According to Narcis Prat, the Ebro is in the borderline between an alive river and an ordinary channel
Sun, 25/04/2004
Es uno de los ecólogos con mayor prestigio de España y uno de los que mejor conoce los ríos. Ha publicado varios trabajos sobre el Delta y, desde su cátedra de la Universidad de Barcelona, ha trabajado para las principales instituciones. El lunes estará en Zaragoza para pronunciar una conferencia sobre los ríos con motivo de los 25 años de ANSAR.
P- Usted desarrolla trabajos para que la Generalitat tenga alternativas y no sea necesario el trasvase a Barcelona, ¿qué opciones existen?.
R- Las suficientes para saber que no habrá problemas de agua a medio plazo. Hay medidas rápidas y efectivas en las que hay un acuerdo total. Por ejemplo, construir una desaladora en el Llobregat, que permitiría introducir en el sistema de Barcelona agua de calidad, que es lo que necesita. Otra medida es utilizar las aguas depuradas para infiltrarlas en los acuíferos, de forma que se generen bolsas de reserva para momentos de escasez, algo así como embalses subterráneos.
P- Parece que el trasvase no se va a realizar, ¿se puede respirar tranquilo por el futuro del río?.
R- Todavía no. El trasvase era sólo una de las grandes amenazas del río. Por ejemplo, no lograremos salvar el río si se mantiene el Pacto del Agua tal y como está, pues supone una amenaza tan grande como el trasvase, aunque haya a quien no le guste oír esto.
P- Pero el Pacto del Agua son obras necesarias para el desarrollo dentro de la cuenca.
R- Existen estudios que indican que sin embalses se puede conseguir el desarrollo agrario que se pretende y, al tiempo, respetar a las gentes de la montaña. Creo que en Aragón hay que pasar del Pacto del Agua al "acuerdo del agua" para que todos puedan vivir y prosperar como desean. Además, si se hacen los embalses, se crea una reserva de agua disponible que puede hacer aparecer el fantasma del trasvase en cualquier momento.
P- Alguna vez ha comentado que para salvar el Delta sería necesario cambiar el sistema de explotación de Mequinenza y Ribarroja. ¿Cómo debería hacerse?.
R- Lo más necesario ahora mismo es trabajar para definir cómo deben ser el régimen de agua bajo los embalses. Tan importante es calcular los caudales mínimos como las crecidas, y poder garantizarlas. Habrá que generar crecidas de vez en cuando y será necesario reservar una parte de la gestión del agua para ello. Ahora, la gestión sólo corresponde a criterios hidroeléctricos, con oscilaciones de un metro en un día.
P- ¿Cómo está de salud el tramo medio del Ebro?.
R- El curso medio, que corresponde con Aragón, es una zona que está al límite entre seguir siendo un río vivo o convertirse en un canal. Si se quiere restaurar el río, lo primero es indispensable recuperar la zona de ribera, con sus sotos, sus galachos y sus meandros.
P- El Gobierno de Aragón quiera elaborar un Plan Ambiental del Ebro. ¿Qué cosas cree que son más necesarias?.
R- Quizá haya que retirar algunos campos del cultivo, y compensar debidamente a quien se le provoque un transtorno, y quizá sea necesario retranquear algunos diques y eliminar otros. Si se hace esto, se ganará un doble activo; por un lado se mejorará el control de las inundaciones, y por otro se conseguirá un atractivo turístico que, seguramente, dejará más dinero que los campos retirados.
P- ¿Retirar diques dará más seguridad contra las inundaciones?.
R- Sí, porque las riadas irán perdiendo fuerza. Si se suben y se hacen más, el agua ganará en violencia y habrá más problemas.
P- Usted participó activamente en el intento de crear una Red Ambiental del Ebro, que lideró la Confederación Hidrográfica hace cinco años. ¿Sería positivo recuperar esta iniciativa?.
R- Sin duda. La nueva CHE debe plantearse qué camino sigue. Puede hacer como la actual, que ha pasado de la directiva europea y se ha dedicado a las infraestructuras, o puede hacer caso a la normativa europea y cambiar su modo de actuar. La Red Ambiental era un buen paso, puesto que en la Confederación hay muchas Comunidades y es un mundo muy complejo, y con aquella iniciativa se les hacía participar en la gestión.
P- Pero en los últimos años no se ha hecho nada.
