Medi Ambient no piensa aplicar medidas intrusivas para prevenir las inundaciones causadas por desbordamiento de ríos y rieras, como las ocurridas la semana pasada en diversas cuencas de Girona. El conseller, Salvador Milà, apuesta por continuar el criterio de la Agència Catalana de l`Aigua (ACA) de preservar al máximo los cauces y evitar su `artificialización` a base de talas masivas o recubrimientos de hormigón. Se trata, dijo, de mantener las características naturales de los cauces, aplicando a lo sumo desbrozamientos y talas selectivas, y dejando que las zonas inundables asuman y controlen las avenidas esporádicas.
La ACA está evaluando los efectos de los últimos desbordamientos en las cuencas del Ter, bajo Ter, Onyar, Muga y Tordera. Milà destacó la buena coordinación que existió entre la ACA, los agentes rurales y la delegación de Medi Ambient en Girona cuando se produjeron las inundaciones.
El director de los servicios territoriales de Medi Ambient, Gabriel Jover, propone la creación de zonas inundables controladas a fin de reducir la velocidad del agua y disminuir el riesgo de inundación en zonas urbanas. El informe efectuado por los técnicos de la ACA también va en esta línea: "Una solución a largo plazo para evitar las inundaciones -señala- sería aumentar la sección de los ríos o bien incluir en diferentes puntos zonas de inundación controlada en que el río pudiera perder velodicad y calado en riadas por el hecho de expandirse".
De todas formas, las "buenas prácticas" que pretende mantener Milà en las zonas inundables no urbanizables no podrán aplicarse en las áreas urbanas. Es el caso de Bordils. Según el conseller, el modelo de crecimiento del pueblo ha sido mal planteado, con lo que el desbordamiento periódico de la riera ocasiona inundaciones.
La canalización de la riera es la única solución posible en este caso, dijo Milà, que admitió que las obras todavía no han comenzado, aunque señaló que podrían finalizar el próximo año