Residential areas in Castellón anticipate the Hydrological Plan and support desalination

Tue, 27/04/2004

Levante

La gestión hídrica en la franja mediterránea, salpicada por déficit y sobreexplotación de recursos, está protagonizada desde hace más de tres años por el trasvase del Ebro a las cuencas Internas de Cataluña, Júcar, Segura y Sur, incluido en el anteproyecto de la ley del Plan Hidrológico nacional (PHN), presentado en septiembre de 2000 por el Gobierno central controlado por el Partido Popular (PP).
La transferencia de hasta 1.050 hectómetros cúbicos anuales - alrededor de 350 se destinaban a la Comunidad Valenciana - ha generado expectativas en la agricultura y el sector turístico, a pesar de que la ley fijaba que el caudal desviado desde el Delta únicamente debía consolidar los regadíos existentes, restaurar los acuíferos degradados y garantizar el abastecimiento urbano. El PHN no establecía ningún límite a la urbanización en zonas con carencias hídricas, a pesar de que advertía que el agua transferida no se podría utilizar en nuevos regadíos, los creados a partir de la aprobación de la norma (julio de 2001).

El requerimiento autonómico

Mientras gobiernos autonómicos como el valenciano o el murciano, gobernados por el PP, reclaman el trasvase del Ebro como la única garantía para mantener el crecimiento económico autonómico y los empresarios, junto con algunas organizaciones agrarias, alertan de los peligros de que no se realice la canalización de 914 kilómetros Ñque será paralizada por el Gobierno central del PSOEÑ proyectos urbanísticos, como Marina d`Or en Orpesa, se avanzan al apostar por la desalación de recursos para garantizar el suministro de sus viviendas, hoteles, balneario científico o jardines, sobre todo, en la época estival, debido a la estacionalidad del turismo.
Marina d`Or está construyendo una desaladora de pequeñas dimensiones Ñ320 metros cuadradosÑ al oeste de la urbanización con capacidad para tratar un máximo de 200 metros cúbicos por hora, «de los que se obtendrán 90 metros cúbicos por hora limpios, es decir, un 45%, el resto, se convierte en rechazo», explicó a Levante-EMV el ingeniero responsable del proyecto, José María Sánchez. De esta manera, «se dispone de una seguridad de abastecimiento, complementaria al agua urbana».

Eficiencia y reducción de impactos

«El caudal marino, no de la interfase, sino de unos 45.000 microsiemens, se capta del Mediterráneo a 400 metros de la costa por decantación, con lo que en esta primera fase no se gasta energía», comenta Sánchez. El problema de la gestión de la salmuera Ñresiduo con una elevada concentración de sal surgido del proceso de desalaciónÑ ha sido resuelto por las instalaciones turísticas de Orpesa mediante la autorización para verter este desecho no contaminante, pero muy agresivo para los ecosistemas, en el río Chinchilla, a unos 20 metros de la línea marítima.
«La salmuera, unos 75 metros cúbicos por hora, se mezclan con los 800 que se tiran al mar, procedentes del sistema circular del balneario científico, tras su uso y depuración», expone. Además, mediante todos estos procesos de tratamiento de aguas «cogeneramos energía porque aspiramos a la autosuficiencia de recursos», añade Sánchez.
Otras de las ventajas de la desalación en Marina d`Or es el precio: 0,25 euros por metro cúbico, inferior al existente actualmente en el mercado «porque utilizamos el circuito energético del balneario tanto para captar el agua como para verter salmuera», concluye.
La desaladora de Valdelentisco en Murcia ofrece el metro cúbico a 0,36 euros y la de Cerdà, en Barcelona, a 0,67. El Gobierno central fijó que el agua del Ebro costaría alrededor de 0,21 euros por metro cúbico, aunque los expertos aseveraban que su precio no podía bajar de lo 0,50