R- Nada en el terreno político, pero me consta que los técnicos han seguido trabajando bien y que tienen bases para poner en marcha una iniciativa como esta. Hace falta que los políticos se lo crean y quieran avanzar en este sentido
P- Usted desarrolla trabajos para que la Generalitat tenga alternativas y no sea necesario el trasvase a Barcelona, ¿qué opciones existen?.
R- Las suficientes para saber que no habrá problemas de agua a medio plazo. Hay medidas rápidas y efectivas en las que hay un acuerdo total. Por ejemplo, construir una desaladora en el Llobregat, que permitiría introducir en el sistema de Barcelona agua de calidad, que es lo que necesita. Otra medida es utilizar las aguas depuradas para infiltrarlas en los acuíferos, de forma que se generen bolsas de reserva para momentos de escasez, algo así como embalses subterráneos.
P- Parece que el trasvase no se va a realizar, ¿se puede respirar tranquilo por el futuro del río?.
R- Todavía no. El trasvase era sólo una de las grandes amenazas del río. Por ejemplo, no lograremos salvar el río si se mantiene el Pacto del Agua tal y como está, pues supone una amenaza tan grande como el trasvase, aunque haya a quien no le guste oír esto.
P- Pero el Pacto del Agua son obras necesarias para el desarrollo dentro de la cuenca.
R- Existen estudios que indican que sin embalses se puede conseguir el desarrollo agrario que se pretende y, al tiempo, respetar a las gentes de la montaña. Creo que en Aragón hay que pasar del Pacto del Agua al "acuerdo del agua" para que todos puedan vivir y prosperar como desean. Además, si se hacen los embalses, se crea una reserva de agua disponible que puede hacer aparecer el fantasma del trasvase en cualquier momento.
P- Alguna vez ha comentado que para salvar el Delta sería necesario cambiar el sistema de explotación de Mequinenza y Ribarroja. ¿Cómo debería hacerse?.
R- Lo más necesario ahora mismo es trabajar para definir cómo deben ser el régimen de agua bajo los embalses. Tan importante es calcular los caudales mínimos como las crecidas, y poder garantizarlas. Habrá que generar crecidas de vez en cuando y será necesario reservar una parte de la gestión del agua para ello. Ahora, la gestión sólo corresponde a criterios hidroeléctricos, con oscilaciones de un metro en un día.
P- ¿Cómo está de salud el tramo medio del Ebro?.
R- El curso medio, que corresponde con Aragón, es una zona que está al límite entre seguir siendo un río vivo o convertirse en un canal. Si se quiere restaurar el río, lo primero es indispensable recuperar la zona de ribera, con sus sotos, sus galachos y sus meandros.
P- El Gobierno de Aragón quiera elaborar un Plan Ambiental del Ebro. ¿Qué cosas cree que son más necesarias?.
R- Quizá haya que retirar algunos campos del cultivo, y compensar debidamente a quien se le provoque un transtorno, y quizá sea necesario retranquear algunos diques y eliminar otros. Si se hace esto, se ganará un doble activo; por un lado se mejorará el control de las inundaciones, y por otro se conseguirá un atractivo turístico que, seguramente, dejará más dinero que los campos retirados.
P- ¿Retirar diques dará más seguridad contra las inundaciones?.
R- Sí, porque las riadas irán perdiendo fuerza. Si se suben y se hacen más, el agua ganará en violencia y habrá más problemas.
P- Usted participó activamente en el intento de crear una Red Ambiental del Ebro, que lideró la Confederación Hidrográfica hace cinco años. ¿Sería positivo recuperar esta iniciativa?.
R- Sin duda. La nueva CHE debe plantearse qué camino sigue. Puede hacer como la actual, que ha pasado de la directiva europea y se ha dedicado a las infraestructuras, o puede hacer caso a la normativa europea y cambiar su modo de actuar. La Red Ambiental era un buen paso, puesto que en la Confederación hay muchas Comunidades y es un mundo muy complejo, y con aquella iniciativa se les hacía participar en la gestión.
P- Pero en los últimos años no se ha hecho nada.
R- Nada en el terreno político, pero me consta que los técnicos han seguido trabajando bien y que tienen bases para poner en marcha una iniciativa como esta. Hace falta que los políticos se lo crean y quieran avanzar en este sentido