The "big decree"

Tue, 25/05/2004

ABC

DESDE que el señor Rodríguez Zapatero asumiera la presidencia del Gobierno de España, la inmensa mayoría de la sociedad murciana, entidades y asociaciones de todo tipo, agentes sociales y económicos y, desde luego, ciudadanos de a pie, vive momentos de incertidumbre, traducidos en evidente inquietud, ante las noticias que se vienen produciendo en relación con un asunto de tanta trascendencia para nuestro futuro como el Trasvase desde el Ebro.

Ante esta situación, el Gobierno de la Región de Murcia va a poner todos los medios a su alcance para que la Cuenca del Segura reciba todo el agua que precisa para resolver el déficit hídrico de carácter estructural que viene padeciendo, y que constituye un obstáculo patente para el eficaz y completo desarrollo de las potencialidades de nuestra Región.

Para que esta pretensión, que es de justicia y está suficientemente contrastada mediante acreditados estudios técnicos, llegue a buen puerto, para que la Región de Murcia no vea perjudicadas sus legítimas expectativas de crecimiento, para que no se pierda ni un solo empleo por esta causa, trabajamos, en primer lugar, para que no se produzca la anunciada paralización del Trasvase desde el Ebro mediante decreto sin que se nos hayan explicado al detalle las alternativas que el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero ofrece a cambio y que deben ser, por supuesto, más convincentes que las apuntadas hasta la fecha.

Si hay que esperar un año para saber si el déficit hídrico de la Cuenca del Segura puede subsanarse mediante los métodos apuntados por el Partido Socialista, se debería esperar también hasta ese momento para abandonar la solución que nosotros estimamos adecuada y definitiva, que no es otra que el Trasvase.

Sorprende que se esgriman fórmulas como el ahorro o la reutilización como alternativas al Trasvase desde el Ebro, porque en estas materias contamos los murcianos con experiencia y capacitación suficientes, y seguimos ahondando en la obtención del máximo rendimiento a partir de recursos escasos, dando respuesta, con hechos constatables, a malintencionadas e infundadas acusaciones de despilfarro y uso inadecuado del agua.

Sorprende, asimismo, que se ponga el acento en la desalación como panacea; que se trate de vender una propuesta que estaba prevista en el Plan Hidrológico como complementaria, cual si fuera la solución a todas nuestras carencias; que se presente la desalación como una especie de milagro socialista obviando el alto coste del agua desalada y los graves problemas medioambientales que de ella se derivan. La ministra garantiza los bajos costes de la desalación, cifrándolos en 30 céntimos de euro según sus estimaciones. La experiencia demuestra, por desgracia, que no es así y lo que se deduce de todo ello es que el coste de la desalación en plantas estándar se sitúa entre los 0,60 y los 0,70 euros por metro cúbico. Pues bien, tomando como referencia cualquier escenario equiparable, y utilizando los mismos criterios en cuanto a amortización, la tarifa del Trasvase desde el Ebro sería, como mínimo, un 50 por ciento más barata que la desalación más eficiente.

La señora Narbona debería saber que el coste real del Trasvase está muy estudiado: 4.207 millones de euros, con una subvención de un 30 por ciento procedente de fondos europeos. Si se amortizara el 100 por ciento del coste de la infraestructura, la tarifa se situaría en 33 céntimos de euro el metro cúbico. Se ha dicho, también, que el coste del agua del Trasvase no sería el mismo para Castellón que para Almería, por citar los dos extremos del trazado previsto, pero no es ese el modelo que se emplea habitualmente en la fijación de tarifas para otros servicios públicos, como el teléfono o la electricidad, a los que se aplica igual tarifa al margen de la distancia.

Asegura la ministra Narbona que el río Ebro sólo garantiza 650 hectómetros cúbicos al año, cuando la realidad es que a lo largo de los últimos 60 años se han vertido al mar 12.000 hectómetros cúbicos al año por término medio. De hecho, en el año hidrológico 2003-2004 el Ebro ha vertido al Mediterráneo, a estas alturas, 10.300 hectómetros cúbicos, después de haber incrementado las reservas hidráulicas en los embalses de su cuenca en 1.600 hectómetros cúbicos, y la previsión es que cuando concluya el ejercicio se habrán perdido en el mar alrededor de 16.000 hectómetros cúbicos de agua.

En fin, la señora ministra invoca, incluso, la mala calidad de las aguas en la zona del Delta, una afirmación sorpredente por lo que toca a los habitantes de la zona, así como a los de Reus o Tarragona, que se nutren de ella y la utilizan para regar 27.000 hectáreas de arrozales.

En definitiva, debemos afirmar con contundencia que el Trasvase desde el Ebro a las cuencas mediterráneas, entre las que se cuenta la del Segura, es la mejor y más sólida solución al déficit estructural que padecemos, y que si el actual Gobierno socialista de España, en uso de la mayoría parlamentaria de que goza con el respaldo de los independentistas catalanes, decide su supresión, debe ofrecer a los murcianos alternativas eficaces, razonables y realizables, que pasan, en todo caso, por traer cuanto antes el agua necesaria a un coste asumible por parte de quienes basan en ella la construcción de su futuro, que es el futuro de la Región de Murcia