A National Court sentence will grant to fill up Ureña reservoir

Thu, 20/05/2004

El Norte de Castilla

Rechazan el recurso de los ecologistas, que advertían de graves daños a las especies animales y vegetales Los alcaldes de la zona aseguran que la presa «traerá beneficios a la comarca»
SILVIA G. ROJO/CIUDAD RODRIGO
Estado de la presa de Irueña tras concluir las obras de construcción. / NACHO
A pesar de que no lo ha hecho de forma oficial, la Audiencia Nacional ya se ha pronunciado sobre el futuro de la salmantina presa de Irueña. Los tres magistrados de la sala tercera de la Audiencia Nacional reunidos el pasado martes, desestimaban el recurso planteado por los grupos ecologistas Adeco y Coda (actualmente Ecologistas en Acción) quienes consideraban que el llenado del embalse acabaría con especies arbóreas y animales de considerable interés en la zona.

Una vez conocida esta sentencia y una vez que los afectados en el proceso reciban la correspondiente notificación por parte de la Audiencia, se podrá seguir adelante con la deforestación y posterior llenado del vaso puesto que el resto de las obras ya están concluidas.

Esta información fue facilitada en el día de ayer por Miguel Cid Cebrián, abogado de los municipios en litigio -Robleda, El Bodón, El Sahugo, Fuenteguinaldo y Ciudad Rodrigo- además de la Plataforma Riberas del Águeda. «Nos falta conocer los argumentos de la sentencia. Me imagino que darán un buen estirón de orejas a los ecologistas y que rechazarán contundentemente sus argumentos que no eran de recibo. Aunque con notorio retraso se ha impuesto el sentido común», explica Cid Cebrián.

En palabras del propio Miguel Cid «el daño que han hecho los ecologistas es irreversible, un daño tremendo de retraso en las obras, de disgustos, de sin sabores, de dolores de cabeza., incluso me planteaba Isidro Lázaro, ingeniero y jefe de Servicio de la Confederación Hidrográfica del Duero en Salamanca, la posibilidad de reclamar por daños y perjuicios. Pero la verdad es que hay muy pocas posibilidades».

Polémica trayectoria

Los problemas que ha atravesado la construcción de la presa de Irueña, ubicada entre los términos municipales de El Bodón y El Sahugo, han sido muchos hasta llegar al punto de que esta edificación estuvo a punto de paralizarse definitivamente ya que tras varios meses de recursos judiciales contra la suspensión cautelar de las obras dictado por la Audiencia Nacional, un auto posterior permitió que esta obra siguiera adelante.

Esta construcción, que comenzó en el año 1997, cuenta con un presupuesto de 30 millones de euros y es propiedad del Estado. El objetivo que persigue es la de laminar las avenidas de agua del río Águeda para evitar las inundaciones que, habitualmente, se producen en el barrio del Puente de Ciudad Rodrigo, además de garantizar el caudal ecológico ya que el Águeda llega a secarse en verano, consolidar una zona regable de en torno a mil hectáreas y garantizar el abastecimiento a los núcleos de la zona.

Los avatares judiciales provocaron incluso que la altura de la presa -68,5 metros-, se redujera en 20 metros sobre lo previsto inicialmente. De igual modo, la capacidad contemplada en el plan inicial, 210 hectómetros cúbicos, se vio reducida hasta los 110 actuales.

Pese a que la decisión de permitir la deforestación y llenado del vaso hasta los 110 hectómetros cúbicos ya está tomada, la previsión estimada por los expertos para el llenado es de aproximadamente tres años. Esta demora en el tiempo se debe a que habrá que construir tres viaductos sobre el embalse que permitan conectar las carreteras que unen El Sahugo, Robleda y Fuenteguinaldo.

Alegría de los pueblos

La alegría que manifestaban en el día de ayer los alcaldes de los municipios afectados era evidente. El máximo responsable en el Consistorio de El Sahugo, Raimundo González, destacaba que «hemos luchado desde el principio y creo que es una gran noticia. El beneficio que trae para la comarca y, sobre todo, para contener las riadas de Ciudad Rodrigo, es muy importante. Además, los municipios afectados conseguimos unas contrapartidas en tema de infraestructuras que estamos esperando desde hace unos años».

En términos similares se expresaba el alcalde mirobrigense, Javier Iglesias, quien matizaba que «no esperábamos menos, teníamos la absoluta seguridad de que así tenía que ser y no podíamos aceptar otra cosa».