguas fue tal que algunos cuerpos fueron arrastrados a treinta kilómetros, yendo a parar a la ribera del lago Enriquillo.
El coordinador del Movimiento Participación Ciudadana, Alcibíades Moreta, dijo que los brigadistas que han estado trabajando en la zona estiman en 200 el número de víctimas fatales, cifra que inevitablemente se incrementará en las próximas horas. Según la Cruz Roja, familias enteras han desaparecido.
Un periodista de la agencia norteamericana Ap contó unos 100 cadáveres embarrados en el hospital de Jimaní después de que los familiares hubieran recogido otros 70 cuerpos. Se usaba la sala del generador del hospital como depósito porque la morgue estaba saturada. Los cadáveres eran divididos por sexo y edad. Los médicos indicaron que escasean ataúdes y bolsas de plástico. Entre los cadáveres recuperados hay 21 niñas y 13 niños de entre seis meses y 15 años. Las autoridades se disponían a enterrar los cuerpos no reclamados en una fosa común. El alcalde de Jimaní dijo que hay unos 200 desaparecidos, pero una organización civil elevó la cifra a 400. En el resto del país las inundaciones dejaron un saldo de otros cuatro muertos, en especial en la región nordeste y en Santo Domingo, la capital, donde miles de familias han sido evacuadas.
De las 650 viviendas levantadas por familias humildes en los sectores afectados, sólo 80 quedaron en pie. Entre las víctimas amontonadas en el hospital de Jimaní había decenas de haitianos, ya que el río Soleil sepultó el barrio de chabolas de Batey, en el que vivían emigrantes de esa nacionalidad. Fuentes de la Oficina de Protección Civil de Haití informaron de que en los dos últimos días fallecieron un mínimo de cien personas en el pueblo de Fond Verettes y áreas rurales circundantes, y otras 40 murieron en el sudeste del país.
El servicio de meteorología dominicano dijo que en la zona de Jimaní habían caído en las últimas 24 horas 247 milímetros de lluvia en una cuenca muy pequeña. Y pronosticó que las lluvias continuarían el martes en todo el país.
Esta catástrofe es la peor que se recuerda en la República Dominicana, superior a la del 22 de septiembre de 1998, cuando el huracán Georges produjo la crecida del río Yaque del Sur, que inundó Tamayo y Mesopotamia. Según los ancianos de la comunidad, el Soleil no se desbordaba de esa forma desde el 1912. En 1994, aludes de barro provocados por la tormenta tropical Gordon mataron a 829 haitianos.
La ayuda gubernamental ha sido tímida en Jimaní, que se encuentra sin luz, sin agua potable y sin teléfono; los damnificados piden que les envíen con urgencia comida, ropa y medicinas. Los desbordamientos también han provocado daños considerables a la agricultura de los dos países. Cientos de hectáreas sembradas están totalmente inundadas. Varias poblaciones situadas en el área de impacto del río Soleil permanecen en estado de alerta. El río Yaque del Sur también amenaza con desbordarse