El nivel embalsado en el sistema Ter-Llobregat alcanzó ayer el 31,64% de la capacidad total -casi una tercera parte-, lo que supone un volumen de 193,66 hm3, según los datos facilitados por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) a primera hora de la tarde. Y la previsión es que este valor siga subiendo, al menos a corto plazo, ya que las predicciones apuntan a que las precipitaciones se mantendrán en las zonas del interior.
La recuperación de los pantanos esta última semana es significativa. El pasado lunes, el nivel conjunto de los cinco embalses que alimentan el sistema Ter-Llobregat (Susqueda, La Baells, Sau, La Llosa del Cavall y Sant Ponç) alcanzó los 170,75 hm3 (el 27,89% de su capacidad) gracias a las intensas lluvias caídas el fin de semana anterior. Ese valor superaba el umbral de los 165 hm3 que permitían pasar del nivel de excepcionalidad 2 al 1. El cambio implicaba el levantamiento de las prohibiciones de llenar piscinas o regar jardines con agua potable, lo que motivó gran controversia.
El Govern rectificó y revisó el pasado jueves el decreto de sequía para mantener las medidas de ahorro fijando un nuevo y complejo sistema para calcular en qué condiciones se cambiará de un nivel a otro de excepcionalidad a partir de ahora. Al día siguiente de que el Ejecutivo catalán tomara esta decisión, el sistema Ter-Llobregat superó la barrera del 30%. Se alejaban los alarmantes niveles de finales de marzo, cuando las reservas estuvieron a punto de caer por debajo del 20%, la barrera que con los criterios anteriores suponía pasar a situación de emergencia.
Con todo, los responsables de Medi Ambient alertan de que, pese a esta evidente recuperación, la situación sigue siendo muy delicada. De cesar las lluvias, el agua ganada se gastará en pocas semanas. Actualmente, el área del sistema Ter-Llobregat consume 0,9 hm3 de promedio al día.