Water culture in Valencia

Wed, 05/05/2004

Levante

Desde tiempos inmemoriales, los valencianos nos hemos distinguido por el uso ejemplar de nuestros recursos hídricos. Esta Comunidad debe, en buena medida, su histórica riqueza agrícola y su desarrollo social y económico a su responsable gestión del agua. Nadie mejor que los valencianos podemos alzar la voz con autoridad para afirmar que somos capaces de aprovechar hasta la última gota de este bien natural. Un aprovechamiento que queda patente si atendemos al rendimiento y productividad que obtenemos del agua.

Sin entrar en detalles técnicos sobre las aportaciones de agua y el impacto de las distintas propuestas, que por otro lado resultan demoledores en favor del Plan Hidrológico Nacional aprobado por el gobierno del Partido Popular, los valencianos no podemos admitir que se nos acuse de despilfarrar el agua. Es una ofensa injustificable, que tan sólo pretende extraer un rendimiento político por encima de cualquier otra consideración.

Un informe reciente del Instituto Nacional de Estadística señala que la Comunidad Valenciana reutiliza el agua 20 veces más que Cataluña y que los recursos hídricos aquí son un 76% más rentables que en Aragón. A pesar de esta realidad, los socialistas siguen poniendo sombras a la gestión y ahorro que hacemos los valencianos del agua.

Me pongo en el lugar de los agricultores valencianos que durante siglos, gracias a la mentalidad de ahorro del agua, han conseguido que esta tierra tuviera una fertilidad alcanzable en pocos lugares del mundo. Me parece cuanto menos un insulto para ellos el que la actual ministra de medio ambiente hable sobre la necesidad de una nueva cultura del agua. Señora Narbona, los valencianos estamos capacitados para dar lecciones sobre ahorro y gestión del agua. Debería usted tomar ejemplo de cómo una Comunidad, consciente de sus carencias hídricas, ha sido históricamente capaz de sacar provecho racional del agua.

Los anteriores gobiernos socialistas de Felipe González ya pusieron de manifiesto, en sus políticas de inversiones en infraestructuras, notables agravios comparativos entre las distintas autonomías. Todavía tenemos en el recuerdo de qué manera nuestra Comunidad sufrió el olvido de aquellos gobiernos y cómo primaron las inversiones en otras regiones. Ahora no estamos dispuestos a que esto vuelva a suceder, y menos todavía a que traten de justificar su pusilánime alternativa al PHN utilizando entre sus argumentos que en la Comunidad Valenciana se usa indebidamente el agua.

Una de las claves de esta cultura del agua valenciana radica en que nunca se han primado los intereses particulares de nadie, siempre ha prevalecido el derecho de todos para tener acceso al agua. Sin esta premisa, la consideración del agua como un bien de todos en cuya distribución se ha de buscar la máxima ecuanimidad y solidaridad, difícilmente se conseguirá atender a las demandas históricas de la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.

Ante esta incertidumbre que provoca la propuesta alternativa del partido socialista al PHN, no cabe más respuesta que la unidad de todos los valencianos en defensa de nuestros derechos.