WWF/Adena emite un informe sobre las labores de restauración de los daños provocados por el vertido de Aznalcóllar

Tue, 22/04/2008

Europa Press

La organización ecologista WWF/Adena, con motivo de décimo aniversario de la catástrofe de Aznalcóllar, presenta un informe en el que se analizan y evalúan todas las labores realizadas hasta el momento para restaurar los daños que produjo la rotura de la balsa minera el 25 de abril de 1998.


Según informó la organización en un comunicado, no sólo existen "numerosas cuestiones sin resolver" todavía, sino que han surgido nuevos problemas que ponen en peligro los resultados de las restauraciones ambientales llevadas a cabo hasta el momento.


El informe de WWF/Adena evalúa más de 30 variables diferentes relacionadas con el vertido tóxico, entre las que se encuentran la calidad de las aguas superficiales, la restauración del complejo minero, el sellado de la balsa siniestrada, el estado de la fauna o la actual ordenación del territorio. Además, en este estudio también se recogen las lecciones aprendidas y las recomendaciones de la organización para encarar los próximos diez años.


Entre los aspectos positivos, WWF/Adena destaca la ejecución de los proyectos de restauración Doñana 2005 y Corredor Verde del Guadiamar, la recuperación de la fauna del cauce, la mejora del estado de los suelos, la eliminación de la Montaña del Río o la recuperación de la dinámica del Guadiamar.


Por el contrario, hay otras cuestiones que requieren de "mayores esfuerzos" para alcanzar los objetivos marcados, según los ecologistas. Entre ellos, la organización destaca la depuración de todos los vertidos industriales y urbanos de la cuenca del Guadiamar, la regeneración de la flora en algunas zonas afectadas o la recuperación del empleo en Aznalcóllar.


Asimismo, para WWF/Adena existen diversos impactos y presiones que ponen en peligro las inversiones y la recuperación ambiental llevada a cabo en estos últimos diez años. Entre ellos, destaca la falta de restauración del complejo minero de Aznalcóllar, "que continúa siendo una fuente de contaminación por metales pesados debido a filtraciones de la balsa siniestrada y las escombreras no eliminadas".


Igualmente, la organización subraya los proyectos urbanísticos, que amenazan la función como corredor ecológico del Guadiamar, así como la cesión de aguas del embalse del Agrio para actividades agrícolas, "algo que convertiría al Corredor Verde en un canal de riego". Por último, asegura que los vertidos tóxicos al Guadalquivir provenientes de las mina de las Cruces, podrían reducirse a cero si la Junta de Andalucía se lo exige a la empresa.


ACTUACIONES PARA REVERTIR LA SITUACIÓN.


WWF/Adena cree que para revertir esta situación es necesario, entre otras medidas, denegar los permisos de vertidos a la mina de las Cruces, obligándoles a la depuración y reutilización de las aguas usadas en la actividad minera; la restauración total y definitiva del complejo minero de Aznalcóllar o el uso del agua del Agrio exclusivamente para fines ambientales.


También cree conveniente para ello, la ampliación del Paisaje Protegido del Corredor Verde del Guadiamar hasta los espacios protegidos del norte de Huelva y Sevilla; la aplicación de medidas que limiten los planes urbanísticos que afecten al Corredor Verde; o la creación de nuevos planes de restauración hídrica de las cuencas vertientes al Guadiamar y al Espacio Natural Doñana.


Según el responsable de la Oficina de WWF/Adena en Doñana, Juanjo Carmona, "el vertido tóxico de Aznalcóllar no fue un accidente, fue una catástrofe anunciada con años de antelación, permitida por las Administraciones y que costó a los ciudadanos cientos de millones de euros".


"No se debe consentir que se arriesguen las actuaciones de restauración ambiental que se han llevado a cabo y que se vuelva a vivir otra situación similar, diez años después, por no ser capaces de tomar medidas para evitar nuevos impactos. La experiencia debe servir para prevenir", concluyó.