New cinrcunstances in the Water Pact

Mon, 24/05/2004

ABC

Delegado del Gobierno en Aragón

El nuevo delegado del Gobierno cree que el Pacto del Agua de 1992 no es sagrado y se debe volver a hablar. Contra la violencia doméstica, una de sus prioridades, quiere destinar más agentes

-Dos militares al frente de la Guardia Civil y la Delegación del Gobierno en Aragón. ¿No llama la atención en un Gobierno del PSOE?

-¿Por qué no? ¿Qué inhabilita a un militar para ocupar un puesto en la Función Pública? Nada. Lo único que hay que buscar es a la persona adecuada para cada puesto. Lo que sería absurdo es que tuviera que ser militar por ley. Pero lo contrario... Yo creo que es un signo de normalidad.

-Al tomar posesión, consideró prioritario el problema de la violencia doméstica. ¿Tiene solución?

-Si alguien tuviera la varita mágica, ya la habría utilizado, pero si puedo tener alguna medida más que hasta ahora, haré todo cuanto sea posible. El Gobierno quiere que sea así y en la primera ley que va a aprobar se tomarán medidas, que se dotarán presupuestariamente, para proteger a estas personas. ¿Qué podemos hacer? Dedicar todas las horas que haya que dedicar a escuchar, echar una mano en casas de acogida, aunque no es competencia nuestra y, sobre todo, protección. Si hay que poner fuerzas de seguridad para impedir la proximidad del agresor, haremos todo lo posible. Pero que nadie piense que en dos días o en 200 vamos a acabar con el problema.

-¿Y cómo están las plantillas en Aragón?

-El asunto está en decidir prioridades. Las Fuerzas son las que hay, no puedo fabricar agentes, y si se tienen que destinar a esto, posiblemente haya que detraerlas de otras funciones. Pero se meditará con mucha calma y veremos de dónde se pueden sacar, sin que queden desnudas otras partes de la seguridad que también afecten a mucha gente.

-Otra de sus prioridades es la inmigración. ¿Cómo percibe la integración de los extranjeros en Aragón?

-Está bastante más lograda que en otros sitios. Eso no quiere decir que no haya problemas puntuales, en la recogida de fruta en alguna localidad o un fin de semana. Pero debemos esforzarnos en mejorar.

-Se anunció la derogación del trasvase, pero no se ha puesto el mismo acento en el Pacto del Agua. ¿Se mantiene el mismo compromiso?

-Son dos cosas distintas. El problema del trasvase ya se ha frenado, pero el de las obras del Pacto del Agua viene de antiguo. En Aragón no hemos llegado al consenso necesario sobre el problema del agua. Hay dos posturas bastante extremas, a favor de ciertos pantanos y muy en contra. Habrá que intentar aproximar esas dos posturas, no digo a mitad de camino, pero sí hay que intentar algún tipo de cesión por parte de todos. ¿Cómo se hace esto? Con mucha paciencia, muchas horas, un vasico de agua y hablar y hablar, hasta un posible acuerdo, que no será el mejor para nadie, pero tampoco el peor. Mientras no haya acuerdo, mal lo tenemos. Existió un acuerdo en su día, pero circunstancias han cambiado. Las cosas no son inamovibles.

-De modo que para usted no es sagrada la letra del Pacto del Agua.

-Sagrado no hay casi nada.

-¿Y no teme que tras aquel acuerdo, que no fue fácil, se reabra el diálogo y las obras queden sin hacerse?

-Si las circunstancias cambian, tendremos que adaptarnos. Y si dentro de quince años cambian, habrá que volver a verlo. No soy partidario de que si se llega a un acuerdo, no se pueda tocar nunca. También en el 78 se acordó la Constitución y la vamos a reformar.

-En materia de infraestructura, ¿el Gobierno se compromete a seguir con las obras del PP?

-Enlaza con lo anterior. Lo que ya está en marcha habrá que terminarlo, pero lo que no se ha empezado, se puede modificar. El Gobierno está viendo cómo se encuentra todo. Aragón se juega mucho en eso, hay infraestructuras que se debían haber hecho hace tiempo y tenemos que empujar mucho. La salida hacia Francia por el Pirineo central, las infraestructuras ferroviarias, la autovía mudéjar, el desdoblamiento de algunas carreteras, las rondas de las ciudades, y me dejo alguna.

-Se ha acusado al Gobierno regional de sumisión ante el central.

-En absoluto. Tampoco es razonable estar desde el primer minuto achuchando, las cosas tienen su ritmo. Hay que esperar y tener el mínimo de educación, se habla de los 100 días. Colaboración, toda. Y si hay algún conflicto, se resolverá.

-Pero en cuestiones de dinero no siempre es fácil...

-Eso se verá en los Presupuestos. Ahí sí que hay un dato objetivo y se medirá qué dinero hay para esas obras.

-Me refería también a la deuda y la factura farmacéutica que reclama el Gobierno de Aragón.

-Son negociaciones. Cuando hay una transferencia, se valora. Después, hay discrepancias en la interpretación. Si hay acuerdo, estupendo, y si no, lo resolverán los tribunales. En la deuda de la Sanidad, Aragón fue de las que mejor valoración obtuvo y ahora hay algún fleco. No creo que haya problema en resolverlo. El ministro hizo referencia a que está pendiente de un recurso. Si la deuda se reconoce, se pagará, aunque, se ha incorporado población a Aragón y a lo mejor hay que ajustar un poquito eso.

-¿La financiación de la Expo 2008 se reflejará en los Presupuestos?

-El Gobierno se ha comprometido por escrito. En los Presupuestos de este año habrá obras a favor de Zaragoza con o sin Expo, pero una vez que lo sea, que estoy seguro, posiblemente habrá que acelerarlo y habilitar algún tipo de financiación especial.