Las lluvias aplazan las restricciones de agua hasta principios de 2009
Tue, 29/04/2008
No habrá cortes de agua hasta el año que viene, lo que no significa que haya margen para aflojarse el cinturón. El aumento de las reservas en los embalses catalanes, unido al esfuerzo ahorrador de la región barcelonesa, aplazan la amenaza de las restricciones domésticas en lo que queda de año. Si sigue sin llover, sin embargo, el año 2009 empezará con cortes en el consumo doméstico. Para evitarlo, tanto el Gobierno catalán como el central siguen trabajando en el convenio que debe regular el trasvase del Ebro hacia Barcelona. Las obras se prevén inminentes -'es cuestión de días o de horas', dijo ayer el consejero de Medio Amient, Francesc Baltasar-, pero siguen sin concretarse en el calendario. El convenio sigue sin firmarse y, por tanto, las obras no pueden ser asignadas a ninguna empresa. Fuentes del Gobierno catalán sugirieron ayer que podrían encargarse a más de una firma, coordinadas por la Agencia Catalana del Agua, para acortar plazos.
No se habló de ello en la primera reunión de la mesa nacional de la sequía, que Baltasar constituyó ayer con representantes de los partidos parlamentarios. Hubo unanimidad entre los más de sesenta asistentes: entraron pesimistas y salieron igual, dijeron. Sólo Baltasar se felicitó por el resultado de la mesa, que volverá a reunirse el mes que viene. En cambio, la portavoz de ICV, Dolors Calvell, reconoció que al Gobierno y a su partido les falta 'credibilidad' y 'deben recuperar la confianza'.
El remonte de los embalses parece un buen principio. Pero la Generalitat está inquieta porque no quiere que esta nueva situación diluya la urgencia de las obras de la tubería del Ebro. Medio Ambiente señala que no puede bajar la guardia y necesita mantener todos los operativos previstos: las conducciones, los barcos de agua y la recuperación de acuíferos. La situación es crítica, pero no agobiante como a fines de marzo.
Abril empezó como una imparable cuenta atrás hacia la fase de emergencia. Termina como el periodo más copioso de los dos últimos años, sin que las lluvias hayan sido abundantes. El sistema Ter-Llobregat, que nutre el área barcelonesa, disponía ayer de 3,5 puntos porcentuales más que a final de marzo. Se ha pasado de rozar el 20%, fase en la que se decreta la emergencia, a rondar el 25%. Un mes después, las reservas han aumentado casi en un 20% y queda más cerca la puesta en marcha de la desalinizadora de El Prat, prevista para mayo de 2009.
Las precipitaciones de hace dos semanas cayeron en las cabeceras de los ríos que dan de beber a Barcelona, que recogieron unos 25 hectómetros. Parte de esta aportación se debe al deshielo, que aún puede incrementar algo más las reservas. Esta mejora de los remanentes de los pantanos permite desplazar las restricciones gracias, sobre todo, al notable ahorro por parte de los barceloneses. El consumo medio en Barcelona se ha estabilizado en torno a 110 litros por persona y día, uno de los más bajos de Europa.
No se habló de ello en la primera reunión de la mesa nacional de la sequía, que Baltasar constituyó ayer con representantes de los partidos parlamentarios. Hubo unanimidad entre los más de sesenta asistentes: entraron pesimistas y salieron igual, dijeron. Sólo Baltasar se felicitó por el resultado de la mesa, que volverá a reunirse el mes que viene. En cambio, la portavoz de ICV, Dolors Calvell, reconoció que al Gobierno y a su partido les falta 'credibilidad' y 'deben recuperar la confianza'.
El remonte de los embalses parece un buen principio. Pero la Generalitat está inquieta porque no quiere que esta nueva situación diluya la urgencia de las obras de la tubería del Ebro. Medio Ambiente señala que no puede bajar la guardia y necesita mantener todos los operativos previstos: las conducciones, los barcos de agua y la recuperación de acuíferos. La situación es crítica, pero no agobiante como a fines de marzo.
Abril empezó como una imparable cuenta atrás hacia la fase de emergencia. Termina como el periodo más copioso de los dos últimos años, sin que las lluvias hayan sido abundantes. El sistema Ter-Llobregat, que nutre el área barcelonesa, disponía ayer de 3,5 puntos porcentuales más que a final de marzo. Se ha pasado de rozar el 20%, fase en la que se decreta la emergencia, a rondar el 25%. Un mes después, las reservas han aumentado casi en un 20% y queda más cerca la puesta en marcha de la desalinizadora de El Prat, prevista para mayo de 2009.
Las precipitaciones de hace dos semanas cayeron en las cabeceras de los ríos que dan de beber a Barcelona, que recogieron unos 25 hectómetros. Parte de esta aportación se debe al deshielo, que aún puede incrementar algo más las reservas. Esta mejora de los remanentes de los pantanos permite desplazar las restricciones gracias, sobre todo, al notable ahorro por parte de los barceloneses. El consumo medio en Barcelona se ha estabilizado en torno a 110 litros por persona y día, uno de los más bajos de Europa.